Tegucigalpa.- La Asociación de Buzos Lisiados de La Mosquitia, en el Caribe de Honduras, pidió hoy al Gobierno y a la comunidad cooperante en el país apoyo para casi 2,000 miembros de ese grupo que han sufrido daños físicos al pescar langosta y caracol en el fondo del mar.
«La situación de nosotros es grave, tenemos 1.900 buzos lisiados y 480 fallecidos desde 1970», dijo a Efe el presidente de la Asociación de Buzos Lisiados de la Mosquitia, Erasmo Granuel Díaz, quien participa en el Taller Regional El Buceo en la Pesca y Acuicultura: Construyendo Orientaciones Legislativas y de Política.
El taller, auspiciado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), fue inaugurado hoy con la participación de funcionarios del Gobierno de Honduras, expertos de Colombia, México y Perú y pescadores hondureños por buceo, entre otros invitados.
Díaz pidió ayuda para profesionalizar a los buzos en la actividad pesquera, lo mismo que en materia de salud, educación, vivienda y algún trabajo alternativo para no depender solamente de la pesca.
El dirigente misquito de los buzos señaló que no tienen seguro de vida, ni recursos para cubrir sus gastos necesarios porque han quedado «desempleados» y con «una enfermedad permanente».
Agregó que los que aún se dedican a la pesca de langosta, caracol y pepino de mar se sumergen a profundidades de más de 40 metros, cuando lo máximo permitido es de 30 para evitar daños a la integridad física.
La Mosquitia es una región pantanosa y de montañas de difícil acceso situada al este, frente al Caribe, limítrofe con Nicaragua.
La falta de empleo obliga a muchos de sus pobladores a la pesca por buceo, muchos de ellos sin la protección debida para soportar la presión del agua, lo que ha dejado a centenares de lisiados por daños, en algunos casos cerebrales y en otros en extremidades superiores e inferiores.
La representante de la FAO en Honduras, María Julia Cárdenas, dijo a Efe que con el taller se buscan mecanismos de protección tanto de los buceadores, como de los recursos del mar, que sufren sobreexplotación.
En su discurso, Cárdenas resaltó que el ser humano a lo largo de la historia ha practicado el buceo para extraer recursos del mar, ya sea como medio de vida o para la alimentación de las familias, pero que la sobreexplotación y los efectos del cambio climático «han desplazado a muchas especies a mayores profundidades».
Eso ha implicado un reto y riesgo para la salud y la vida de quienes extraen los recursos del mar, añadió.
Cárdenas expresó que en ocasiones los buzos ejercen en condición de explotados, sin que medie protección alguna, lo que representa no solo una pérdida o carga social, sino la vulnerabilidad de las familias que quedan desprotegidas de sus seres queridos.
En su opinión, de inmediato se debe brindar asistencia técnica sobre prevención, seguridad personal y responsabilidad social y capacitar a los trabajadores del sector pesquero, sobre todo a los que practican buceo.
El oficial superior de Pesca de la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, Alejandro Flores, dijo que la seguridad, la inclusión en el marco legislativo y políticas públicas es fundamental para garantizar la integridad física y seguridad de quienes se dedican a esa actividad y de sus familias.
Blas Cabrera, en representación del ministro de Agricultura y Ganadería, Jacobo Paz, indicó que el Gobierno buscará que el pescador de La Mosquitia no tenga que poner en riesgo su vida para llevar alimentos a su esposa y sus hijos.
El representante de Secretaría de Inclusión Social Tulio Mariano González indicó en el evento que en las próximas horas se va a iniciar una inspección en alta mar que contribuirá a garantizar la seguridad de los buzos misquitos y que en febrero comenzará la construcción de viviendas para ese sector social del país, a la vez que se está estructurando con la empresa privada un fondo de ayuda.
