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La fundadora de albergue mexicano dice que la vejez le impidió ver abusos

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México – La fundadora del albergue infantil La Gran Familia, Rosa del Carmen Verduzco, admitió que su vejez le impidió darse cuenta de los abusos y el maltrato que llevó a las autoridades mexicanas a intervenir la semana pasada esa institución.
 

«Mis fuerzas menguaron y hubo cosas que no pude vigilar», señaló la fundadora del refugio, de 79 años, en una entrevista con la cadena Univisión publicada hoy por el diario mexicano El Universal.

Verduzco, conocida como «Mamá Rosa» y «La Jefa» entre la sociedad de Zamora (Michoacán), relató que tras el escándalo desatado a raíz de la intervención de fuerzas federales en el albergue una persona le dijo: «Tu pecado, Rosa, ha sido envejecer».


«Si yo les fallé con omisión de cuidados a los niños no solo me arrepiento, sino que me duele. Y les digo: perdónenme», apuntó en la primera entrevista que concede tras haber sido dada de alta de un hospital de Zamora.

Verduzco explicó detalles de la vida en el seno de su organización e hizo énfasis en las diferencias entre el mundo de los desposeídos y de los que tienen todo.

Según los testimonios de los internados y más de 150 denuncias presentadas ante la fiscalía federal, en dicho centro se cometían abusos sexuales, maltratos físicos y sicológicos, y estaban privados de su libertad.

«Vivimos en dos mundos diferentes. El mundo que come en Sanborn’s o en los restaurantes famosos y el mundo que come las tortillas frías, los fríjoles, en un piso de tierra», apuntó.

«La gente que tiene un nivel de vida muy alto piensa que tomar un refresco vencido (caduco) es muy malo. Yo apenas llevo comiendo así 80 años y me encuentro sana», añadió la directora del albergue, quien quedó libre de cargos por su deterioro físico y mental.

«Mamá Rosa» reconoció que es una persona dura, justificó los barrotes en las habitaciones del albergue, la falta de higiene, el uso de alimentos caducados y su actitud con los padres de los niños, a los que hacía firmar documentos ante notario para que le cedieran los derechos de los menores.

Interrogada sobre los barrotes en las habitaciones del centro, donde fueron rescatados casi 500 niños y niñas, dijo que los internados no eran santos. «No voy a correr el riesgo de que las embaracen a todas», señaló.

En relación a las condiciones de insalubridad del albergue, donde según las autoridades había roedores, cucarachas y chinches, Verduzco indicó que ello no era diferente a lo que pasa en otras casas y preguntó al entrevistador si nunca había visto una rata en su hogar.

Verduzco, que tiene 21 propiedades a su nombre y seis más con algunos de sus hijos adoptivos, confirmó que al menos 4.000 niños pasaron en las últimas seis décadas por La Gran Familia, que contaba con maestros pagados por la Secretaría de Educación Pública y servicios médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Seis colaboradores de «Mamá Rosa» fueron recluidos el fin de semana pasado en una prisión del estado de Nayarit y enfrentan cargos de secuestro, crimen organizado y trata de personas con fines de mendicidad forzosa, mientras que otros dos fueron exonerados.

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