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Peak TV: la burbuja de contenidos televisivos está a punto de estallar

Gabriel Levy

Peak TV es el nombre que utilizó en 2015 Jhon Landgraf, presidente del canal de televisión estadounidense FX, para referirse, entre otras cosas, a la etapa de crecimiento sostenido en la producción de contenidos audiovisuales y su variedad. Según comentó en agosto de 2022 Landgraf, también considerado como “uno de los oráculos de la televisión”, ese sería el año en el que se alcanzaría el techo en la producción televisiva. ¿Acertaría?

¿La burbuja de producción de contenidos televisivos llegó a su tope máximo?

Desde 2015, cuando Landgraf acuñó el término Peak TV[1], el mismo experto viene prediciendo −y luego posponiendo− la llegada del tope máximo en las cifras de producción de contenidos televisivos. Expertos en la materia en el contexto global aseguran que esa burbuja llegó a su máximo en 2022, debido a distintos aspectos que también están afectando otras industrias mundiales.

Las cifras son reveladoras; desde 2010 la curva de crecimiento es constante, aunque con una leve variación en 2020, asunto que no es para nada sorprendente si se tiene en cuenta que se trató de un año sacudido por una pandemia mundial. A excepción de dicho año, la cifra de series de ficción estrenadas en Estados Unidos siempre ha estado en ascenso desde hace 12 años.

En ese país el 2022 cerró con el estreno de 40 series más que el año anterior; es decir, 559 para 2021 y 599 para 2022. Esto es especialmente revelador si se observan los números de hace una década (2010), cuando se estrenaron 288 series. Es decir que en 2022 se produjeron el doble de contenidos de ficción para televisión que en 2010.

En total, en Estados Unidos se produjeron 2024 programas originales para televisión y plataformas de streaming (incluidas las series mencionadas anteriormente).

Por otra parte, en lo relacionado con los presupuestos económicos invertidos por las grandes compañías de streaming para la producción de contenidos, hay que decir que el 2022 también rompió récords.

Tal es el caso de Netflix. Mientras que en 2021 la compañía destinó un monto de 13 600 millones de dólares para su programación, en 2022 esta cifra ascendió a los 17 000 millones. En ese sentido, Disney también aumentó su presupuesto el año pasado; la empresa informó que invirtió 25 000 millones de dólares en 2021 y 33 000 millones en 2022. Por su parte, Warner Bros también incrementó este gasto en un 8 % con una inversión de 22 400 millones de dólares[2].

Desde 2021 la producción de contenido para SVOD (Subscription Video on Demand) viene superando la de la televisión por cable. Aunque este tipo de producción también aumentó un 5 % en 2022 con respecto a 2021, no ha vuelto a obtener las cifras de producción que lograba antes de la pandemia.

La curva de crecimiento de producción de contenido audiovisual que hemos tenido en la última década parece estar, por fin, estancándose. Pese a estas alentadoras cifras, en agosto de 2022, Landgraf anunció, nuevamente, que aquel sería el año en el que la producción de contenidos televisivos llegaría a su máximo posible y que no volveríamos a tener una cifra similar.

Un informe de Ampere Analysis[3] coincide con este pronóstico. En su estudio, la firma descubrió que, durante el último semestre de 2022, la cantidad de pedidos de series originales con guion, tanto para televisión como para SVOD, se redujo en un 24 % en Estados Unidos.

Además, tras la publicación de las cifras anuales de las plataformas de streaming, se evidenció una masiva cancelación de series. Según datos de Rotten Tomatoes, citado por el medio La Vanguardia[4], en 2022 se cancelaron un total de 133 series en dichas plataformas, mientras que en 2021 y en 2020 se cancelaron 108 y 69, respectivamente. Es decir, en dos años la cifra de cancelación de contenidos originales se duplicó.

¿Cuáles son las razones para suponer una explosión de la burbuja?

Son varias las razones que argumentan expertos y medios especializados. Desde un feroz contrapeso por parte de la televisión abierta, hasta un participante que siempre está en todo: Wall Street.

La TV abierta se pone las pilas

Curiosamente, a pesar de lo costoso que resulta para los canales de televisión abierta obtener los derechos de transmisión de deportes en vivo, sigue siendo un negocio rentable, pues se trata de un contenido que atrae a un significativo número de espectadores, arrebatándole a otro tipo de temáticas y productos (con guion) una buena parte de la audiencia. Lo mismo ocurre con los programas de concurso (sin guion) transmitidos por la televisión abierta en franjas horarias de máxima audiencia. Aquí es donde la televisión gana la carrera ante los servidores de contenido streaming.

Tal y como indicó para la revista Forbes Brad Adgate, consultor de medios, “los programas de juegos cuestan menos de producir y atraen a una audiencia mayor, mismo grupo demográfico que está dispuesto a ver televisión abierta”. En el mismo medio, el editor en jefe de Programming Insider, Marc Berman, señaló que “los programas de juego rara vez se cancelan; al contrario, se vuelven a traer para reemplazar un período de bajo rendimiento”.

Por otra parte, una de las razones que aducen los usuarios y los empresarios de la televisión por cable sobre la decadencia de este servicio es que el contenido también está disponible en línea.

Nuevos competidores entraron al juego

Otro de los argumentos que buscan explicar las causas de la desaceleración del crecimiento de producción de contenidos para plataformas de streaming es la competencia. Según un estudio de la Advertising Research Foundation (ARF), la riña por suscriptores ha hecho que el crecimiento en cada plataforma sea muy sutil y ha dificultado que logren instalarse en los hogares estadounidenses.

El estudio de ARF indica que en 2022 la penetración de Disney en los hogares creció del 39 al 41 % y HBO Max aumentó del 27 al 29 %, mientras que Netflix y Amazon Prime perdieron terreno: del 69 al 66 % en el caso de Netflix y del 58 al 56 % en el caso de Prime. Una mención aparte merece Paramount+, que creció del 11 al 17 %, esto motivado, según el estudio, por la popularidad de Yellowstone, uno de los programas de entretenimiento con guion de la plataforma[5].

¿Qué tiene que ver Wall Street en todo esto?

Según informó recientemente el medio Variety[6], de cara al futuro, uno de los factores que podrían estar haciendo que los contenidos originales de los servicios streaming se reduzcan un poco en 2023 es “la creciente presión que ejercen los inversores y Wall Street sobre las empresas de medios para que se enfoquen en las unidades de negocio rentables, como, por ejemplo, la televisión, por encima de aquellas unidades que generan pérdidas; es decir, el streaming.

Por otra parte, comenta el medio, aún quedan muchísimos rezagados apegados al consumo de contenidos por televisión abierta o de cable que las plataformas SVOD no han podido captar y hacer televisión sigue siendo más rentable. Un ejemplo representativo de este fenómeno es la tendencia de repetir un contenido SVOD en televisión un día después de transmitido en la plataforma.

En conclusión, cifras y opiniones de expertos en medios apuntan a que el mercado de la producción de contenidos con guion original para transmitir en las plataformas SVOD llegó a su máximo posible. La burbuja de las series y de los servidores de streaming se ha venido saturando de tal manera que ahora, más que nunca, es más probable que las predicciones del CEO del canal de televisión norteamericano FX Jhon Landgraf se materialicen en este 2023 y llegue, por fin, el peak TV: la explosión de la burbuja del streaming.

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