Ciudad de México – Honrar la historia familiar y sanar una herida que “supuraba” ante la incertidumbre de la muerte fueron la fuente de inspiración para “La alegría del padre”, primera novela de la escritora mexicana Didí Gutiérrez, quien a través de su texto aborda estos temas desde el amor.
“El germen de esta novela fue una herida de cuando mi familia y yo recibimos una noticia que pone en peligro la vida de mi padre y que abre la posibilidad también de perderlo. Entonces ahí empezó la escritura de este libro”, dice Gutiérrez en una entrevista con EFE.
Para la también periodista, editora y cronista, esta novela que le tomó casi una década sacar a la luz, fue una especie de diario que sirvió para atravesar el proceso de la enfermedad de su padre y contar la experiencia de cómo vivió su relación con él ante ese padecimiento.
“Para mí fue ese diario o bitácora, y ni siquiera tenía la intención de publicarlo, o sea, yo nada más estaba ahí tratando de comprender un poco la situación que estaba ocurriendo”, señala.
Si bien reconoce que no es una novela biográfica, ya que los personajes están despegados de su propia historia, su intención fue contar una historia de amor entre padre e hija, tal como la que tiene con su progenitor y la zozobra de perderlo.
“Yo no quería que se muriera mi papá y lo que hice fue un libro donde habita, no él, pero sí su presencia, su esencia, pues eso es su herencia”, afirma.
“La alegría de un padre”, de Alfaguara, cuenta la historia de Abigail, una joven que acaba de cumplir 18 años cuando se entera de que podría perder a su padre.
A partir de ese momento, esta adolescente furiosa, desenfadada y vivaz enternece con sus recuerdos de infancia, sus emociones intensas siempre cambiantes, sus ganas de pertenecer y entender un mundo que le fascina y le intimida, y al que no siempre sabe muy bien cómo acercarse.
En tanto, la relación con su padre se va hilando entre suturas, a veces temblorosas, pero con la certeza del amor como telón de fondo.
Cambiar la idea del cuidado
En su novela, Gutiérrez también trata el tema del cuidado hacia las personas enfermas, en este caso el padre, pero busca abordarlo no desde el sacrificio sino desde el amor y la libertad.
“Muchos papás tienen la idea de que tienen hijos para que los cuiden y a mí eso sí me parece un poco grave de su parte, porque cuando los padres te dejan en total y absoluta libertad de irte cuando te tienes que ir y hacer tu vida, el resultado es un gusto por cuidarlos”, señala.
Para ella, este es un fenómeno poco visto en la sociedad, pues considera que el cuidado es “casi una obligación” cuando debería ser un gusto de los hijos hacia los padres.
“Quise también crear este personaje que, de alguna manera, ha pensado en su propia vejez, en su propia desaparición en algún momento para que cuando desaparezca, cuando muera no le deje problemas a su familia”, explica.
Además, la autora señala que esta obra aborda también el tema de la felicidad “porque damos tanto por hecho la felicidad, nunca nos detenemos un poquito a pensar que la felicidad también es una especie de decisión”.
Al final, dice, la novela aborda cómo ese temor a vivir la vida sin el otro llega en un momento a desaparecer, tarde o temprano, y es un sentimiento que el tiempo sabrá convertir en alegría. EFE