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La oleada de incendios en el sureste de Francia pone en alerta máxima al país

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París – Unas 12.000 personas han sido ya evacuadas en el sureste de Francia por una serie de incendios que han devorado más de 7.000 hectáreas y colocado en estado de alerta máxima a las autoridades, criticadas por la falta de medios disponibles para luchar contra las llamas.

El mayor de los fuegos afecta actualmente al municipio de Bormes-les-Mimosas, en el departamento meridional de Var. Un incendio que ha quemado ya unas 1.300 hectáreas y ha obligado a evacuar a más de 10.000 personas, entre ellas 3.000 campistas.

El fuego, en el que un bombero resultó herido, comenzó hacia la medianoche del martes en la localidad de Londe-Les-Maures y se extendió después hacia Cap Bénat.

Unos 600 bomberos participan en la extinción de las llamas, entre los que se cuentan efectivos movilizados desde los municipios y departamentos vecinos.

El fuerte viento reinante en esta turística zona (se calcula que es la mayor receptora de visitantes en verano después de París) hace que el fuego sea muy difícil de controlar, pese a los esfuerzos de los servicios de extinción de incendios.

La prefectura (delegación del Gobierno) de Var informó, en Twitter, de que el riesgo de incendios previsto para mañana va «de muy alto a excepcional».

El Ayuntamiento de Bormes ha pedido a los turistas que no intenten regresar a recuperar sus pertenencias a los cámping y que permanezcan en la playa hasta nueva orden.

Según el último parte de situación ofrecido por la prefectura de Var a las 17.45 horas (15.45 GMT), junto al de Bormes-les-Mimosas -que sigue fuera de control- hay otros dos grandes incendios en La Croix Valmer, donde las llamas han reaparecido y han quemado unas 500 hectáreas, mientras en Artigues, desde el lunes han ardido 1.700 hectáreas de monte bajo.

Se han puesto a disposición de los afectados seis centros de acogida, cuatro de ellos en Bormes, y se han cortado varias carreteras en la zona.

La situación ha disparado las críticas de las autoridades locales y de la oposición al Gobierno central, acusado de no contar con los medios suficientes para hacer frente a esta oleada de incendios, sin parangón desde los que azotaron a Francia en el verano de 2003.

El presidente de la región Provenza Alpes Costa Azul, Renaud Muselier, del partido conservador Los Republicanos, dijo que el Ejecutivo «no ha tomado las medidas necesarias», en declaraciones al canal informativo «BFMTV».

Muselier alertó de que existen no menos de «cien comienzos de fuego», muchos de los cuales se sospecha que han sido provocados por una mano humana.

La Federación Nacional de Bomberos de Francia (FNSPF) acogió con satisfacción la decisión anunciada ayer por el ministro del Interior, Gérard Collomb, de enviar refuerzos para luchar contra el fuego, pero reclamó que este aumento tenga continuidad en la actividad cotidiana de los centros locales.

«Más de 5.300 bomberos están movilizados, muchos de ellos implicados desde hace días e incluso semanas. El agotamiento se siente cada vez más, agravando los riesgos inherentes a este tipo de intervención, tanto para los bomberos como para los bienes y las personas que ellos protegen», subrayó la federación en una nota.

Francia ha tenido que pedir la ayuda a otros países europeos para reforzar su flota aérea con dos aviones Canadair, lo que llevó a Collomb a anunciar que el año que viene se comprarán seis de estos aparatos.

Está previsto que el primer ministro, Édouard Philippe, viaje esta noche a Bormes-les-Mimosas, donde realizará un vuelo de reconocimiento sobre la superficie incendiada y posteriormente se reunirá tanto con los equipos de extinción y salvamento como con personas que han tenido que ser realojadas tras su evacuación.

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