Análisis de Alberto García Marrder – Especial para Proceso Digital
En las elecciones legislativas del medio término de ayer en Estados Unidos no se ha producido la debacle demócrata que pronosticaban los sondeos previos.
Y en vez de ser un referéndum sobre el presidente Joe Biden, lo ha sido sobre el expresidente Donald Trump, quien aspira volver a la Casa Blanca.
Los republicanos podrán recuperar la mayoría en la Cámara de Representantes, pero por escaso margen, no por goleada. Y en el Senado, los demócratas resisten bien. Estaban en juego los 435 escaños de la Cámara de Representantes, 35 de los cien del Senado y 36 gobernaciones estatales.
Los resultados totales tardarán varios días más, porque los estados donde suelen votar por correo los demócratas, no se han contado aún.
Lo más significativo de esta jornada de los “mid-term” es que el nombre de Trump ha resultado ser un lastre para muchos candidatos republicanos respaldados por el ex presidente.
Trump va anunciar el próximo martes si se presenta o no a las elecciones del 2024, pero antes a unas primarias del partido, donde su rival principal será Ron DeSantis, el gobernador de Florida que ha sido reelegido con una amplia mayoría de 60 por ciento.
Lo más seguro es que Trump iba a anunciar oficialmente que se presenta a la reelección. Pero lo sucedido ayer martes lo podría hacer dudar.
En este análisis me voy a centrar en los resultados del Condado de Miami Dade, donde he vivido casi 15 años y conozco bien como periodista. Pues bien, este condado- con una mayoría de residentes cubanos- siempre votaba por los demócratas. Salvo ayer, por un republicano: DeSantis.
DeSantis ha sabido convencer a los votantes cubanos, y ahora muchos venezolanos y nicaraguenses, de su anti-comunismo, y de su férrea condena de las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela en vez de la frialdad del gobierno de Biden, “obsesionado con temas como el aborto y no otros mas apremiantes.”
Creo que ahora Trump debería de preocuparse más en DeSantis que en Biden.
