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Lo que deja la reina Isabel II: un país en declive, marginado y asfixiado por una crisis económica

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Análisis de Alberto García Marrder – Especial para Proceso Digital

El imperio británico ya no existe, la libra esterlina se hunde y el país ya no forma parte de la Unión Europea, por voluntad propia. Y encima, la roca, el faro y el símbolo de la identidad británica se apaga para siempre.

La muerte de la reina Isabel II deja a un país huérfano en medio de una crisis económica galopante, que hará muy difícil la tarea del nuevo rey, Carlos III y más aún de la nueva primera ministra, Liz Truss.

Truss, que había sido confirmada por la soberana dos días antes de su fallecimiento, tiene ahora el difícil empeño de poner orden y estabilidad a un gobierno conservador de ministros novatos después de los escándalos y excentricidades del ex primer ministro Boris Johnson. Truss fue Secretaria de Estado del “Foreign Office” (Ministerio de Asuntos Exteriores) con Johnson.

La nueva Primera Ministra británica, la conservadora Liz Truss. (Foto Metro News-Getty).

¿Será ella una segunda Margaret Thatcher en el 10 de Downing Street? Lo dudo. Además, creo que sí hay unas elecciones generales en el próximo año, las perdería ante el líder de la oposición laborista, Sir Keir Starmer, como lo reflejan los últimos sondeos de popularidad (laboristas 42 por ciento y conservadores 31 por ciento). Pero tampoco los laboristas podrían arreglar los problemas socio-económicos endémicos de un país en quiebra.

(He vivido, como periodista, diez años en Londres (en dos épocas diferentes) y siento admiración por Gran Bretaña, la cuna de la democracia y donde se respeta a las instituciones. Y duele ver en la situación calamitosa que está ese gran país y no precisamente por estar fuera de la Unión Europea).

El polémico Piers Morgan, el famoso periodista británico y presentador de televisión, dijo en la cadena norteamericana “Fox News” un comentario terrible: “Ojalá que Liz Truss traiga soluciones honestas para resucitar a Gran Bretaña, que se ha estado yendo a la mierda bajo el liderazgo de Boris Johnson”. (Sus palabras textuales en inglés: “»turning to shit under Boris Johnson’s leadership”).

“El país está absolutamente en la ruina, la inflación por las nubes, los precios de la comida y la energía disparados. Miles de pequeños empresarios en la ruina y millones de familias no saben cómo podrán pagar sus facturas. La gente se está volviendo más pobre cada día y más desesperados”, argumenta Morgan.

Dos “novatos”, el rey Carlos III y la nueva primera ministra, se enfrentan a problemas serios y casi insuperables. El primero ha heredado de su madre la corona, pero no el carisma y popularidad. Isabel II era aceptada por casi un 70 por ciento de sus súbditos y su hijo, apenas un 40 por ciento.

La última foto de la ex reina Isabel II, dos días antes de morir en su castillo de Balmoral en Escocia. Fue en ocasión de recibir a la nueva Primera Ministra, Liz Truss. Se observa un moretón en la mano derecha de la soberana, que ya estaba «muy frágil». (Foto Jane Barlaw- PA).

Y ya tiene dos problemas inmediatos: Su hijo mayor,  William (Guillermo y ahora Príncipe de Gales) será el impaciente heredero de la corona a sus 40 años. No querrá esperar tanto como su padre, que llegó a rey a los 73 años, el de mayor edad en la historia de la monarquía británica. Y su hijo menor, el díscolo Harry (Enrique), está a punto de publicar en Estados Unidos unas memorias explosivas contra la monarquía británica.

Otro desafío para el nuevo rey: que el pueblo británico acepte a su esposa y ex amante, Camila Parker Bowles, como reina consorte, cuando todavía la consideran culpable del fracaso de su primer matrimonio, con la princesa Diana.

Otro problema permanente, Escocia, que volverá a pedir-con mucha insistencia- otro referéndum de independencia, después de perder el primero en 2014 (55 por ciento NO y un 44 por ciento SI). Y sin la reina Isabel II que mantenía un cierto orden de lealtad en la Commonwealth, se teme que ahora haya una estampida por salir de esa organización ex colonial, tras la decisión de la isla de Barbados, en 2021, de convertirse en república.

Los problemas que enfrentará Truss son más agobiantes y estas son las alarmantes cifras de una triple crisis: social, laboral y económica: una inflación del 10.1 por ciento, una deuda pública del 99.6 del Producto Nacional Bruto (PNB) y la libra esterlina hundida, que ya cotiza a 1.15 con el dólar, cuando hace diez años era de 2.07.

Todos esos problemas se han agravado por la crisis energética, la guerra de Ucrania y los constantes cambios de inestables gobiernos conservadores en los últimos años.

Lo más urgente es ver como el nuevo gobierno de Tuss va a enfrentar el imparable costo energético y si pondrá topes a los precios de la electricidad y el gas. Y, sobre todo, que de una imagen que hay un gobierno que busca soluciones.

Si, Dios salve al nuevo Rey, pero sobre todo a esos ciudadanos británicos desamparados.

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