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Millares de hondureños festejan a la virgen de Suyapa

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Tegucigalpa – Millares de católicos hondureños están de fiesta hoy tres de febrero, fecha en que se festeja el aniversario 265 de Santa María de Suyapa, patrona de esta nación centroamericana.
 

– Desde diversos puntos del país, familias enteras llegan a visitar el santuario de la patrona de Honduras

– Entre la pobreza y la devoción los feligreses acuden con fervor

Los feligreses han llegado de todas las regiones hondureñas, desde el occidente donde los peregrinos son mayoritariamente lencas, hasta los poblados caribeños donde se conjuga el mestizaje.

Garífunas, lencas, mestizos, tolupanes, misquitos y chortís , son parte de la diversidad étnica en la que conjugan sus ancestrales ritos en una especie de sincretismo religioso.
En la víspera y durante la novena para conmemorar la fiesta, miles han desfilado por la basílica de Suyapa. También lo han hecho por la ermita ubicada en la aldea del mismo nombre de la virgen, una zona caliente, afectada por la delincuencia. La ermita de Suyapa ha servido de santuario a la diminuta imagen de la madre de Dios.

Para estos días la zona de Suyapa está fuertemente resguardada por militares que cuidan a su patrona. La virgen de Suyapa es la capitana general del Ejército de Honduras. También policías cuidan a los visitantes.

Los homenajes a la virgen de Suyapa son múltiples y vienen de todos los sectores de la población.

La fiesta grande empezó desde la media noche de este jueves, con una alborada en la que artistas nacionales obsequiaron sus mejores piezas de canto y poesía a Suyapa.

Proceso Digital recorrió la magnífica catedral y sus alrededores, repletos de fieles que se confunden entre las ventas de imágenes, estampas, rosarios, velas y otros símbolos religiosos. Igualmente son muchos los puestos de comidas típicas y golosinas. Allí los visitantes encuentran desde carne asada, baleadas, yucas con chicharrón y pastelitos, acompañados por horchata y posol (bebidas hechas de maíz y arroz) hasta bocadillos rápidos.

No son pocos los puestos de achinería y objetos deportivos de los gigantes clubes mundiales del futbol: el Real Madrid y el Barcelona.

Destacan las ventas de artesanías y hasta de ropa usada, una demanda que cada vez es más amplia entre los hondureños, marcados porla pobreza que afecta al 70 por ciento de los 8,2 millones de habitantes.

En las cercanías de la basílica, Gloria Gonzales, acompañada de su marido y sus dos pequeños hijos, comentó que llegó al templo desde la rural comunidad de El Suyatal, Cedros, en el central departamento de Francisco Morazán.

Gloria visitó a la virgen para pagarle una promesa, es su segunda visita al templo. Ella expresó su devoción, mientras servía leche a sus hijos, un producto embasado artesanalmente y que trajo desde su casa. La mujer comentó que financió su viaje con un ahorro especial.

En otro orden, Gloria Gonzales, se refirió a la violencia que sacude Honduras y que le coloca como uno de los países más violentos del planeta. Ella aplaudió la decisión de intervenir la Policía. “Eso era necesario porque han perdido credibilidad” refirió.


En el interior del templo, Proceso Digital conversó con Ángela Martínez, una garífuna que llegó desde el atlántico puerto de Trujillo, Colón. Ella realiza su quinto viaje al santuario y lo hace para sustituir la presencia de su madre quien lo acostumbró durante más de 20 años.

“Estoy aquí siguiendo con la tradición y la devoción de mi madre, ella falleció hace cinco años y yo siempre le pido a la virgen y ella me escucha y me concede lo que necesito” dijo Ángela, quien permanece en Tegucigalpa desde hace tres días durante los que ha participado en eventos religiosos.

Más de 60 garífunas de la pastoral del barrio Cristal de Trujillo llegaron hasta el santuario donde incluso celebraron una misa especial.


Al igual que Ángela, los feligreses garífunas portan pequeñas canastas con dulces y comidas propias de su etnia, la mayoría a base de coco. Ellos las sirven como ofrenda para la virgen y las comparten entre los parroquianos.

La joven garífuna comentó que es paisana del presidente hondureño, Porfirio Lobo (nacido en Trujillo), al que calificó como un hombre humilde y bueno pero a su juicio “muchos de los que lo rodean no lo dejan trabajar bien”.


En tanto Jesús Marín Argueta, un hombre que llegó con su mujer y sus dos pequeñas hijas desde Santa Ana, La Paz, en la región central de Honduras, manifestó que esta es la primera visita familiar a la virgen pero indicó que es devoto de Suyapa desde que hace 15 años cuando la imagen fue llevada hasta su localidad.

“Gracias a la buena cosecha de café pudimos venir para dar gracias a Dios y a la virgen” dijo Jesús Marín Argueta, quien dedica su vida a sembrar la tierra.

Proceso Digital contrastó la visita religiosa de Jesús para consultarle sobre la inseguridad que abate al país. El dijo que en su localidad la violencia es casi inexistente pero señaló que el problema de la Policía es grave y dijo que la intervención es necesaria ante la pérdida de credibilidad.

A la fiesta de Santa María de Suyapa, también llegó Ventura García, una mujer que desde hace 48 años visita el santuario. Ventura junto a su hermana, hijos y sobrinos llegó a Tegucigalpa como lo hace cada febrero, con la diferencia que en esta oportunidad su madre no pudo acompañarla por efectos de salud.


Ella es originaria de Lepaterique, Francisco Morazán. Ventura junto a su familia está en la capital hondureña desde hace cuatro días en los que ha dormido en la intemperie, en las cercanías del templo y su viaje lo ha financiado con extrema dificultad, comenta.

Pese a ello, dice “la virgen nos ayuda en muchas cosas pero, sobre todo, lo que importa es la fe” subrayó a la vez que reafirmó su compromiso de visitar a la madre de Dios en lo que le resta de vida.

Ventura García aprovechó para pedir al gobierno que vuelva sus ojos a los pobres de su comunidad. “No pido una barbaridad pero que nos llegue algo” expresó con vehemencia.

Ethel Fosskin es una joven madre originaria de El Progreso, Yoro, ella radica en Tegucigalpa desde hace 10 años y manifiesta que desde entonces visita con frecuencia la catedral de Suyapa. Este año llegó a cumplir una promesa y a pedir por el bienestar de sus dos hijas.


Otro devoto de Suyapa es Juan Antonio Martínez, quien llegó en familia a cumplir con una promesa que hizo a la virgen porque ella le ayudó a hacer su casa, relató.

La familia Martínez vendió algunas gallinas para financiar su viaje, el que serealizó en un solo día. Sus miembros manifestaron el fervor y la satisfacción por participar en la fiesta católica.

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