Luego de desarrollar su actividad en la sede del Gobierno, la jefa de Estado partió el jueves hacia El Calafate, donde el pasado 27 de octubre Kirchner murió de un paro cardíaco, mientras ambos pasaban unos días de descanso, precisó un comunicado de la Presidencia.
Fernández regresó así a la residencia familiar donde sus más allegados velaron al ex mandatario antes de que el féretro fuera trasladado a Buenos Aires para una multitudinaria despedida en la sede del Gobierno argentino, al que acudieron ocho presidentes latinoamericanos, entre otras miles de personas.
La presidenta pasará el fin de semana en su residencia de El Calafate, unos 2.700 kilómetros al sur de Buenos Aires, junto a sus hijos, Máximo y Florencia.
La jefa de Estado, quien ha llorado en más de una ocasión durante sus discursos al recordar a su marido, también recibió la visita, en la residencia, del médico presidencial, Luis Buonomo, quien también atendía al ex mandatario Kirchner (2003-2007), fallecido a los 60 años.
Tras la muerte de su esposo, la presidenta argentina había optado por pasar sus días de descanso en su residencia de la ciudad sureña de Río Gallegos, también situada en la provincia de Santa Cruz, tierra natal de Kirchner.
Los restos de quien fuera secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y referente político del oficialismo descansan en el cementerio de Río Gallegos, unos 2.600 kilómetros al sur de Buenos Aires.
Cristina Fernández tiene previsto regresar a Buenos Aires el domingo para retornar el lunes a su agenda oficial, con varios temas por delante, como la preparación de los detalles de la visita que hará la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, a Argentina el 31 de enero próximo, señalaron portavoces oficiales.
Kirchner, quien fuera diputado y líder del gobernante Partido Justicialista (PJ, peronista), murió cuando delineaba la estrategia con miras a las elecciones generales de este año, al punto que sonaba como candidato a mandatario del oficialismo
