Brasilia – La Justicia de Brasil rechazó, «por ahora», la denuncia contra el periodista estadounidense Glenn Greenwald por el supuesto «hackeo» de los teléfonos móviles de varias autoridades, entre ellos los del ministro Sergio Moro y algunos fiscales de la Lava Jato, informaron fuentes oficiales.
La decisión fue tomada por Ricardo Leite, juez de primera instancia en Brasilia, quien determinó rechazar la querella formulada por la Fiscalía contra Greenwald, acusado de «auxiliar, incentivar y orientar» a un grupo de piratas informáticos.
El magistrado afirmó en el auto que encontró indicios de delito contra el periodista, pero que una cautelar vigente de la Corte Suprema impide su investigación.
Leite sí someterá a juicio a seis de esos «hackers», investigados por intervenir los celulares de diversas autoridades y filtrar el contenido de los mismos al portal The Intercept Brasil, que dirige Greenwald.
La denuncia contra el periodista, presentada de oficio por la Fiscalía en enero pasado, pese a que la Policía Federal no formuló cargos, generó una enorme controversia que traspasó fronteras y fue condenada por asociaciones de prensa de Brasil y otros países.
Greenwald celebró el fallo en sus redes sociales, pero lo calificó de «insuficiente» para la «protección de la libertad de prensa» y dijo que acudirán de nuevo al Supremo para una decisión «aún más firme».
The Intercept Brasil se valió de esa información para publicar una serie de reportajes que puso en tela de juicio la imparcialidad de la Lava Jato, la mayor operación anticorrupción de la historia de Brasil, y de Sergio Moro, entonces juez y ahora ministro de Justicia en el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.
Las materias de The Intercept revelaron el intercambio de mensajes transmitidos vía Telegram entre Sergio Moro, que condenó en 2017 al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción, y fiscales de la Lava Jato.
Esas conversaciones sugieren que, de forma ilegal, Moro coordinó acciones de la Lava Jato que llevaron a Lula a la cárcel por un caso de corrupción.
A partir de esos reportajes, la Policía Federal inició una investigación sobre el origen de las filtraciones y puso en su mira a Greenwald, a quien el exanalista de la CIA Edward Snowden reveló los programas de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos en 2013.
No obstante, no presentó cargos contra él, aunque la Fiscalía hizo caso omiso de las conclusiones de la Policía y sí decidió presentar una denuncia que el juez Ricardo Leite ha rechazado «por ahora».
El juez fundamentó su decisión a partir de «la controversia» sobre el alcance de una cautelar dictada por el magistrado de la Corte Suprema Gilmar Mendes, que determinó que Greenwald no podía ser investigado por la «recepción, obtención o transmisión» de las informaciones publicadas en su portal.
Leite apreció como dudosa la posibilidad de denunciar al periodista tras la cautelar del Supremo y por eso se mostró contrario a su enjuiciamiento.
Además, Greenwald ha sido objeto en los últimos meses de duros ataques por parte de Bolsonaro, quien bromeó con su hipotética prisión y sugirió que pagó por los comprometedores mensajes filtrados The Intercept.