Ginebra – La Oficina de Derechos Humanos de la ONU pidió este viernes al Gobierno de Honduras que no envíe a las fuerzas armadas ni a la policía militar a mantener el orden público durante las protestas convocadas a lo largo de esta jornada en Tegucigalpa y otras ciudades del país.
Las manifestaciones de hoy tienen el fin de marcar el décimo aniversario del golpe de Estado contra el expresidente Manuel Zelaya y se inscriben en un periodo de protestas ciudadanas que empezó a finales de mayo.
Como resultado se investiga la muerte de cuatro personas, tres adultos muertos por disparos y un niño herido por un objeto cortante, mientras que otras 78 personas -incluidos periodistas y activistas- han resultado heridas.
La Oficina que dirige la alta comisionada para los derechos humanos, Michelle Bachelet, emitió una declaración expresando el temor de que la presencia de militares y policías militares agudice las tensiones y, en lugar de prevenir la violencia, pueda agravarla.
«Lamentamos mucho la decisión que tomó la semana pasada el Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Honduras de confirmar la práctica informal de utilizar a militares y a los servicios de inteligencia para llevar a cabo tareas de orden público», indicó este organismo de Naciones Unidas.
Según las informaciones que han llegado a la Oficina de Bachelet en Ginebra, varias manifestaciones en el último mes han sido reprimidas con gases lacrimógenos y municiones reales, con dos episodios particularmente violentos los días 19 y 24 de este mes.
El primero ocurrió cuando las fuerzas de seguridad intervinieron contra bloqueos de pistas y el segundo cuando entraron a la Universidad Autónoma de Honduras y hubo un enfrentamiento con los estudiantes, de los cuales cinco recibieron disparos, quedando heridos.
Para la ONU, la participación de personal con formación militar aumenta el riesgo de uso excesivo de la fuerza, como ya fue el caso en las protestas poselectorales de 2017 en Honduras.
