Río de Janeiro.- A Luis López las cosas no siempre le resultan tan bien como sus atajadas entre los tres palos de la selección deHonduras, una de las gratas revelaciones del fútbol masculino en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Es más, seis años atrás en su vida, cuando tenía 17, su incipiente carrera en el fútbol estuvo a punto de terminar sin haber comenzado y todo porque los entrenadores de las categorías menores del Real España hondureño lo consideraban «muy bajito» para el puesto.
Medir 1,80 metros y pesar 75 kilos puede resultar un privilegio para los jóvenes de esa edad, pero no para el aspirante a ser guardameta de un equipo de fútbol profesional.
El caso de López fue revisado una vez más y, como si su vida futbolística entrara en una fase de repesca, esta vez pasó y se clasificó.
Tres años después, ya con 20, el de San Pedro Sula debutaba en el mismo club que lo miró con reservas de arriba a abajo.
Pocos afuera de su país recuerdan que fue convocado al Mundial de Brasil 2014 como el tercer portero, detrás de los experimentados Noel Valladares y Donis Escober.
Brasil parece sentarle bien a ‘Buba’, pues en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro sus vuelos altos o rasantes han sido fundamentales para los planes de Honduras, que por primera vez se ha instalado en unas semifinales.
El delantero surcoreano Son Heungmin se quedó el sábado con el grito atragantado de gol en una ráfaga de tres remates seguidos. Cualquiera pudo entrar, pero todos explotaron en los guantes milagrosos del número uno de la Bicolor.
Sus reflejos felinos también neutralizaron una seguidilla de Portugal en la segunda jornada de la fase de grupos.
A esta altura, cuando Honduras, Brasil, Nigeria y Alemania se concentran en las semifinales del 17 de agosto el técnico Jorge Luis Pinto duerme tranquilo porque sabe a cada partido jugado en los olímpicos, ‘el bajito’ se ha agigantado a cada pelotazo que le envían sus rivales.
