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La Constitución está buena y la política no es mala, sino los políticos que han llevado a la ruina el país: monseñor Santos

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Tegucigalpa – El obispo emérito Luis Alfonso Santos, recordó este lunes que la Constitución de Honduras está bien, y que si hay refundación esta debe iniciar con la educación de los niños.

Monseñor refiriéndose a las promesas de refundación del Partido Libertad y Refundación (Libre), recordó que esa refundación debería empezar con la educación de los niños y los problemas torales del país.

Anotó que hasta el momento se han visto pequeños avances de parte del Gobierno como las rebajas a los combustibles y el subsidio a la energía, sin embargo, “esas son pequeñas acciones que no tocan el nervio del problema, ahorita hemos hecho oración en la Iglesia Universal por la pequeña empresa, que se puedan recuperar los empleos, para que recuperemos el país”.

En cuanto a una Constituyente, manifestó que, aunque el expresidente Manuel Zelaya ha dicho que en este momento no hay ambiente, se sigue hablando de lo mismo.

En ese sentido, remarcó que a su criterio “sería suficiente que lleváramos a la práctica la Constitución de Honduras, porque yo la he leído y la he estudiado sobre todo cuando se trató de reelección en la presidencia y la Constitución está buena”.

A renglón seguido apuntó que “aquí no es la política la mala, son los malos políticos los malos son aquellos que han llevado al país a la ruina”.

Elección CSJ

Monseñor Santos, dijo que aún hay esperanza de que lleve a cabo una elección de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, que venga a favorecer la justicia, si esa se lleva a cabo con transparencia dentro de la Junta Nominadora.

“Ya no podemos estar en manos de una Corte Suprema débil, simplemente si hacemos bien la Junta Nominadora, yo creo que el éxito está garantizado porque también eso va unido con la CICIH”, agregó el religioso.

Remarcó la importancia de la elección de una Corte adecuada porque todas esas trampas y todo eso que habido en los juzgados y los tribunales de la República deben desaparecer, porque mientras no se administra rectamente la justicia, no se puede hablar de cambio. LB

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