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Margaret Thatcher, sí que era una “Dama de Hierro”.

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“Mis personajes Inolvidables” – 9

Miami, (EEUU) – (Especial para “Proceso Digital- Por Alberto García Marrder)

Uno puede estar en desacuerdo con la ideología conservadora de Margaret Thatcher en sus tres mandatos como Primera Ministra del Reino Unido.

Pero eso no quita para admirar su coraje y firmeza. Por algo la llamaban “La Dama de Hierro”. O yo que la conocí como periodista, la llamaría “La Dama del Puño de Acero”.

Viví en Londres esos años duros de Thatcher y me precipité sobre un teletipo para dar el “flash” de su renuncia del 10 de Downing Street el 22 de noviembre de 1990, cuando era el Delegado (“Bureau Chief”) de la Agencia Española de Noticias “EFE”.

Y tuve el honor de entrevistarla, junto a otros corresponsales españoles, con motivo de una visita oficial a España en 1988.

Cuando le hacíamos una pregunta, ella te quedaba viendo seria e impaciente. Daba la impresión de estar pensando… “a ver que pregunta tonta me hace este periodista sobre Gibraltar”, en pocas palabras, imponía. Su cuidadoso peinado inflado, lleno de laca, era inamovible. Y su collar, siempre haciendo juego con el color de sus pendientes. Era muy conservadora hasta en su manera de vestir.

No he dudado en incluirla en mi lista de diez de mis “Personajes Inolvidables”.

Margaret Thatcher, la ex Primera Ministra británica y el ex presidente norteamericano, Ronald Reagan, en una de sus muchas reuniones en los años ochenta. Compartían una gran afinidad ideológica conservadora y una estrecha amistad. El autor entrevistó a los dos, por separado, en Londres y Washington. (Foto PA Wire).

Una de mis debilidades en Londres era ir a verla los miércoles en el “Question Time” en la Cámara de los Comunes del Parlamento Británico, desde la galería de la prensa. Se podía ver por televisión, pero verla en acción en directo era otra cosa.

Thatcher apabullaba sin misericordia al entonces líder de la oposición, el laborista Neil Kinnock. Como si fuera un combate de boxeo, golpes y golpes, hasta un KO final.

Y la bancada conservadora (de pocas diputadas), detrás de ella, gritando jubilosa ante una pelea dialéctica desigual. Uno sentía lástima por Kinnock.

La Primera Ministra británica, Margaret Thatcher, en un debate parlamentario. (Foto de un video de la BBC.).

A pesar de sus logros económicos de libre mercado y de haber frenado la inflación, Thatcher dejó a un país dividido y un legado controversial.

Tal vez uno de los más controvertidos fue su decisión de hundir, durante la guerra de las Malvinas de 1982, el crucero argentino “General Belgrano” cuando estaba navegando fuera de la zona de exclusión de 200 millas del archipiélago.

La decisión de hundir el buque de guerra argentino fue discutida y aprobada por la Primera Ministra en una reunión de urgencia con su gabinete en su residencia de Checkers, en las afueras de Londres.

“SINK IT” (“Húndalo”), dijo finalmente Thatcher, según la prensa londinense. Poco después, el submarino nuclear británico “HMS Conqueror” disparaba un torpedo y hundía el Crucero. Murieron 323 marinos argentinos y precipitó el fin de la breve guerra, tras la invasión argentina a las Islas Malvinas, para recuperar un territorio que alegan es suyo.

(Ocho años después y por invitación del gobierno británico, recorrí como periodista los lugares donde hubo combates bélicos en Las Malvinas, vi aviones argentinos derribados y caminé por el Cementerio Argentino. Buenos Aires se niega a repatriar los restos de casi cien jóvenes soldados, alegando que reposan ya “en tierra argentina”).

El 28 de noviembre de 1990, Thatcher renunció debido a una rebelión interna en su propia partido: La sustituyó como líder del Partido Conservador y como Primer Ministro, John Major, un tipo aburrido para la prensa que estaba acostumbrada a los días movidos de Thatcher.

Aceptó después el título de Baronesa Thatcher en la Cámara de Los Lores, pero su vida se fue apagando poco a poco. Se quedó viuda en el 2003, al morir su esposo Dennis Thatcher.

Tras renunciar a su cargo, Margaret Thatcher fue nombrada por la Reina Isabel II como Baronesa Thatcher. En la foto en la Cámara de los Lores. (Foto Getty Images).

Murió el 8 de abril de 2013, a los 87 años, por un infarto cerebral, pero ya padecía de demencia senil. A pesar de que había dejado escrito que no quería un funeral de Estado, tuvo uno. Y fue en la catedral de San Pablo y con la novedosa presencia de la Reina Isabel II, entonces de 86 años. La soberana nunca había acudido a los funerales de sus diez anteriores Primeros Ministros en sus 61 años en el trono, salvo cuando murió Winston Churchill en 1965.

 El funeral de Estado de Margaret Thatcher, el 8 de abril de 2013. (Foto Das Osterreichische).

Mañana, el décimo y último tema de la serie: La odisea de un pobre migrante español en Cuba y Honduras.

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