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Muere el actor Robin Williams a los 63 años; investigan posible suicidio

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Los Ángeles (EEUU) – El célebre actor de Hollywood Robin Williams falleció hoy a los 63 años en su domicilio del norte de California (EEUU) en circunstancias que apuntan a un suicidio por asfixia como causa de su muerte, según indicaron las autoridades del condado de Marin.
 

Williams, ganador de un Óscar por «Good Will Hunting» (1997), «había estado luchando contra una severa depresión últimamente», informó su portavoz Mara BuxBaum, en un comunicado al que tuvo acceso Efe.

«Esta es una trágica y repentina pérdida», declaró BuxBaum.

Su esposa, Susan Schneider, confesó tener «el corazón destrozado» por el adiós de su marido y «mejor amigo» y pidió que fuera recordado no por su muerte sino «por los incontables momentos de risas y alegría que hizo pasar a millones» de personas.


El actor había estado trabajando intensamente este año y en julio decidió ingresar durante varias semanas un centro de rehabilitación en Minesota «por precaución», dijo entonces su representante.

Williams tenía un largo historial de abusos de cocaína y alcohol que se remonta al principio de la década de 1980 y, aunque mantuvo a raya sus adicciones durante años, recayó en 2006.

Williams fue visto por última vez con vida en torno a las 22:00 hora local del domingo (05:00 GMT del lunes) en su casa de Tiburón, en el área de la bahía de San Francisco, y no fue hasta las 11:55 de la mañana de hoy (18:55 GMT) que los servicios de emergencia fueron alertados de su estado.

Los médicos de urgencia llegaron al domicilio apenas cinco minutos después del aviso y se encontraron a Williams inconsciente y sin respiración.

La defunción del artista se certificó casi de inmediato, a las 12:02 hora local (19:02 GMT).

Las autoridades abrieron una investigación para esclarecer lo ocurrido y los primeros indicios señalan a un posible suicidio por asfixia, si bien la oficina del alguacil del condado de Marin no reveló más detalles.

Está previsto que los agentes comparezcan ante los medios de comunicación el martes a las 11:00 hora local (18:00 GMT) para dar más información sobre el caso.

Mañana también está programado el examen forense y la realización de las pruebas toxicológicas al cadáver.

Williams nació en Chicago el 21 de julio de 1951 e inició su carrera interpretativa con un pequeño papel en la serie «Happy Days» en 1974 y debutó en el cine en 1980 con «Popeye», si bien no alcanzó el estrellato hasta la segunda mitad de la década de 1980.

Su primera candidatura al Óscar llegó de la mano de «Good Morning, Vietnam» en 1988, cuando disputó la estatuilla de actor protagonista, la misma a la que volvería a optar en 1990 y 1992 por «Dead Poets Society» y «The Fisher King».

El galardón fue suyo en 1998 por «Good Will Hunting», aunque en la categoría de mejor actor de reparto.

Williams logró además cuatro Globos de Oro interpretativos y dos honoríficos, así como un par de televisivos premios Emmy.

Este año había estrenado la comedia «The Angriest Man in Brooklyn» y el drama «Boulevard», y aún tenía dos filmes más en cola para irrumpir en cartelera en 2014: «Merry Friggin’ Christmas» y la tercera parte de «Night at the Museum».

El actor había regresado a la pequeña pantalla en 2013 con una comedia titulada «The Crazy Ones» que tras una temporada en emisión fue cancelada por la cadena CBS.

Williams contrajo matrimonio en tres ocasiones, la primera de ellas con la bailarina Valerie Velardi en 1978, con la que tuvo un hijo, Zachary, y de la que se separó en 1988.

Un año después se casó con Marsha Garces, con quien tuvo dos hijos (Zelda y Cody), si bien su relación terminó en ruptura en 2008.

En 2009 se sometió a una operación cardiaca de la que se recuperó satisfactoriamente tras lo cual dio el «sí quiero» a Schneider.

Su filmografía incluye producciones como «Awakenings» (1990), «Hook» (1991), «Aladdin» (1992), «Mrs. Doubtfire» (1993), «Jumanji» (1995), «Patch Adams» (1998), «Bicentennial Man» (1999) y «The Butler», entre otras.

Robin Williams, el payaso más triste de Hollywood

Hizo reír a varias generaciones con «Mrs Doubtfire», soñar con «Dead Poets Society» y fue «el genio más genial» en «Aladdin», pero Robin Williams siempre arrastró un aire de amargura que de «Good Morning Vietnam» a «Good Will Hunting», con la que ganó el Óscar, dibujó al payaso más triste de Hollywood.

El fallecido actor Christopher Reeve contó una vez que la primera persona que le había hecho reír tras quedar parapléjico al caerse de un caballo había sido Robin Williams.

Habían sido compañeros de estudios de interpretación en la Julliard School y amigos durante toda la vida. Cuando estaba todavía ingresado en el hospital, Williams se hizo pasar por un doctor ruso que quería practicarle una colonoscopia.

Ese era el terreno del actor: la risa para ocultar el llanto y hoy los rumores de suicidio se ciernen de manera terrible sobre la muerte de uno de los grandes cómicos de Hollywood.

Williams, nacido en Chicago en 1951, había combinado desde bien joven un genio irresistible y una verborrea sin igual con una vida personal plagada de debilidades.

Antes de saltar a la interpretación había empezado a estudiar Ciencias Políticas, una inquietud comprometida que nunca le abandonó en sus ácidas comparecencias públicas, como cuando en el Festival de Berlín presentó «The Final Cut», uno de sus filmes más oscuros, y disparó una rueda de prensa en la que dijo «no sé qué hacemos buscando armas químicas en Irak cuando sería más fácil mirar en los albaranes del Pentágono».

Y antes de llegar a la fama, que se fraguó en la televisión con series como «Happy Days» y, sobre todo, «Mork Mindy» en la segunda mitad de los setenta, ya había coqueteado peligrosamente con la cocaína, que compartió con otro amigo suyo malogrado, John Belushi. «La cocaína es la manera que tiene Dios de decirte que estás ganando demasiado dinero», decía con ironía.

El cine tardó más en darle la bienvenida, pero fue a lo grande con «Good Morning Vietnam», de Barry Levinson, que sacó un partido único a su rapidez verbal, a su ingenio y su capacidad para combinar con una gran sonrisa una mirada triste.

También le supuso su primera nominación al Óscar y abrió su mejor época profesional y vital, continuada con «Dead Poets Society», de Peter Weir, la película que hará hoy que se levante toda una generación de adolescentes a despedirle al grito de «Oh, capitán, mi capitán», pues en ella encarnó a un heterodoxo profesor que se sale de los temarios y entra en la materia sensible de la vida.

El trío de ases (y de nominaciones al Óscar) se redondeó con «The Fisher King», de su ídolo cómico, Terry Gilliam (de los Monty Python), esta vez metido a mágico fabulador.

Disney pensó en él como el único capaz de poner voz al genio de «Aladdin», su gigantesco éxito comercial, y su pericia fue tan bárbara que algunos incluso pidieron una cuarta nominación al Óscar por un trabajo de doblaje. Como rezaba la canción que él mismo cantaba en infinitos tonos y voces distintos, no había en el mundo «un genio tan genial».

Y Steven Spielberg pensó en lo contrario: en darle el papel de un Peter Pan hastiado y amargado en su vida real y volviendo a Nunca Jamás para solucionar su insatisfacción. Era «Hook» y allí reafirmó su conexión con uno de sus públicos más fieles: el infantil.

«Mrs. Doubfire», en la que se convirtió en una adorable asistenta británica para estar más tiempo con sus hijos, le reportó un Globo de Oro y desplegó una paleta más amplia de talentos si cabía, hasta convertirla en un gran éxito comercial.

Seguirían otros filmes como «Jumanji», «Patch Adams» (no en vano, sobre la terapia de la risa) o la incomprendida «Jack», rareza agridulce de Francis Ford Coppola.

El Óscar, llegó finalmente a la cuarta nominación en 1997, la primera como secundario, en un papel tan agridulce como él mismo. El psiquiatra viudo de «Good Will Hunting», de Gus Van Sant. y, por primera vez, Robin Williams se quedó casi sin palabras al subir al escenario ante la ovación de toda la profesión. Aunque enseguida se recuperó y empezó a bromear.

Desde entonces, en cambio, nunca volvió a conseguir un gran papel a la altura de su talento, si bien participó en películas notables como «Insomnia», del ahora idolatrado Christopher Nolan, y volvió a poner comicidad a éxitos de taquilla como «Night at the Museum» y su voz a nuevos clásicos de la animación como «Happy Feet».

Así, en 2006 volvió a un centro de rehabilitación tras reconocer su alcoholismo y en 2009 sufrió problemas cardíacos. Pero nada parecía indicar que Robin Williams, que seguía más en el corazón del espectador que en la mente de los productores, se iría así sin más.

Se había anunciado una secuela de «Mrs. Doubfire», estaba rodando otra entrega de «Night at the Museum» y disfrutaba de un matrimonio todavía corto pero aparentemente estable con Susan Schneider.

Y es que Williams también tuvo una vida sentimental algo caótica, a la que sobreviven tres hijos de sus dos primeros matrimonios. «La vida solo te da una pequeña chispa de locura. No debes perderla», dijo en una ocasión.


Los Obama lamentan la muerte
de Robin Williams, un actor «único»

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su familia lamentaron la muerte del famoso actor de Hollywood Robin Williams, hallado muerto hoy en su domicilio de California y al que describieron como un intérprete «único».

«Llegó a nuestras vidas como un extraño pero terminó tocando cada elemento del espíritu humano. Nos hizo reír. Nos hizo llorar. Entregó su inmensurable talento a quienes más lo necesitan, desde nuestras tropas en el extranjero a los marginados en nuestras calles», expresó la familia presidencial en un comunicado.

La familia del presidente Obama ofreció, asimismo, sus condolencias a los allegados del actor y a todos aquellos que «encontraron su voz y su verso gracias a él».

La oficina del alguacil del condado de Marin, en California, investiga un posible suicidio del intérprete, que estaba inconsciente y no respiraba cuando fue encontrado en su casa de la localidad de Tiburón, muy cerca de San Francisco, por los equipos de emergencia que se trasladaron hasta allí en torno al mediodía de hoy (19:00 GMT), tras recibir una llamada de socorro.

Los médicos confirmaron la muerte de Robin McLaurin Williams, de 63 años, poco después de llegar (12:02 hora local, 19:02 GMT) y las autoridades abrieron una investigación para esclarecer las causas de su repentino fallecimiento.

Los primeros indicios apuntan a que el célebre protagonista de cintas como «Good Morning, Vietnam», «Dead Poets Society» y «Jumanji» se suicidó asfixiándose.

El adiós de Robin Williams
conmociona a Hollywood

Los mensajes de condolencia, sorpresa y tristeza se sucedieron hoy tras el anuncio del repentino fallecimiento del popular actor Robin Williams, quien fue encontrado sin vida en su domicilio californiano.

Williams, de 63 años, sufría depresión y las autoridades barajan como probable la hipótesis del suicidio.

«No podría quedarme más de piedra por la pérdida de Robin Williams, buena gente, talento genial, compañero actor y alma genuina», dijo su colega Steve Martin en Twitter al enterarse de lo ocurrido.

La latina Zoe Saldana afirmó no encontrar las palabras para «expresar la tristeza por esta pérdida trágica» y Michelle Rodríguez recordó con nostalgia los momentos de risa y llanto que vivió a través de los trabajos de Williams.

John Cusack, Mandy Moore, George Takei, Mara Shriver, Shannen Doherty, Mia Farrow, Kevin Spacey y Faye Dunaway fueron algunos artistas que recurrieron a las redes sociales para expresar su pena.

Lenny Kravitz eligió una fotografía que se tomó con Williams en el rodaje de «The Butler» en Nueva Orleans para recordar al ganador de un Óscar por «Good Will Hunting».

«Fue un honor conocerte», comentó el cantante.

Lindsay Lohan, por su parte, habló de la «bondad» de Williams a quien conoció en su primer día de filmación de «The Parent Trap».

«Qué perdida tan enorme», afirmó la actriz.

Zachary Quinto y Anna Kendrick recurrieron a una de las frases más icónicas de la filmografía de Williams, el extracto del poema «O Captain! My Captain!» escrito por Walt Whitman que recogió el espíritu del popular drama juvenil «Dead Poets Society» que el actor protagonizó en 1989.

«¡Oh, capitán, mi capitán! Levántate aguerrido y escucha cual te llaman tropeles de campanas. Por ti se izan banderas y los clarines claman», escribió Kendrick.

Desde la Cámara de Comercio de Hollywood se informó de que el martes se colocarían unas flores a modo de tributo sobre la estrella que lleva el nombre de Robin Williams en el turístico Paseo de la Fama.

Williams falleció en su domicilio en Tiburón, en el área de la bahía de San Francisco.


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