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Investigadores analizan la evolución del gen que hace que la carne roja sea cancerígena

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Madrid – Hace unos dos millones de años, los humanos experimentamos un cambio genético que nos diferenció de la mayoría de primates y nos protegió de algunas enfermedades, pero que también hizo que la carne roja fuera un riesgo para nuestra salud.

En este momento de la evolución humana, un gen llamado CMAH, que permite la síntesis de un azúcar llamado Neu5Gc, se inactivó.

Este azúcar se encuentra en las carnes rojas, en algunos pescados y en los productos lácteos.

Así que, cuando los humanos consumimos productos derivados de animales que tienen el gen, el cuerpo sufre una reacción inmune al azúcar, que es una substancia extraña para nuestro cuerpo, lo que puede producir inflamación, artritis o cáncer.

Ahora, un grupo de investigadores de la University of Nevada, Reno, liderados por el españolDavid Álvarez-Ponce, ha analizado el genoma de 322 animales para determinar cuáles tienen genes CMAH activos y cuáles no.

En el estudio, colocaron los resultados de las 322 especies junto al árbol evolutivo de los animales, para determinar en qué momentos de la historia el gen CMAH se inactivó, lo que permitió entender por qué ciertas especies tienen un gen CMAH activo, mientras que otras especies parecidas no lo presentan.

El laboratorio de Álvarez-Ponce estudia la evolución de los genes y de los genomas a través de la bioinformática, es decir, en su laboratorio no hay ni tubos de ensayo, ni microscopios ni otros instrumentos, sino ordenadores que ayudan a entender la evolución a través del análisis de cantidades masivas de datos.

Las pocas especies de peces que se han estudiado hasta la fecha parecen presentar cantidades insignificantes del azúcar tóxico Neu5Gc pero las concentraciones de Neu5Gc son mucho más elevadas en los huevos de estos peces (en el caviar).

En este momento de la evolución humana, un gen llamado CMAH, que permite la síntesis de un azúcar llamado Neu5Gc, se inactivó.

Este azúcar se encuentra en las carnes rojas, en algunos pescados y en los productos lácteos.

Así que, cuando los humanos consumimos productos derivados de animales que tienen el gen, el cuerpo sufre una reacción inmune al azúcar, que es una substancia extraña para nuestro cuerpo, lo que puede producir inflamación, artritis o cáncer.

Ahora, un grupo de investigadores de la University of Nevada, Reno, liderados por el españolDavid Álvarez-Ponce, ha analizado el genoma de 322 animales para determinar cuáles tienen genes CMAH activos y cuáles no.

En el estudio, colocaron los resultados de las 322 especies junto al árbol evolutivo de los animales, para determinar en qué momentos de la historia el gen CMAH se inactivó, lo que permitió entender por qué ciertas especies tienen un gen CMAH activo, mientras que otras especies parecidas no lo presentan.

El laboratorio de Álvarez-Ponce estudia la evolución de los genes y de los genomas a través de la bioinformática, es decir, en su laboratorio no hay ni tubos de ensayo, ni microscopios ni otros instrumentos, sino ordenadores que ayudan a entender la evolución a través del análisis de cantidades masivas de datos.

Las pocas especies de peces que se han estudiado hasta la fecha parecen presentar cantidades insignificantes del azúcar tóxico Neu5Gc pero las concentraciones de Neu5Gc son mucho más elevadas en los huevos de estos peces (en el caviar).

“Es posible que la inactivación del gen CMAH durante la evolución humana haya protegido a los humanos de ciertos patógenos”, explica Álvarez-Ponce.

“Por ejemplo, existe un tipo de malaria que necesita del azúcar Neu5Gc para causar infección pero esta malaria solo afecta a algunos primates, no a los humanos”.

Los autores afirman que la investigación tendrá efectos importantes en nutrición, genética y medicina, ya que determinar en qué grupos y en qué momentos de la evolución se ha inactivado el gen CMAH es crítico para determinar qué especies es más probable que contengan el azúcar tóxico Neu5Gc, y por lo tanto qué especies son recomendables para la alimentación, los xenotrasplantes, y ciertas investigaciones científicas.

El trabajo también ayudará a entender por qué se producen ciertas enfermedades y a encontrar formas de evitar que se extiendan.

Los resultados de esta investigación se publicarán en el número de enero de la revistaGenome Biology and Evolution, una revista científica internacional de la editorial Oxford University Press. 

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