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Nuevas estrategias terapéuticas contra cáncer de hígado

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El Centro de Investigación Médica Aplicada va a desarrollar una investigación multidisciplinar que tiene como objetivo diseñar nuevas estrategias terapéuticas con el fin de curar enfermedades hepáticas crónicas y el cáncer de hígado.

La investigación se van a centrar en nuevas vías para el tratamiento de la cirrosis, con el fin de recuperar la función hepática, reducir la necesidad de trasplante y prevenir el desarrollo del cáncer de hígado; en estrategias de inmunoterapias centradas en la vacunación terapéutica y en la terapia celular adoptiva frente a este cáncer y el desarrollo de nuevos métodos para atacar las células cancerosas inhibiendo genes alterados del tumor.

El proyecto HepaCare es fruto del convenio de colaboración que han suscrito la fundación la Caixa y el CIMA, en virtud del cual la entidad bancaria destina 2.850.000 a la investigación, que no parte de cero, sino que continúa más de veinte años de trabajo en ese campo. Se desarrollará a lo largo de cuatro años y contará con un equipo multidisciplinar integrado por unas treinta personas.

La directora del CIMA, Pilar Civeira, y el director general de la fundación la Caixa, Jaume Giró, han subrayado en rueda de prensa la importancia de la colaboración que va a hacer posible este ambicioso proyecto, que ha sido explicado por los investigadores principales, Matías Avila y Juan José Lasarte, quienes se han mostrado optimistas respecto a lograr avances como la aplicación de vacunas terapéuticas en cánceres sólidos como el hepatocalcinoma.

Según la Organización Mundial de la Salud, cerca de 325 millones de personas padecen una infección crónica por el virus de la hepatitis B; en la UE unos 29 millones de personas padecen una enfermedad hepática crónica y en el mundo se registran más de 700.000 muertes anuales por complicaciones en estas enfermedades.

La gravedad de las enfermedades hepáticas es tal “que la incidencia del cáncer de hígado es casi igual a la mortalidad que se genera cada año”, según Avila, quien ha añadido que esto habla de la complejidad de estas enfermedades y de lo difícil que es abordarlas.

Conocimiento de la enfermedad

Así lo primero que busca el proyecto es el conocimiento de la enfermedad para poder desarrollar estrategias terapéuticas, entender cómo se estropea el organismo para tratar de arreglarlo.

El objetivo es conocer los mecanismos que llevan a la progresión de la enfermedad crónica hepática que es “muy prevalente”, no solo de origen viral, sino también por consumo excesivo de alcohol y cada vez más se está viendo que las alteraciones de conducta alimentaria toman una posición “muy relevante” en ellas. En concreto, ha citado la obesidad, el hígado graso.

Otro ámbito es el de tratar de desarrollar estrategias terapéuticas, con aproximaciones de la química y la inmunología.

Al abordaje a través de la inmunoterapia se ha referido Lasarte, quien ha comentado que después de muchos años de fracaso ahora se encuentra en una era dorada, ya que el descubrimiento de cómo funciona el sistema inmune permite desarrollar nuevas estrategias que en clínica están mostrando “resultados sorprendentes”, de los que todavía hay pacientes que no se benefician, por lo que quieren avanzar en ese sentido.

En esa línea se plantean desarrollar vacunas, ha indicado Lasarte, quien, tras subrayar que “históricamente han salvado millones de vida”, ha explicado que hay unas profilácticas que sirven para prevenir infecciones y otras, terapéuticas, para tratar de curar una enfermedad.

Desarrollar nuevas vacunas

En este proyecto van a intentar aplicar lo que están aprendiendo de cómo modular el sistema, como desarrollar nuevas vacunas terapéuticas con el objetivo de encender una respuesta antitumoral.

Otra línea de investigación está relacionada con los casos en los que el sistema inmune no es capaz de activar una respuesta. Entonces se plantea “sacar los linfocitos del paciente, expandirlos, modificarlos genéticamente para volverselos a reinfundir”.

Esto está logrando resultados “sorprendentes” en enfermedades como las hematológicas, pero no así en tumores sólidos dadas sus especiales características, por la presencia de un ambiente que dificulta la acción del sistema inmune, por lo que “entender ese microambiente es clave para que esa estrategia funcione”.

“La tercera línea es desarrollar estrategias para frenar el ambiente inmunosupresor”, según Lasarte, quien ha concluido que la combinación de estas herramientas puede ser una alternativa para el tratamiento del hepatocalcinoma.EFE

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