Managua – El Gobierno de Nicaragua envió este jueves sus condolencias a Túnez, por la muerte del presidente tunecino Beji Caïd Essebsi, quien falleció tras un mes enfermo, a los 92 años.
«Hacemos llegar nuestras sentidas condolencias, por el tránsito a otro plano de vida del presidente Beji Caïd Essebsi», escribió a Túnez el Gobierno de Nicaragua, en una carta firmada por su mandatario, Daniel Ortega, y por la vicepresidenta Rosario Murillo.
En agosto de 2013, Ortega criticó las elecciones que llevaron al poder a Essebsi por la vía democrática en Túnez, en un discurso en el que repudió la «primavera árabe».
«No hay quien respete a quienes resultaron ganadores», sostuvo el presidente nicaragüense, en aquel momento, la única vez que se refirió al Gobierno de Essebsi en público.
El fallecido dignatario tunecino había ingresado en un hospital la noche del pasado miércoles por tercera vez, aquejado de una «grave crisis de salud», informó su hijo Hafed Caïd Essebsi.
«Desde Nicaragua, siempre bendita y siempre libre, nuestra solidaridad fraternal, a su Gobierno, su pueblo, y a la familia y amistades del hermano Beji Caïd Essebsi», agregó Ortega.
Perteneciente a una familia acomodada del pueblo turístico de Sidi Bou Said, en la costa norte de Túnez, Essebsi pasará a la historia como el controvertido político que «salvó la primavera árabe» y guio al país a la democracia tras una difícil transición.
Con su muerte, Túnez queda sumido en la incertidumbre política después de que hace una semana se negara a ratificar las enmiendas a la ley electoral aprobadas por el Parlamento, a escasos tres meses de que se celebren elecciones legislativas.
La Instancia Superior Independiente de las Elecciones (ISIE), decidió hoy adelantar al próximo 15 de septiembre los comicios previstos para noviembre.
Durante la presidencia de Essebsi, Túnez aprobó varias leyes controvertidas -como la de reconciliación nacional que permite a algunos benalistas regresar- o la enmienda de la ley electoral, que frena las aspiraciones de algunos políticos ajenos al benalismo y la tradicional aristocracia tunecina.
Pero también otras progresistas sobre los derechos de las minorías, como la comunidad LGTBI o las mujeres, y en contra de la violencia machista.
