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La Ópera de Roma fía el segundo verano de pandemia al Circo Máximo

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Roma.- La Ópera de Roma celebrará por segundo año consecutivo su temporada de verano en el Circo Máximo y no en las Termas de Caracalla para lograr más espacio que permita respetar la distancia contra el coronavirus, en un total de 26 noches cargadas de música y baile al aire libre.

La Ópera de Roma tampoco se detendrá este año y, aunque renuncia de nuevo a Caracalla, ya está empezando a levantar un gran escenario en el Circo Máximo, una enorme explanada que en el pasado imperial acogía espectáculos y carreras de cuádrigas.

Se consigue así un espacio más amplio para que el público pueda disfrutar del Bel Canto en las noches de verano al aire libre, al tiempo que se respeta la distancia de seguridad.

La platea tendrá una capacidad para mil personas y sobre el escenario habrá una pantalla de 600 metros cuadrados para que se pueda apreciar la escena desde las butacas más alejadas.

Se espera que la Ópera de verano en Roma vuelva a su tradicional espacio, las ruinas de los baños de Caracalla, ya el año que viene gracias a la vacuna y el previsible fin de la pandemia, explicó hoy en rueda de prensa su superintendente, Carlo Fuortes.

Mientras tanto, se ha preparado un rico programa de espectáculos con los que Roma pretende repetir el éxito del año pasado y animar a un sector cultural y un turismo de capa caída por la crisis.

Abrirá la temporada el próximo 15 de junio una versión de «Il Trovatore» de Giuseppe Verdi, dirigida por Daniele Gatti (hasta el 6 de julio), y le seguirá el ballet de «El lago de los cisnes» de Chaikovski, entre el 22 de junio y el 2 de julio.

La tercera obra en el Circo Máximo será una «Madama Butterfly», pensada por Alex Ollè, uno de los directores de la compañía española de La Fura dels Baus, entre el 16 de julio y el 6 de agosto.

En su versión de esta tragedia nipona en tres actos, la joven gueisa protagonista es una chica común, ya no tan ingenua como la de Puccini, mientras que Pinkerton será un hombre rico de negocios. «Ha sido completamente repensada», avanzó Fuortes.

El 24 de julio sonará la Misa de Requiem de Verdi, dirigida por primera vez en la capital por el surcoreano Myung-whun Chung, y desde el 30 de julio será el turno de «La Bohème», con la firma de Davide Livermore, uno de los directores más aclamados del momento y conocido por sus apuestas de ambientación cinematográficas.

Su versión de la obra maestra «pucciniana» contará con la batuta del alicantino Jordi Bernàcer.

Además también se podrá descubrir la apuesta del escritor Vinicio Capossela, la representación del «Bestiario d’amore», una carta escrita en el siglo XIII por el erudito Richart de Fornival.

Asimismo, Roberto Bolle, el bailarín más reconocido del país, ha decidido arrancar su gira en el Circo Máximo para apoyar y contribuir a la reanudación de los espectáculos.

Serán por lo tanto 26 noches de música, baile y teatro con las que Roma quiere levantarse tras una crisis sanitaria que durante más de un año cortó el grifo del turismo y devolver el lustre al sector de la cultura, que representa casi un 9 % de su riqueza.

«Queremos que esta temporada sea un punto de partida», anunció la alcaldesa, Virginia Raggi, en la presentación. Porque, aclaró: «Roma es una ciudad segura». 

(ir)

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