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Logros parciales y retos descomunales en primer año del Presidente Lobo

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Tegucigalpa.- El presidente Porfirio Lobo cumple este jueves su primer año de gobierno, marcado por la herencia de una alta inestabilidad política, la asfixia económica y el aislamiento de Honduras de la comunidad internacional, tras los acontecimientos políticos del 2009.
 

Aislado, sin recursos y con un país dividido y polarizado, Lobo asume un mandato de cuatro años, en lo que se considera una de las elecciones más votadas en el país, y los retos de un gobierno por encauzar a Honduras en el fortalecimiento institucional y participativo de su democracia.

De la herencia de problemas que acogió, Lobo ha podido mediatizar algunos, como la ruptura del aislamiento internacional y la consecución de recursos económicos para el 2011, tras la suscripción de un acuerdo stand by con el Fondo Monetario Internacional (FMI), así como los primeros pasos para la reconciliación del país con la instalación de una Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR).

La CVR entregará su informe final en marzo de este mes, basado en al menos 15 ejes temáticos, los que se espera no solo consignen los acontecimientos antes, durante y posterior al 28 de junio, también trazos de como enrumbar el país a futuro.

Los logros, según Informe oficial

En su discurso anual de informe al Congreso Nacional, al instalarse la segunda legislatura, el presidente Lobo destacó lo que considera sus avances más sustantivos: el bono 10 mil a los pobres, el rompimiento paulatino del cerco internacional y la firma de un acuerdo económico con el FMI.

“Hemos revertido el deterioro de nuestra economía y ya para el 2011 tendremos una tasa de crecimiento positiva, superando así la falta de confianza y el aislamiento internacional”, dijo el gobernante.

“La inversión pública y privada, las reservas internacionales, el crédito bancario, las finanzas públicas y el financiamiento internacional muestra ya señales de sustancial mejoría, y ello es positivo si partimos que antes estábamos solos, el mundo había aislado a Honduras”, enfatizó.

Habló del Plan de Nación, al que denominó “la guía” que oriente el camino a seguir para el país, tras recalcar que para superar la polarización política, “concebí que mi gobierno debiera ser el primer espacio de diálogo y conciliación nacional”.


¿De nuevo el poder ciudadano?

El gobernante hondureño integró su gabinete de gobierno con representantes de los cinco partidos políticos legalmente inscritos, y consideró esta acción como su “primer gran esfuerzo de reaproximación y entendimiento entre todos los sectores políticos de Honduras”.

Lobo piensa festejar su primer aniversario con una conferencia de prensa de al menos tres horas, en estreno de lo que denomina “audiencias públicas” de rendición de cuentas que según analistas se asemeja a una reedición de las llamadas “asambleas del poder ciudadano” del ex presidente Manuel Zelaya.

La propuesta es una petición del ministerio de Justicia y Derechos Humanos, aprobada esta semana en Consejo de Ministros.

En el plano político, tras romper el cerco diplomático que tenía, aunque falta aún el retorno a la OEA como punto de enfoque para una plena aceptación internacional, el gobierno del llamado “humanismo cristiano” aprobó una amnistía amplia e incondicional como primer paso hacia la reconciliación.


También creó una Secretaría de Justicia y Derechos Humanos que para observadores se consideró como una especie de “paralela” para limitar funciones al Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH), con rango constitucional, al grado que en el examen periódico universal celebrado en Ginebra, Naciones Unidas, a fines de 2010, se exhortó al gobierno de Lobo a “fortalecer” y respetar la independencia del CONADEH. El propio presidente Lobo dijo en su momento que la nueva instancia no buscaba suplir al Comisonado.


El tema de los derechos humanos ha sido un punto gris en la administración del presidente Lobo, ante las denuncias de continuidad de violaciones humanitarias que caracterizaron la crisis política de 2009. Si bien el gobierno ha reiterado que es y será respetuoso de los derechos humanos, los asesinatos de periodistas (10 en un año), denuncias sobre violencia política, entre otros, son señales que preocupan a la comunidad internacional, por los niveles de impunidad con que se han manejado.


Economía, un punto a favor

En materia económica, la administración de Lobo Sosa no solo ha logrado reabrir las puertas de financiamiento entre los organismos bilaterales y multilaterales de crédito, también cabe el reconocimiento de haber estabilizado económicamente el país sin necesidad de una devaluación monetaria y otras medidas propias de un país heredado al borde del colapso económico.

Contra todos los pronósticos, puede afirmarse que la administración nacionalista logró incluso un crecimiento económico del país en un 2,6 por ciento, revirtiendo así la tendencia del año 2009, cuando se experimentó una caída del dos por ciento por la crisis económica interna, la crisis económica mundial y la crisis política de junio de 2009, que aceleró la ya pronostica caída en el crecimiento del país.

Rubros como el café, tilapia, maquila y turismo contribuyeron a ese leve repunte en la economía local, sumado a lo que se considera el principal rubro de exportación “no tradicional”: las remesas procedentes de la migración.

Para el 2011, se apuntan en el escenario económico los proyectos de energía renovable que tienen rostro por ahora en dos vertientes: la energía eólica que se generará desde el Cerro de Hula, al sur de la capital, y los llamados proyecto de Patuca I,II y III.

Pero, el Foro Social de la Deuda Externa de Honduras (Fosdeh), mira con cautela este “entusiasmo” estatal de crecimiento, en especial por los compromisos suscritos con el FMI.

Estos compromisos son 10 y van desde mantener en menos del 30% el nivel de deuda pública con respecto al Producto Interno Bruto (PIB); aumentar la inversión pública a partir de la puesta en marcha de la ley de asociación público-privada; aumentar el gasto en pobreza a partir del Bono 10 mil; implementar y fortalecer las reformas a nivel tributario, controlar el gasto corriente, fortalecer la posición financiera de las empresas públicas y los fondos de pensiones; reducción del déficit global del Sector Público, mantener en menos del 6% el nivel de inflación; fortalecer las reservas internacionales y contener el déficit en cuenta corriente en un 7% del PIB.

Ir más allá del FMI

Gran parte de las recomendaciones hechas por el FMI, de acuerdo al Foro Social de la Deuda Externa, son las que tradicionalmente se han incumplido en todos los gobierno, entre ellas contención del gasto corriente, manejo prudente del endeudamiento, niveles manejables de déficit, entre otros.

Para el Fosdeh, los dictados del FMI se centran solo en el ámbito macroeconómico, con énfasis en el control del gasto, pero dejan fuera el impacto sobre lo microeconómico, que se relaciona con la economía de los hogares y la pequeña y mediana empresa.

Hasta el momento, sostiene el Fosdeh, todos los programas de ajuste y acuerdos con el FMI han estado desligados del interés de impulsar una reactivación del estancado aparato productivo nacional, al grado que. En lugar de ofrecer estímulos para salir de la recesión crónica, más bien lo hunden más.

Pero el gobierno sostiene que esta en camino la conformación de una Alianza por la Justicia Social y el Crecimiento Económico para abordar estos problemas, desde “la voluntad popular”.

En materia social, el logro más visible de la actual administración ha sido la entrega del bono 10 mil a los pobres, que ahora se hará extensivo a las familias de los policías y los soldados de las Fuerzas Armadas.


Diálogo y reformas

Un diálogo nacional orientado a promover reformas políticas que buscan ampliar la participación ciudadana, por medio de la consulta popular del plebiscito y el referendo, son otras de las acciones de la actual administración .

El presidente Lobo es del criterio que Honduras debe enrumbarse hacia una Asamblea Nacional Constituyente, al grado de afirmar en algunas de sus comparecencias “que la Constituyente va, va, de eso no tengo ninguna duda”.

Así, con las cartas puestas en la mesa, Lobo se apresta a impulsar las recientes reformas políticas aprobadas, aparejadas de un sueño de “Alicia en el país de las maravillas” con las llamadas “Ciudades Modelos” con las cuales busca despegar a Honduras y ponerla a competir con Singapur y Hong Kong, según sus analistas económicos.


La nota negra

No obstante, dentro de los muchos déficit que tiene la administración de Lobo Sosa en su primer año de gobierno, la nota roja la encabeza la inseguridad, violencia y el avance del crimen organizado.

Honduras no puede revertir las cifras de muertes violentas, al cerrar el 2010 con cerca de 10 homicidios diarios. A ello se suma el avance de los carteles de la droga en zonas estratégicas del país que si bien no pueden considerarse aún como “territorio pleno” de los capos mafiosos, el camino se abre tan sutil como velozmente.

El robo de una avioneta del hangar de la Fuerzas Aérea Hondureña es quizá la clave para explicar qué tan grave es el fenómeno de la narcoactividad, donde las muertes por sicariato y el asesinato de mujeres, siguen sin tener respuestas contundentes por parte de la actual administración.

En defensa de estas cifras, las autoridades dicen que ese crecimiento de la violencia es porque no fue “atacada” en los últimos cuatro años, pero las historias de la prensa revelan que en ese círculo vicioso la complicidad policial con el crimen es preocupante, sin que se vean esfuerzos reales y grandes de depuración policial.

Solo a nivel de percepción, la más reciente encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP) de la UCA de El Salvador y el ERIC de Honduras, de la comunidad Jesuita, indica que un 51% de la población hondureña, considera que la presencia del narcotráfico en el país “ha aumentado”, mientras un 23 por ciento de la ciudadanía reveló haber sido victima directa de un hecho delincuencias en el transcurso del año recién pasado.

“Un dato revelador relacionado con la imagen de las instituciones encargadas de velar por la seguridad pública es que la mitad de los entrevistados (50.8%) cree que la policía está involucrada con la delincuencia, mientras que sólo un poco más de la quinta parte (22.9%) considera que la policía protege a los ciudadanos frente a los delincuentes”.

De esta suerte, el primer año de la administración del presidente Lobo estuvo matizada por un contraste de colores grises, negros y algunos claros que le mantienen hasta ahora a flote en el movedizo terreno político en que actúa.


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