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Nick Hague, astronauta NASA:”Nuestra misión es para la humanidad”

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En un momento en que las conspiraciones rusas y la creación de un Ejército Espacial acaparan titulares, el astronauta y coronel de las Fuerzas Armadas de EE.UU. Tyler “Nick” Hague se enorgullece de que su misión en la Estación Espacial Internacional (ISS) busca servir “a la humanidad”.

“Creo que la misión que estamos llevando a cabo ahí arriba es una misión para la humanidad, por lo que cualquier golpe a esa misión, no es solo un golpe a un país, sino a toda la humanidad”, declara a Efe Hague durante una entrevista que tuvo lugar en la que antaño fue su segunda casa, el Pentágono.

El coronel, cuya presencia llama la atención en los pasillos de la sede del Departamento de Defensa tanto por su altura como por su mono espacial de un azul intenso y con el emblema de la NASA cosido en el pecho, se encuentra estos días en Washington ultimando algunos detalles antes de desplazarse a Rusia dentro de una par de semanas.

Desde allí, en concreto desde la conocida como la Ciudad de las Estrellas (Star City) está previsto que el próximo 11 de octubre el estadounidense despegue a bordo de la nave Soyuz rumbo a la ISS, donde permanecerá hasta mediados de abril del año próximo.

Nacido en 1975, en la localidad de Belleville (Kansas), la función de Hague será ejercer de ingeniero de vuelo, aunque, en realidad, la misión del equipo de cinco personas, que suele encontrarse a bordo de la Estación, es la de trabajar en tareas de mantenimiento y, sobre todo, ayudar con las investigaciones.

“Tengo la suerte de ser los ojos, las orejas, la nariz y las manos de los científicos que se encuentran en tierra”, apunta este piloto que reconoce sentirse “emocionado” ante la perspectiva de realizar su primer vuelo espacial.


Hague admite que en estos momentos le invade una mezcla de sensaciones, que van desde la excitación ante la idea del despegue, “cuando el cohete empiece a vibrar por el impulso de los motores y pasas de 0 a 1.000 millas por horas (unos 1.600 Km/h) en solo dos minutos”, hasta la presión por no querer “cometer errores”.

Aunque “no en la misma proporción”, el astronauta considera que esa misma mezcla de sentimientos es la que sienten su esposa y sus dos hijos pequeños, que pueden ver como algo “aterrador” que su padre salga lanzado en un cohete para adentrarse en la infinidad del espacio.

Un camino lleno de retos


El camino que le ha traído hasta aquí no ha sido fácil y ha estado repleto de retos, explica Hague, quien tras licenciarse en la Academia de las Fuerzas Armadas en 1998, sirvió en Irak en 2004 e, incluso, trabajó en el Pentágono como enlace con el Congreso.

En 2013, “tras diez años y tres intentos” la NASA, por fin, le aceptó en su programa espacial. Comenzó entonces una nueva aventura profesional y que, de alguna manera, supone la culminación de un sueño.

“Cuando era pequeño miraba al espacio y me preguntaba qué habría allí arriba. Siempre soñé con el espacio”, dice este coronel al que aún se le ilumina la mirada como a un niño al hablar de las estrellas.

Al laboratorio espacial, único en el universo, llegará Hague a bordo de la nave Soyuz, que será además su “bote salvavidas”, por lo que permanecerá anclada a la Estación hasta que se produzca el reemplazo de la tripulación.

Su compañero en este primer viaje será Aleksei Ovchinin, con quien, tras meses entrenando “codo con codo”, el estadounidense asegura llevarse “bien”, pese a que su conocimiento del idioma ruso -que es el oficial durante el despegue- es principalmente “técnico”.

Este es apenas un ejemplo más de cómo la carrera espacial parece mantenerse al margen de las tensiones que se viven en el mundo, especialmente en momentos de gran incertidumbre entre Washington y Moscú, una extraña relación que ha suscitado grandes polémicas estos días, las cuales, no obstante, parecerán minúsculas desde allá arriba.

“Espero que sirva de ejemplo para seguir avanzando, para ver que, si queremos superar retos realmente difíciles, si queremos tener éxito, tenemos que colaborar como lo hacemos en la EEI”, desea Hague, justo antes de concluir, siempre modesto: “Espero poder realizar una aportación significativa a este equipo global”. EFE

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