Tegucigalpa. – La campaña electoral abierta que recién comienza dispone de más de mil millones de lempiras en gastos publicitarios como techos límites aprobados por el Tribunal Supremo Electoral, una cifra que a medida que transcurra el proceso permitirá ver su inversión o disminución, así como las formas creativas de los políticos por atraer votantes bajo la mirada de la Ley de Financiamiento de la Política Limpia.
Para el nivel electivo presidencial el techo límite de campaña a gastar es de un poco más 469,6 millones de lempiras, en tanto para el nivel electivo a cargo de diputados, el monto fijado por el tribunal supremo electoral es superior a los 465,8 millones de lempiras.
Los gastos para los gobiernos municipales van desde 222 mil lempiras hasta más de 60 millones de lempiras, según la carga electoral. En suma, un poco más de mil millones de lempiras han sido aprobados para ser gastados en esta campaña político electoral.
La entrada en vigor de la ley de política limpia ha logrado, por ahora, que los aspirantes políticos inicien con cautela sus campañas. A diferencia de otros procesos electorales, el banderillazo para dar rienda suelta al derroche publicitario no ha tenido el efecto masivo de la bullaranga de spot radiales o televisivos, la ciudad tapizada de carteles fotográficos o el uso masivo de vallas.
Parece que la campaña inició con cautela en cuanto al derroche de gastos y de acuerdo con los analistas, ello obedece a las advertencias hechas por los integrantes de la Unidad de Fiscalización de la ley de política limpia que está obligando a los aspirantes a abrir cuentas bancarias para que depositen en las mismas el dinero que reciban, así como a otros controles que contempla la ley.
El otro elemento que según los analistas podría estar incidiendo en esta cautela, es el financiamiento de la narco política a raíz del desmantelamiento de carteles de la droga y las declaraciones de sus jefes a las cortes federales estadounidenses.
Los primeros asomos
Si bien ambos escenarios son válidos, será el tiempo quien dirá qué tan ciertas son esas afirmaciones pues la campaña electoral apenas inicia y será en los meses de octubre y noviembre en donde la propaganda electoral se volverá intensa, a medida que salgan los sondeos y el clima electoral brinde señales que indiquen hacia dónde estaría yendo la inclinación del electorado.
De momento, en las grandes ciudades, la propaganda política cuenta con algunos spots radiales de aspirantes a diputados. Uno de ellos es de “Macanudo, doctor”, de un aspirante a diputado por Libertad y Refundación que suena en los medios afines a ese partido político.
La Alianza opositora ha empezado a hacer uso de los anuncios de vallas digitales para enviar sus mensajes, mientras los liberales siguen colocando afiches de algunos aspirantes a diputados o a la alcaldía capitalina. Afiches que también han comenzado a visibilizarse en algunos sectores de la ciudad capital por partidos como VAMOS, Democracia Cristiana y Unificación Democrática.
El Partido Nacional, arrancó su campaña sin la fotografía de sus candidatos a diputados, alcaldes o regidores. La estrategia se ha centrado en pancartas con el logo de la estrella solitaria y el llamado a votar por el actual candidato-presidente, Juan Orlando Hernández. Es una campaña subliminal que llama a votar en plancha, conocido también como voto en línea o raya continua. La idea es fijar en el elector la figura del Partido Nacional y alrededor de él todos sus aspirantes.
A medida que logren esa fijación, la estrategia varía según como vaya la simpatía en los sondeos del elector. El tiempo dirá a los nacionalistas si esa estrategia de vuelta al voto bajo la figura partidaria y no la figura del voto cruzado en la papeleta a nivel de cargos electivos de alcaldes, diputados y regidores, es la adecuada.
Cada candidato a diputado o a regidor, a diferencia de otros procesos, hace ahora sus cálculos de poder salir o no electo. Según la carga electoral que les corresponda así sabrán cómo invertir sus recursos.
Algunos límites de gastos
Los nacionalistas parecen concentrarse en la figura alrededor del partido, mientras los otros partidos en la oposición irán soltando de a poco la plata conforme lo establece la ley de la política limpia.
Si se cumple o no ese techo de más de mil millones impuestos en el límite de gastos, dependerá del monitoreo que haga la Unidad de Fiscalización de la ley de política limpia y los entes civiles que harán veeduría ciudadana.
Ciudades como Tegucigalpa, por ejemplo, tiene disponible a nivel de gastos límites para la alcaldía más de 66.1 millones de lempiras, mientras San Pedro Sula tiene 40.1 millones de lempiras. En la capital y San Pedro Sula, 10 partidos políticos buscan la alcaldía, mientras a nivel de diputados, tanto para Francisco Morazán para Cortés, cada uno tiene un límite de gasto de 3.7 millones para Francisco Morazán y 4.2 millones para Cortés.
Cortés tiene 20 diputados y un techo límite cada uno de 4.2 millones de lempiras, es decir que solo en ese departamento los aspirantes políticos podrían gastar en conjunto cerca de 84 millones de lempiras.
En Francisco Morazán, los diputados son 23 y cada uno de ellos está autorizado a gastar 3.7 millones de lempiras, que en conjunto equivaldría a un poco más de 85.1 millones de lempiras por partido. A medida que se intensifique la campaña se verá si esos gastos responden a lo recolectado en rifas, cenas, cabalgatas, colectas, donaciones o aportes del sector privado, quien también tiene un techo límite regulado por la ley de la política limpia.
