Tegucigalpa/Guatemala – De acuerdo a un informe del diario Prensa Libre de Guatemala, el binomio Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti invirtió casi 40 millones de quetzales en lujosos gustos, entre los que destaca una vivienda adquirida en Roatán, Islas de la Bahía.
El informe de prensa establece que a través de una red de lavado de dinero producto de sobornos a contratistas del Estado, se lograron adquirir cuantiosos bienes muebles e inmuebles.
La última investigación del Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) demuestra cómo pagó Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti sus excéntricos gustos.
Un hotel en Antigua Guatemala, casas de descanso en la paradisiaca Roatán, en Honduras, vehículos Jaguar y motocicletas Harley Davidson, son algunos de los “juguetes” que adquirió el binomio presidencial, según la investigación, para lavar el dinero proveniente de las coimas de los contratistas del Estado.
Con facturas y testimonios de Juan Carlos Monzón, la Fiscalía logró confirmar cómo se pagaron los caros gustos de Pérez y Baldetti, como la finca Zaragoza que tenía Otto Pérez Molina en Chimaltenango, una propiedad por la que habría pagado cinco millones de quetzales.
En total se documentó 38 propiedades del exbinomio que representan unos 27.4 millones de quetzales, entre estos el Hotel Mansión de la Luz, en Antigua Guatemala, por el que Roxana Baldetti pagó ocho millones.
El reporte de Prensa Libre establece que las casas de descanso no fueron más discretas; una finca en Boca Ancha, Izabal, costó 1.2 millones de quetzales, mientras que en Roatán, Honduras, se adquirió una propiedad por la que se pagó unos 750 mil quetzales.
En total se sabe que fueron 52 vehículos acumulados en los años de gobierno, que representan 7.3 millones de quetzales en automotores.
Entre las excentricidades destacan dos motocicletas Harley Davidson, una de ellas adquirida por 210 mil pagados al contado.
Un vehículo Jaguar y un Jeep formaban parte de la flotilla, vehículos por los que se desembolsó en conjunto 765 mil quetzales.
Entre la colección de Otto Pérez Molina destacaba “la balita”, un jet por el que pagó unos 12 millones de quetzales.