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La habitación del pánico y la guerra que viene

Pedro Gómez Nieto

FODA es una matriz generadora de escenarios para su análisis. Sencilla y eficaz herramienta que aporta insumos, líneas de actuación y estrategias, sobre un asunto. Los equipos de campaña electoral la relegan por considerarse un procedimiento “artesanal”, frente al Big Data y el uso de algoritmos informáticos. Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas (FODA), puede aplicarse a cualquier situación, individuos, productos, empresas… que sean objeto del estudio. Las fortalezas y debilidades son internas, propias de la organización y del candidato, se explotan las primeras y minimizan las segundas; por el contrario, las oportunidades y amenazas son externas, ajenas a nuestro control, necesitamos aprovecharlas o bien neutralizar, según corresponda.

Las plataformas de comunicación obligan a vivir simultáneamente en dos planos, físico y virtual, siendo la mente el portal que nos traslada de una realidad a la otra. Políticos de pensamiento único, ególatras misántropos, trasladan a la realidad física sus deseos virtuales. Burda técnica de manipulación para inducir en la opinión pública la idea de que los hechos tienen que desarrollarse como ellos dicen, o de lo contrario están adulterados por el oficialismo. Toda la legislatura construyendo una realidad virtual sobre la inminente salida del gobierno, en base a la información que decían manejar, una farsa en la que empeñaron su palabra pero que nunca se materializó. No obstante, colateralmente provocaba incertidumbre y malestar en la población. Ese era el objetivo, afectar las emociones estimulando la confrontación social. Esta campaña electoral es más de lo mismo.

Candidatos que ya fracasaron en anteriores elecciones, no aprenden de sus errores. Mantienen el discurso populista, autócrata y confrontativo, que lejos de captar electores los desanima de acercarse a las urnas. No entienden que la fortaleza se muestra desde la humildad, nunca desde la soberbia, y que la unidad que Honduras necesita es incompatible con el pensamiento único que ostentan. Nefelibatas que aseguran liderar las encuestas y que ganaran las elecciones siempre que no haya fraude. Confunden el fraude real, sustentado en pruebas físicas, con el fraude virtual, apoyado en presunciones y conjeturas. Para los políticos de oposición el fraude es la habitación del pánico, donde se refugian cuando perciben el peligro que les acecha, el próximo fracaso electoral. El lugar seguro donde esconder sus incapacidades y errores que los llevaron a la derrota en anteriores elecciones. Falsos, oportunistas, desubicados y antidemócratas. (FODA).

El poder se encuentra en la influencia que seamos capaces de ejercer sobre la mente, dominio que se consigue con técnicas de manipulación. Cuanto más sutil e imperceptible, será más eficaz; cuanto más coactiva y mafiosa, será más chabacana. Resulta significativo que para las primarias e internas la oposición no presionara al CNE para implementar el TREP. Las dos representantes, de los partidos mayoritarios de oposición, certificaron: “El TREP ha muerto” porque se presta a manipulación; utilizaremos el sistema tradicional porque la ley nos faculta a dar los resultados en el plazo de un mes. ¡Sorpresa! Ahora para las generales el discurso es diametralmente el opuesto. Los mismos actores defienden vehementemente la necesidad del TREP porque “el sistema tradicional facilita la manipulación de las actas”. ¿Qué pasó?

Ocurrió que en las primarias, sin el TREP, los tres partidos tuvieron la capacidad de manipular actas buscando el triunfo de movimientos y candidatos. Para las elecciones generales interesa recuperar el escenario del 2017. ¿Por qué? Porque la transmisión de resultados electorales preliminares, inicialmente, procederá del corredor industrial, tecnificado, conectado informáticamente. Corredor digital que atraviesa zonas ocupadas por un electorado donde la oposición considera se ubican sus simpatizantes. Por el contrario, la fortaleza del nacionalismo se encuentra en Departamentos y Juntas Receptoras situadas en zonas donde los problemas de conectividad son endémicos, por tanto, los resultados tardarían en llegar al centro de cómputo.

La tendencia en la intención del voto que se difunda oficialmente, si no es representativa para todos los Departamentos, tiende a provocar una falsa percepción sobre el resultado final, que de favorecer a la oposición alentaría la presión sobre el CNE, donde la oposición tiene mayoría, para que oficialmente declare irreversible la tendencia. En la memoria la forma como Manuel Zelaya se alzó con la victoria frente a Porfirio Lobo en 2005, situación reconocida por él mismo. Un candidato de la oposición, profeta de calamidades, amenazó: “Esta vez ¡habrá una guerra! No permitiremos que vuelvan a ganar los nacionalistas”.

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