Guatemala – Millares de guatemaltecos salieron hoy a las calles unidos por un mismo objetivo: exigir una purga total del Estado, que califican de corrupto y obsoleto, y pedir, una vez más y a viva voz, la renuncia del presidente, Otto Pérez Molina, a quien el Congreso investiga por corrupción.
Las consignas en Guatemala, que empezaron el pasado 25 de abril tras la desarticulación de una estructura de defraudación aduanera en el ente recaudador de impuestos conocida como «La Línea», no callaron, sino que ahora se convirtieron en auténticas actividades lúdicas y festivas, acompañadas de exigencias.
La plaza de la Constitución, ubicada enfrente del Palacio Nacional de la Cultura, una de las dependencias del Gobierno, acogió hoy a más de 15.000 ciudadanos hastiados de la actual coyuntura política, marcada por dos escándalos de corrupción con altos funcionarios implicados.
De esta situación culpan al presidente, quien además tiene una denuncia en su contra por estos y hechos, por lo que exigen su renuncia de forma inmediata y simbolizan esta petición a través de un ataúd con su imagen que pasearon por todos las esquinas de la plaza.
«El pueblo unido alza su voz. Alto a la corrupción. Tito Pérez renuncia al poder Ejecutivo Ya»; «Me largo a Narnia. Prefiero que gobierne un león que un burro»; «Que sea condenado, la renuncia no es suficiente castigo», eran algunas de las pancartas que apoyaban esta petición.
No obstante, la ciudadanía guatemalteca, envalentonada tras la renuncia de la exvicepresidenta Roxana Baldetti, relacionada con el caso «La Línea», ha decidido ir más allá y levantar voces cada vez más fuerte en contra de los diputados, los candidatos a las próximas elecciones y los propios juristas del país.
«Si hubiera Justicia, no hubiéramos llegado hasta aquí», explicó a Efe uno de los manifestantes que pidió esconderse en el anonimato, pero que mostró «con orgullo» su propia pancarta: «No más corruptos. Guatemala no se vende. Mi dignidad no la compran con una lámina, ni con comida, ni con dinero».
Este hombre, de avanzada edad pero con el espíritu intacto, denuncia, al igual que muchos de sus compatriotas, que los candidatos a gobernar el país para el próximo mandato «siguen el mismo camino» e intentan «comprar» el voto de la gente «con meras limosnas».
También había mensajes en contra del embajador de Estados Unidos en el país, Todd Robinson, quien expresó su apoyo al actual Gobierno en los últimos días en la lucha contra la corrupción y a favor de la transparencia.
«Yanqui, go home» o «Tood=Otto, si no nos vas ayudar, go home» eran algunas de las misivas que los guatemaltecos quisieron hacer llegar al diplomático estadounidense.
Las protestas en Guatemala también han abierto sus miras y algunos aprovechan para hacer su propio negocio. Gorros, tacos, hamburguesas, bebidas, sombreros, calzados, todo tiene su espacio.
Pero sobre todo sobresale la comercialización de camisetas, banderas y cintas con mensajes tan claros como «RenunciaYa» o «Justicia», que los manifestantes no dudan en comprar para inmiscuirse en el ambiente, junto con silbatos, trompetas y bombos.
Todo vale para intentar hacerse escuchar.
También varios artistas, en un pequeño escenario, quisieron demostrar su apoyo a los guatemaltecos amenizando la tarde, algunos, incluso, con pequeñas letras improvisadas: «Renuncia Ya, Otto Pérez, renuncia ya. Genocida y ladrón, fuera del guacamolón», decía uno.
Niños, adultos y veteranos, pertenecientes a cualquier sector se unieron hoy, y muestra de ello es el grupo de «abuelas al rescate», que piden un futuro mejor «por nuestro país, nuestros hijos y nuestros nietos».
Una de las integrantes explicó a Efe que los principales objetivos son la reforma de la Ley Electoral y de Partidos Políticos, la reforma interna del Congreso, no permitir más transfuguismo en la política y no dejar que los diputados puedan ser reelegidos.
«Después de la renuncia de Pérez Molina, el siguiente paso es tomar el Congreso», sostuvo.
Unos de los integrantes y organizador de la marcha, que también prefirió no ser nombrado, indicó a Efe que los transportistas del país decidieron hacer un paro nacional para el próximo jueves, una fecha que se podría aplazar hasta el lunes 22 en un intento por concertar con otros sectores la realización de un paro masivo.
Entre las solicitudes de este colectivo está la dimisión del presidente y la protesta por el aumento de extorsiones y la muerte de varios chóferes.
En Quetzaltenango, a unos 250 kilómetros de la capital, también se secundó la convocatoria por miles de personas igual que en otros puntos del país.
