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La primera víctima de la Guerra en Ucrania ha sido la verdad: la desinformación, por ambas partes, es ya un arma vital

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Análisis de Alberto García Marrder – Especial para “Proceso Digital”

Habrá que tomar con mucho escepticismo las noticias de un posible cese de fuego en la guerra de Ucrania y de una supuesta retirada rusa del asedio a la capital Kiev. En pocas palabras, no hay que fiarse.

Lo que sí hay es un reposicionamiento ruso para concentrar sus fuerzas en el este, en la región del Donbás, para, eventualmente, dividir al país en dos, al estilo de las dos Coreas.

Lo que sí ha quedado en evidencia es que ha habido dos guerras en Ucrania. Una en los campos de batalla y la otra, la de la desinformación o “fake news”. Y en las dos, Rusia no está ganando.

Mucho antes de comenzar la invasión rusa de Ucrania, el pasado 24 de febrero, el Kremlin ya usaba la desinformación (los “fake news”) para insistir que las largas caravanas de tanques rusos estacionados en la frontera con el país vecino estaban “solo de maniobras” y que no iban a invadir.

El gobierno ruso es un experto en estas tácticas. Ha impuesto una férrea censura a los medios de comunicación de su país que no pueden hablar de una “invasión”. La explicación oficial es que en Ucrania ha habido una “operación militar especial” para evitar un “genocidio de las fuerzas fascistas y neonazis”.

Negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia en Estambul (Turquia). La delegación rusa a la derecha. (Foto Arda Kucukhaya/Anadolu Agency/ Getty Images).

La acusación de pronazis se cae de bruces porque el valiente presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, es judío.

La intención clara del líder ruso, el autoritario Vladimir Putin, es el de fabricar un relato anti-ucraniano de la invasión que la justifique, por lo menos para uso interno. Y tener así engañado al pueblo ruso, que depende del canal de televisión oficial como única fuente de información.

La prestigiosa cadena radial británica BBC, cuya emisión en ruso para Rusia ha sido bloqueada, al igual que las de “La Voz de América”, ha recurrido ahora a resucitar sus transmisiones por onda corta, como hacía en la segunda guerra mundial, para evadir la censura nazi alemana.

También han sido prohibidas Facebook, Instagram y Twitter, bajo la tan recurrida acusación de que emiten “propaganda americana”.

Un subterráneo sirve de refugio a unas ucranianas, para escapar de un ataque aereo ruso. (Foto Mykola Tys/Sopa/Light Rock).

La prensa oficial rusa insiste, hasta el mismo Putin también, que las tropas rusas en Ucrania no atacan a la población civil, sólo a los objetivos militares. La evidencia presentada por los heroicos periodistas que cubren esa guerra demuestra lo contrario.

Como los casi 300 civiles muertos en el bombardeo ruso de un teatro en Mariupol, donde se habían refugiado, incluyendo unos 80 niños.

La desinformación es más notoria, tanto por rusos y ucranianos, en la difusión de videos, donde se manipulan grabaciones de series bélicas antiguas para hacerlas aparecer como recientes y hasta se copian escenas de los videos de consola de juegos de niños.

Un video muy difundido ha sido el de una formación de aviones de guerra rusos supuestamente volando sobre Kiev, la capital de Ucrania, cuando en la realidad lo hacen sobre Moscú en un desfile militar conmemorativo.

El gobierno ucraniano informó que un «piloto fantasma» de un MIg-29, no identificado, habia derribado seis aviones rusos en las primeras 30 horas despues de la invasión. La foto, realmente, es de un entrenamiento en 2019 de unos nuevos cascos de pilotos. (Foto Ministero de Defensa de Ucrania).

Jennifer Mercieca, profesora de propaganda y retórica política de la Universidad AM Texas, le dijo a la cadena CNN que no es una sorpresa que Rusia sea incluida cuando se habla de lo que ella cataloga como una “guerra de información”.

“Obviamente, los rusos han estado muy involucrados en operaciones tácticas de información en los últimos seis años, ya sea en las elecciones americanas, en el Brexit y en otras campañas en el mundo”, dijo Mercieca, quien destaca que la diferencia ahora es que hay más vías para difundir propaganda, especialmente en internet y las redes sociales.

Mapa de Ucrania y las principales ciudades atacadas por fuerzas rusas. (Cartografía Wikimedia-Commons).

La respetada publicación británica “Press-Gazette” ha hecho la mejor investigación sobre las “fake news”, basada en datos de la Unión Europea, y ha llegado a la conclusión que dos medios oficiales de Rusia, la agencia Sputnik y la televisión RT (“Russia Today”) son los que más han difundido noticias falsas antes y después de la invasión rusa a Ucrania.

Tras la invasión, estos dos medios rusos están prohibidos en la Unión Europea y en Estados Unidos.

“No vamos a permitir que los apologistas del Kremlin expongan sus mentiras tóxicas para justificar la guerra de Putin o rieguen las semillas de división en nuestra Unión”, dijo Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea.

Como era de esperar, en América Latina hubo una nota de condena a esa decisión. Fue por parte de la periodista Patricia Villegas, presidenta de la cadena bolivariana “Telesur”, que la calificó como una “censura y un atentado al derecho de información”.

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