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Horacio Benavides: «El poeta es humilde porque es consciente de la muerte»

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Lisboa – Los versos del colombiano Horacio Benavides no impactan por lo sofisticado, pero sí por la belleza de lo sencillo. Invitado a Lisboa para celebrar el día Internacional de la Poesía, Benavides repasa, en entrevista a EFE, el oficio de ser poeta.

«El poeta es humilde porque es consciente de la muerte», manifestó Benavides, nacido en 1949 en el municipio rural de Bolívar (Departamento de Cauca) y residente en Cali.

Considerado uno de los mejores poetas colombianos contemporáneos, el autor celebró el Día de la Poesía en la misma capital en la que deambuló Ricardo Reis, el heterónimo creado por Fernando Pessoa que Benavides evoca con frecuencia.

En Lisboa, el Premio Nacional de Literatura del 2013 recitó versos en el Centro Cultural de Belém en un panel dedicado a la poesía latinoamericana y, a continuación, se impregnó del decadente y nostálgico aroma de la ciudad bañada por el Tajo.

Benavides no habla, susurra, y casi no gesticula. Es risueño y su mirada es tan serena que a veces se pierde.

Las imágenes de sus versos nacen de su infancia en las afueras de Bolívar, de su bucólico contacto con la lluvia y el viento y con los animales: caballos, bueyes, cerdos, vacas.

Aunque de sus obras también rezuma el dolor por la violencia que su país sufre hace décadas.

La trágica y no investigada muerte de su hermano Javier por «pensar diferente» (pertenecía a movimientos pacíficos y cívicos de izquierdas) inspiró una de sus más conmovedoras obras: «Conversación a Oscuras» (2014).

«Los asesinos duermen borrachos sobre las mesas de las cantinas. Aléjate por el sueño, hijo, y no vuelvas la mirada a esta maldita tierra», reza uno de los poemas.

Otro de los ejes de su poética es el léxico, que bebe del contacto con lo coloquial, con los dichos y las adivinanzas.

«El lenguaje coloquial es muy rico, lleno de imágenes. ¿Por qué se le deja muchas veces al margen de la poesía?», se preguntó el autor.

Del uso de la lengua popular en su Colombia natal evoca algunas construcciones que le han asombrado por su belleza poética.

«Cuando la gente dice que se ha encontrado a un cuerpo sin vida comentan: ‘lo encontraron muñeco’. Esa expresión poética es muy impactante», ejemplificó.

Consciente de las contradicciones y debilidades del hombre, la poesía de Benavides está en las antípodas de la sofisticación afectada.

El brutal lirismo de los poemas impacta por lo sencillo y lo liviano (con cierta inspiración del haiku japonés).

Quizá por la sangre indígena que tiene por parte de su abuela, Benavides construye conmovedores versos sin adornos que apelan al lector a hurgar en sus propias angustias.

Expresar las «verdades» arraigadas en nuestra cultura -como el conflicto bíblico entre los hermanos Caín y Abel- es uno de los motivos por los que la poesía existe, consideró Benavides.

Y es en «la aceptación de la contradicción» que cimenta su filosofía de vida y de la que está teñida su poesía.

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