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Nuevos ataques amenazan el alto el fuego en Nagorno Karabaj

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Stepanakert (Nagorno Karabaj) – Los combates en el frente y los ataques a civiles por parte de azerbaiyanos y armenios amenazan con echar por tierra el alto el fuego en el enclave separatista de Nagorno Karabaj.

«La tregua no se respeta en su totalidad. La mañana fue relativamente tranquila, pero en el frente hubo intercambios de fuego, aunque yo no lo llamaría combates», dijo hoy Araik Arutiunán, líder karabají, en rueda de prensa.

Stepanakert, la capital karabají, fue escenario de bombardeos nocturnos, pero la vida pareció volver a la normalidad durante el día.

Entre la población local hay grandes deseos de que el alto el fuego que entró en vigor el sábado se afiance y algunos establecimientos y tiendas reabrieron sus puertas.

Atacada segunda ciudad Azerbaiyana

Azerbaiyán denunció hoy que la artillería armenia atacó esta noche la segunda ciudad del país, Ganja, donde habrían muerto nueve personas, en el ataque más grave contra la población civil desde el inicio de las hostilidades el pasado 27 de septiembre.

«Esto es un acto de genocidio y un crimen de guerra. Armenia aprovecha el cese el fuego humanitario para atacar a los civiles azerbaiyanos», dijo Hikmet Hajiyev, asesor de la Presidencia azerbaiyana.

Bakú, que estimó en 34 los heridos, incluido 16 mujeres y seis niños de corta edad, denunció que el ataque fue «indiscriminado» y alcanzó una zona «muy poblada».

«Se ha violado la tregua humanitaria. Armenia debe ser frenada», abundó Hajiyev, quien precisó que Ereván empleó en su ataque el sistema de misiles tácticos Tochka-U de fabricación rusa.

Además, Bakú habría logrado rechazar un ataque con misiles contra la mayor central hidroeléctrica de la región, que se encuentra cerca de la ciudad de Mingachevir, a cien kilómetros del frente.

Seguidamente, el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu, pidió por teléfono a su colega ruso, Serguéi Lavrov, que presione a Ereván para que respete el cese el fuego.

Independencia del Karabaj, línea roja

Por su parte, las autoridades armenias y karabajíes acusaron a Bakú de martillear la estratégica ciudad de Hadrut, cerca de Irán, donde soldados enemigos habrían matado a varios civiles, incluido mujeres y un niño discapacitado, lo que fue negado rotundamente por Azerbaiyán.

También se habrían producido ataques contra la histórica localidad de Shushá y Martuní, una de las ciudades más golpeadas en las últimas dos semanas.

«Azerbaiyán emplea contra la población civil lanzaderas de misiles y drones de combate. Mientras haya acciones militares, no se puede empezar el proceso de intercambio de cuerpos» de soldados caídos, dijo Araik Arutiunán, líder karabají, en rueda de prensa.

Arutiunán acusó a Bakú de promover una «política de genocidio» contra un pueblo que «lucha por su libertad desde 1988» y volvió a acusar al «terrorismo internacional» de apoyar a Azerbaiyán.

«Aquellos países que respaldan a Azerbaiyán apoyan el terrorismo. Artsaj (Karabaj en armenio) ejerce su derecho a la autodefensa. Artsaj nunca será parte de Azerbaiyán. Artsaj quiere la paz más que nadie en el mundo, pero no puede aceptar las condiciones de un país cuyo objetivo es aniquilarnos», señaló.

Y advirtió que, si «en los próximos 1-2 días» Azerbaiyán no se muestra dispuesto a solucionar el conflicto por la vía pacífica, entonces se dirigirá Armenia y a la comunidad internacional para que reconozcan la independencia de Nagorno Karabaj, proclamada en 1991.

Al respecto, Bakú advirtió que el reconocimiento de la independencia karabají es una «línea roja» que Armenia no debe cruzar.

Stepanakert no se rine

Los únicos hombres que quedan en Stepanakert son mayores de 60 años. Eduard combatió en la primera guerra y mantiene la misma opinión que entonces sobre el enemigo azerbaiyano.

«No son guerreros, por eso llaman a gente de otros sitios. Ellos no saben Luchar. Por eso han traído a gente de Siria y otros países», señaló a Efe.

Reconoce que ahora Bakú «ha reunido un gran ejército» con gente de Oriente Medio, Pakistán y Afganistán, pero está convencido de que el Karabaj resistirá.

«Nuestra fuerza es nuestro espíritu. Vamos a ganarles, ya lo verá. Tarde o temprano lo haremos. Han reunido un gran Ejército (…), pero nosotros solo somos un pueblo», dice.

No está en el frente, pero tiene trabajo de sobra. Se dedica a reparar los desperfectos en las infraestructuras civiles y a poner en marcha los servicios comunales.

Por su parte, Levón, que tiene la misma edad, está dispuesto a ir al frente, donde combate su hijo, mientras su mujer e hija fueron evacuadas a Armenia.

«Si hace falta, vuelvo. Es nuestra patria», señala.

En su opinión, «habría que unir Nagorno Karabaj a Rusia», ya que en el pasado ya formó parte del imperio ruso.

«Si (el jefe del Kremlin) Vladímir Putin lo hace con mano dura, al estilo de Stalin, habría paz. Se desplegarían tropas rusas aquí», apunta esperanzado. (ag)

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