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La enfermedad de Chávez vuelve a imponerse a la agenda política de Venezuela

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Caracas – La enfermedad de Hugo Chávez ha vuelto a relegar la discusión política en Venezuela a ocho meses de las elecciones presidenciales de un país que vive de nuevo pendiente y sumido en la incertidumbre por la salud del presidente.
 

Poco más de una semana después de que Henrique Capriles fuera elegido como líder de la oposición en unas inéditas y ampliamente respaldadas primarias, y con los primeros destellos de la campaña en el discurso de un Chávez que prometía pulverizar al adversario, la enfermedad del presidente ha vuelto a eclipsar todo lo demás.

El presidente anunció el martes que le han encontrado una nueva «lesión» en el mismo lugar en que le fue extraído un tumor canceroso en junio del año pasado, y aunque aún no se sabe el alcance real del nuevo hallazgo médico, la mención del mal ha vuelto a desatar las interrogantes sobre el panorama político del país.

Analistas consultados por Efe discrepan sobre si el nuevo escenario perjudica o beneficia las aspiraciones políticas de la oposición y del Gobierno pero coinciden en que condicionan completamente cualquier tipo de proyección sobre el resultado de las elecciones presidenciales del 7 de octubre.

«La reactivación del tema de la enfermedad del presidente Chávez vuelve a colocar este tema en el centro de la agenda política electoral venezolana», señaló el politólogo Carlos Romero, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela.

Para Romero se ha vuelto a abrir un panorama con interrogantes por resolver entre las que destaca la de si el hombre que gobierna el país desde 1999 estará en condiciones de ser candidato presidencial.

En opinión del analista, «a la primera persona a la que se le complica el asunto» es al candidato de la oposición.

Para Romero, poner el foco en la salud del presidente puede desviar la atención de la evaluación sobre el desempeño del Gobierno durante estos trece años y recordó que cuando se anunció la operación del tumor en junio pasado su popularidad aumentó.

Chávez, cuya popularidad venía creciendo desde febrero de 2010, experimentó un mayor incremento en la aceptación a su gestión de Gobierno durante los meses de julio, agosto y septiembre hasta llegar a unos índices de respaldo superiores al 60 %.

El analista también observó que la salud del presidente puede abrir «un boquete» en relación a la estabilidad política por las dudas que ello puede suscitar con relación a los comicios o un eventual escenario de transición política.

«Con un Chávez sano llevamos el tema a la discusión de la gestión, con un Chávez enfermo llevamos el tema a la cuestión de la estabilidad política, son dos planos distintos», señaló.

En todo caso, para Romero la oposición y Capriles «van a tener que aprender a transitar con este tema» hasta el mes de octubre.

Para John Magdaleno, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración de Caracas (IESA), la enfermedad de Chávez se plantea como «una variable de gran incertidumbre».

Sin embargo, en opinión de este analista, la posibilidad de una recaída del presidente y el desempeño de las elecciones internas de la oposición con un líder legitimado «están reforzando mutuamente la creación de un clima de opinión favorable al cambio político en Venezuela».

Magdaleno duda de que un empeoramiento de Chávez se vaya a traducir en un incremento del apoyo popular en el largo plazo, pese a la popularidad de que goza el presidente.

«Puede que en una primera instancia se deposite una solidaridad automática, pero eso puede tener un rendimiento decreciente luego y puede estabilizarse la variable y quizá no sea determinante para garantizar el triunfo» electoral, consideró el analista.

El presidente ya adelantó el miércoles al comentar la nueva «lesión» que va a tener que «repensar» su agenda y aparecer menos públicamente.

Al respecto, Magdaleno se cuestionó sobre cuál va a ser la reacción de los seguidores del presidente ante la posibilidad de que su desempeño no sea el mismo de siempre, ni el mismo «candidato omnipresente del pasado».
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