El evento religioso fue liderado por el padre y arzobispo, Luis Gutiérrez, quien durante su mensaje pidió a la feligresía, mantener una estrecha relación entre su oración y la eucaristía, traduciéndolas a su propio estilo de vida.
Manifestó que durante el transcurso de la vida, existen momentos en los que las personas se encuentran con sed y sufren por los inconvenientes del desierto, ilustrado en la existencia misma.
Ejemplificó que la población hondureña vive con sed de verdad, de felicidad, de amor y de vida.
En ese sentido, dijo que “Dios está para dar el agua que puede saciar esa sed, si queremos”.
Al mismo tiempo, hizo referencia al tema bíblico de la mujer de Samaria como un símbolo de búsqueda al añadir que “Cristo dice, el que beba del agua que yo le daré”.
Gutiérrez remarcó que “es bueno que sintamos sed. Sería una pena que no sintiéramos sed de nada. Entonces no andaríamos en búsqueda: el que no tiene sed, no busca fuentes de vida, el que lo sabe todo no pregunta, el que se cree un santo, no pide perdón, el que se siente rico, no pide nada. El que tiene todo eso, ¿para qué necesita la Pascua y la salvación?”.
Por lo anterior, también exhortó a que los hondureños dejen de buscar “aguas no verdaderas en otros pozos que nos pueden parecer apetecibles”.
Asimismo, dijo que en esta Pascua se debe hacer uso de las palabras de la mujer samaritana cuando dijo: “Señor, dame esa agua” y alcanzar el manantial del agua verdadera y profunda, Cristo Jesús”.
