Tegucigalpa – El clima de inseguridad y violencia le costaron a Honduras mil 669 millones de dólares, equivalente al 10.5 por ciento de su producto interno bruto (PIB) del 2010, según el Informe Regional de Desarrollo Humano Ciudadanía con Rostro Humano: Diagnósticos y propuestas para América Latina que fue preparado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID).
El informe destaca que Honduras encabeza las naciones latinoamericanas en cuanto a pérdidas económicas por el problema de la inseguridad, seguida de Paraguay con mil 742 millones de dólares y que corresponden al 8.7 por ciento de su PIB y luego Chile con siete mil 215 millones de dólares equivalente al 3.3 por ciento.
Incluso estos datos pueden ser mayores con los valores que se registraron el 2012 y con los que cierren el presente 2013.
La publicación destaca que con 10 muertes violentas por cada cien mil habitantes, Latinoamérica es una de las zonas más inseguras del mundo, destacando que el caso de Honduras es mayor con 91 muertos por cada cien mil hondureños.
En las reflexiones planteadas en el informe se indica que en la región las políticas de “mano dura” nunca han dado los resultados esperados y que más devienen en olas de mayor violencia.
En los últimos años, se indica en el documento, América Latina ha sido el teatro de dos potentes expansiones: la económico-social y la delictiva. Se indica que los progresos en salud, desigualdad y educación no menguan que la región sea la más insegura del planeta.
El Informe Regional de Desarrollo Humano Ciudadanía con Rostro Humano del PNUD, refleja que los índices de homicidio han aumentado en América Latina, en más de un millón de asesinatos entre 2000-2010. Se detalla que en 11 de 18 países, las tasas de homicidios superan la clasificación de “epidemia”, con cifras que superan las 10 muertes violentas por cada cien mil habitantes.
Los latinoamericanos también son azotados por otras modalidades delictivas acompañadas de violencia como el robo, un delito que en 2012 afectó a seis de cada 10 habitantes de la región.
Se indica en el estudio que en la primera década de este siglo se produjeron más de un millón de asesinatos.
El informe destaca que en América Latina el crecimiento ha sido de baja calidad, basado en el consumo acompañado de escasa movilidad social; este detalle es condicionante del fomento al “delito aspiracional” lo que se refleja en los robos de lentes, artículos de marcas, aparatos electrónicos, celulares y objetos deportivos.
El crecimiento desordenado conllevada a un ahondamiento de la inseguridad ciudadana en las áreas urbanas.
La erosión y las variables en la estructura familiar y en la escuela también inciden negativamente.
En Latinoamérica, una región donde sobreabundan las armas, este es un aparte que también contribuye al deterioro de la seguridad y a los altos índices criminales, agregado a que no existe la debida profesionalización en el combate del delito.
La estigmatización de los jóvenes, protagonistas activos en los delitos y víctimas contantes de los mismos, es otro drama que se enuncia en el estudio del PNUD.
Los crímenes contra las mujeres son otro fenómeno en incremento en la región, así como la violencia intrafamiliar y los delitos sexuales.
El informe indica que la violencia incide en los indicadores macroeconómicos de América Latina. En un aparte especial elaborado para el Informe Regional de Desarrollo Humano Ciudadanía con Rostro Humano: Diagnósticos y propuestas para América Latina, preparado por el PNUD Y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se indica que Honduras soporta los más altos costos con el delito y la violencia en porcentaje de su PIB en el 2010 (10.54 por ciento, equivalente a mil 669 millones de dólares).
En su orden, dice el informe, le siguen Paraguay (8.7por ciento, lo que es igual a mil 742 millones de dólares); Chile (3.32 por ciento, lo que representa siete mil 215 millones de dólares); Uruguay (3 por ciento que se traduce en mil165 millones de dólares) y Costa Rica (2.52 por ciento que equivale a 915 millones de dólares).
También se indica en el estudio que los sistemas de vigilancia privada han crecido en toda América Latina al punto de superar hasta en 50 por ciento a los esquemas policiales. Su crecimiento se refleja en una tasa de por lo menos 10 por ciento al año.
La desigualdad se refleja en la región al presentarse la estimación en la que se indica que la vigilancia privada ronda por los tres millones 811,302 hombres, en tanto los policías se estiman en dos millones 116,753 agentes.
En el estudio se propone no politizar el tema y elevarlo a un acuerdo nacional enmarcado en una política estatal.
No hay otro camino sino el de elaborar políticas que se orienten hacia una estrategia integral de seguridad ciudadana, una policía cercana a la comunidad, dotada de tecnología y recursos logísticos para hacerle frente al crimen organizado y no dejar de lado las tareas de prevención se establece.
