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Antesalas de hospitales visibilizan indiferencia de todos

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Tegucigalpa – “Ya son cinco días viniendo para que me den los medicamentos” dijo doña Graciela Cantarero Maldonado, quien esperaba desde las 6:05 de la mañana en el portón de acceso del hospital Psiquiátrico Mario Mendoza.

Así discurren el día en los principales hospitales públicos de Tegucigalpa, donde los estertores de la crisis por un decreto ejecutivo (PCMs), afectaba al gremio médico paralizó por una semana el sistema de salud. Pese a que anoche el decreto se derogó las labores médicas aun no se normalizan y la cola de la crisis sigue golpeando a los pacientes, las victimas de todos y fuera de la agenda de casi todos.

“No están atendiendo y dijeron que solo van a entregar medicinas”, afirmó.

Entre el discurrir del tiempo, un fluido tránsito de vehículos, las bocinas de los autobuses en sus cercanas y rápidas paradas para bajar muchos y subir menos pasajeros –pacientes-, que se van sumando en la entrada del centro hospitalario; hasta entonces, nadie les atiende, es por eso por lo que a los pobladores no les queda más que esperar.

5192bcb8 8983 47f4 bcde a2af529695d1Un empleado del hospital explica a un ciudadano que no hay atenciones

Doña Graciela, no sufre ninguna enfermedad, pero explicó a Proceso Digital que, ante los paros y las huelgas, prefiere ser ella, la que reclame los medicamentos de su hija, quien sufre de convulsiones, es por eso que está sometida al uso de un medicamento del que no puede dejar de usar para que no empeore su enfermedad.

“Ella no puede venir, se me puso mal en estos días”, dijo la madre, al momento de reconocer que no puede irse, sin antes llevar los medicamentos “me dijeron que me van a atender y pues espero que me atiendan, me tocaba venir desde el domingo 26 de mayo, pero no me han podido dar las medicinas”.

Agregó que cada vez que visita el hospital, lo hace en compañía de su hija “pero esta vez no me acompaña, porque con estas manifestaciones, es mejor que esté tranquila en casa, porque podría entrar en crisis “mensualmente vengo para llevar medicinas”, externó.

0fdcd1e4 43b6 47dd adbd e6c9686819e9Graciela Cantarero

Para esa hora aun de la mañana, más personas se van sumando a la espera por una atención, la mayoría para reclamar medicamentos, “no se sabe si nos atenderán, esto es injusto” dijo un señor de unos 60 años a quien su acompañante – muy joven- llamó –Carlitos- “esperemos todavía es temprano”, le rogó, pero el señor no hizo caso y se marchó.

Y así varias personas que apenas llegan, esperan, pero al poco tiempo saben que la realidad juega en su contra y se marchan; sostienen que “ya van varios días llegando al hospital, pero nadie les atiende”, entre tantos pacientes se escucha una voz que dice “es cuestión de esperar, pero ya nos dijeron que nos van a atender”.

Una persona se acerca al portón, le hace una seña a doña Graciela, le indica que se acerque, parece que se conocen, en una corta plática le da instrucciones, que vaya en dirección a otro de los portones de acceso del hospital, ella le obedece y se marcha a donde le espera personal de seguridad, quien de inmediato le permite ingresar.

cbbd9556-63f7-4f79-b46a-86bb95b046ecIris ValerioDespués de una corta espera, la madre de la joven que sufre de epilepsia comentó que “ya los tengo gracias a Dios, me costó un poquito, pero ya las tengo, no me puedo quejar”.

Le han despachado con el medicamento “B”, un estabilizador del estado de ánimo de una persona y utilizado para el tratamiento de personas que sufren algunos trastornos mentales.

Doña Iris Valerio, es otra de las personas que espera en el portón para ingresar al centro hospitalario, “no nos han atendido porque los doctores están en marchas y asambleas y hasta que terminen nos atenderán”, explicó.

El pasado martes internó en el Mario Mendoza a su hijo, -Óscar David Valerio- un joven que sufre trastorno de ansiedad, no se pudo controlar y por eso lo tuvo que internar para que por medio de medicamentos pueda estabilizarse.

9d47013a c9f3 4c27 8b13 683002342a19Los portones del Mario Mendoza permanecen cerrados

“Él tiene problemas como de ansiedad que le están afectando en su proceso de sociabilidad”, expresó doña Iris, que aseguró que ya lleva más de dos horas esperando para poder entrar y visitar a su hijo “a veces me cuesta entrar, pero lo he logrado”.

Pese a quejarse de lo difícil que resulta ingresar al hospital, debido a las asambleas informativas, pero confirmó que su hijo está siendo atendido “nos cuesta trasladarnos por las marchas y los paros de médicos, pero gracias a Dios si nos atendieron”.

Tras más de dos horas en la zona, no logró entrar, pero dijo que seguirá esperando “hay que esperar, cuando uno anda en estas cosas, se tiene que ser paciente”.

7882c7cc-798a-424b-9a69-d7a6576d90bfMuchos pacientes llegan al hospital desde horas muy tempranas

Un taxista que esperaba por clientes comentó “hay poca gente, otros días aquí son grandes filas de personas intentando ingresar, lo que pasa que no hay consultas por el paro de los médicos, – no crea- eso de los paros hasta a uno lo afecta”, añadió.

A eso de las 8:45 de la mañana un señor, empleado del hospital abre el portón, todas las personas reaccionan rápidamente y se asoman para expresarle su necesidad de ingresar; se enfrentó a diversas necesidades.

“Calma, calma” dice el hombre de unos 60 años, a las personas, quienes inquietas, procedieron a mostrar su carné y sus recetas, la mayoría de ellos fueron ingresando uno a uno, sin la garantía de que lograrían conseguir su demanda, posiblemente consultas y reclamo de medicinas.

Hospital Escuela Universitario

188153f2 366e 48c7 9651 632c503502d4Los pasillos del Escuela, principal centro hospitalario del país, lucen algo vacios, pocas personas transitan en el interior, sin embargo, esperan la llegada de su atención, de uno que otro médico que atiende pese al paro nacional convocado por el Colegio Médico Hondureño.

En la Sala de Emergencia, es donde más movimiento se nota, no hay personas esperando, las camillas están siendo ingresadas -a un cuarto donde están siendo atendidos- por el poco personal médico del hospital, que opera pese al paro de labores.

Pero afuera, varias personas, -unas 20- hacen turno para poder explicarles a los guardias de seguridad que necesitan ingresar, porque tienen adentro un familiar que espera por sus medicinas y su visita.

6d436998 4ea1 42de 8a01 83002fe288d6Sin embargo, los guardias solicitan el documento que compruebe o justifique el ingreso al Hospital, pero como es de esperarse a la mayoría de las personas se les dice que no, por lo que no hacen más que moverse a otro portón de acceso para intentarlo una vez más.

En las farmacias del HEU unas dos personas reclaman medicamentos, una situación algo inusual en este centro asistencial, porque generalmente las filas suelen ser largas y donde se tiene que esperar largo tiempo para lograr al menos uno de varios medicamentos.

Discurren las horas y al filo del mediodía, entre decretos publicados y conversaciones sin iniciar, los pacientes siguen allí en las antesalas, en las salas de espera y hasta en los portones de acceso, su salud es precaria y el remedio estructural lo es aún más.

 

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