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Madres débiles y sacerdote deshidratado en tercer día de ayuno en Nicaragua

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Managua.– Las diez madres de los denominados «presos políticos» que se encuentran en huelga de hambre desde el jueves pasado en Nicaragua para pedir su liberación se encuentran débiles, mientras el sacerdote de la parroquia que las acoge presenta deshidratación, informaron ellos mismos este sábado.

«He amanecido con bastante dolor de cabeza. Me siento deshidratado, porque ya llevo tres días que no me alimento como debe alimentarse un diabético», afirmó el sacerdote nicaragüense que acompaña a las madres aunque sin hacer ayuno desde el interior del templo San Miguel Arcángel en Masaya -que permanece rodeado por policías-, en un audio enviado a la prensa.

El sacerdote, admirado por buena parte de los nicaragüenses por su defensa de las personas perseguidas por protestar contra el Gobierno del presidente Daniel Ortega, y criticado por sandinistas, dijo además que las madres de los «presos políticos» siguen en ayuno y en oración, pero «se encuentran débiles».

SITIADOS POR POLICÍAS

La defensora Yonarqui Martínez, conocida en Nicaragua como «la abogada de los presos políticos» en medio de la crisis sociopolítica que atraviesa el país y que también se encuentra en el interior del templo, al que la Policía ha prohibido el ingreso, declaró también a través de un audio que el religioso, además de estar deshidratado, «ha estado con problemas de salud, con dolores de cabeza y presentó mareos».

Explicó que lograron ponerle insulina y «pudo restablecerse un poco».

La activista publicó una foto del sacerdote en la que aparece con un rostro de cansancio.

«Pedimos a todo el pueblo de Nicaragua que continúen orando, clamando al creador para que salgamos bien de esto», abogó.

SIN AGUA Y LUZ

Asimismo, denunció que la parroquia sigue sin agua potable ni luz eléctrica desde que comenzaron con la huelga de hambre, además de rodeada por policías que no permiten el ingreso de agua, alimentos y medicinas, ni de sacerdotes, médicos o personas que quiera expresar su solidaridad.

Las 11 mujeres cumplieron esta tarde 60 horas de reclamo pacífico en la parroquia San Miguel Arcángel, de la ciudad de Masaya, 28 kilómetros al sureste de Managua, que desde la tarde del jueves permanece aislada por un cerco policial que en algunas calles se extiende hasta 300 metros.

Junto con las manifestantes se encuentran dos opositores excarcelados, una defensora de derechos humanos, un empleado del templo y el sacerdote Román.

Los policías, que no han explicado la razón de su presencia alrededor del templo, han golpeado las puertas de la iglesia de forma continua, y han amenazado con entrar y arrestarlas, según han denunciado los manifestantes.

TEMEN ATAQUE POLICIAL

Debido a la falta de energía, los manifestantes han apagado sus teléfonos móviles cuando no los utilizan porque temen que las baterías se agoten, y no poder avisar de posibles ataques de policías y civiles armados afines al Gobierno.

Trece jóvenes que llevaron agua a las mujeres la noche del jueves fueron capturados por la Policía, y llevados a la cárcel «El Chipote», en Managua, señalada como centro de torturas del Gobierno, donde permanecen recluidos.

Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que también condenó el sitio policial, al menos 328 personas han muerto desde el inicio de la crisis política en Nicaragua en abril de 2018, aunque organizaciones locales cuentan hasta 651, mientras el Gobierno de Ortega admite 200 y alega defenderse de un supuesto intento de «golpe de Estado».

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