Tegucigalpa –Parientes y personas cercanas a los reos que son trasladados desde la penitenciaría nacional Marco Aurelio Soto, ubicada en Támara, Distrito Central, se apostan esta mañana en las cercanías de ese centro carcelario suplicando poder ver a sus familiares, previo al traslado a una cárcel de máxima seguridad.
–Unidades artilladas y helicópteros circundan la zona de la operación, incluida la ruta del traslado.
El traslado de más de 650 reos ocurre a escasos días de que una fuga masiva de pandillerosdel grupo criminal 18, escapó de esa cárcel, sin dejar huella.
Los parientes que llegaron a Támara, solicitaban poder hablar con sus familiares, pero su petición no sirvió de nada.
Una joven se identificó como hermana de uno de los reclusos y en medio de exigencias, junto a otras mujeres, suplicaba un espacio para entrar a la cárcel, pero sus lamentos solo fueron escuchados por los periodistas que cubrían el suceso.
El traslado se realiza esta mañana mientras equipo artillado y varios cordones de seguridad circundan la zona.
El propio presidente hondureño Juan Orlando Hernández dirige la operación como también lo ha hecho con traslados anterioresque han puesto tras las rejas a reclusos de Támara y de la cárcel de San Pedro Sula.
Mientras tanto, versiones no confirmadas adelantan que caletas con miles de lempiras han sido localizadas al interior de la cárcel de Támara. Igual situación ocurrió en el centro penal de San Pedro Sula.
Los detalles de la operación se mantienen en el hermetismo, según ha justificado un funcionario, para mantener las medidas de seguridad adecuadas durante el tiempo que dure el traslado.
El gobierno hondureño ha aceptado el desgobierno que priva en las cárceles hondureñas desde hace décadas e incluso han indicado que no se tiene la certeza de cuantos reclusos hay y mucho menos el estatus que tienen.
Las discusiones sobre si la gobernabilidad en el sistema carcelario depende de privatizar las cárceles ha brotado a la palestra pública en medio de criterios encontrados.
