Así lo han demostrado durante las fiestas de Navidad y despedida del 2011, cuando en expresiones artísticas y festivas populares los hondureños de a piehan mezclado su tradición y su fe, mayoritariamente cristiana, con la más pura ironía expresada en figuras que serán quemadas la medianoche de este 31 de diciembre y en las que manifiestan su deseos de un mejor 2012.
Así los más pobres de Comayagüela, liderados por trabajadores del servicio local de recolección de basura, no sólo dieron vida a un gigantesco árbol navideño, fabricado con desechos, ubicado en el reconocido parque El Obelisco. A la par del gran árbol, los recogedores y pepenadores de la basura también han dado vida a un muñeco “sicario”, forrado en pólvora, y al que prenderán fuego para recibir el nuevo año y borrar las más cruentas acciones criminales que han sacudido a los hondureños en el año más violento de la historia de este empobrecido país centroamericano.
Hondureños no perdonan ni olvidan corrupción
En otro sector de la ciudad, en la periferia sur, los vecinos de Germania elaboraron figurarasa las harán desaparecer también en la tradición de quema de pólvora en la medianoche del último día del año.
Ellos quieren recordar con la quema el cuestionado negocio de la compra de casi 100 megas de energía sucia, en una cuestionada emergencia de 16 años. Por eso han elaborado un muñeco en el que replican la figura del actual gerente de la estatal energética, ENEE, Roberto Martínez Lozano, quien será quemado en medio de los ruidosos petardos.
Los niveles de corrupción pública han dejado mal sabor de boca en el país que de nuevo quedó fuera de la Cuenta del Milenio, debido a malas calificaciones tanto en transparencia como en respeto a los derechos humanos.
Depuración de la Policía, una asignatura pendiente
Para los pobladores de Germania, otro mal recuerdo que deja 2011 y que no debe borrarse sino inmortalizar para superarlo, es la colusión policial con las bandas del crimen.
Justamente en ese sector de la ciudad fueron encontrados los cuerpos de dos estudiantes universitarios asesinados el 22 de octubre pasado, incluido el hijo de la rectora de la estatal Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
Ese hecho desencadenó una serie de acciones y denuncias públicas que dejaron establecida la otra cara de la Policía hondureña y la urgencia de depurarla e intervenirla.
El tema sigue siendo asignatura pendiente, pero la población considera que no debe haber tregua para que Honduras logre superar el calificativo internacional de país más mortífero del planeta.
De modo que en Germania, Pablo Lagos y otros vecinos también elaboraron una patrulla policial de cartón que al final se semi destruyó al moverla y que no será encendida en llamas.
El director de la Policía, Ricardo Ramírez del Cid, se refirió este día a la acción de los vecinos e hizo un llamado a elementos de ese cuerpo se seguridad del Estado a no molestarse y a entender que se trata de expresiones populares que deben ser aceptadas y superadas con hechos.
El nuevo escenario político
Los capitalinos tampoco han obviado el tema político y sus creaciones también han logrado reflejar los nuevos actores en el escenario electoral hondureño.
Por eso han creado un monigote del presentador de la televisión Salvador Nasralla, muy estilizado y subido en una motocicleta, en compañía de su vieja amiga “la abuelita”, una figura ícono en sus programas televisivos.
Nasralla, emerge en el escenario político a través del nuevo Partido Anticorrupción y que es parte de las nuevas instituciones políticas en formación.
Michael Jackson
Para los hondureños más pobres, de la periferia urbana de Tegucigalpa, tampoco ha escapado de sus recuerdos figuras mundiales como el rey del pop, Michael Jackson, plasmado en un títere bailador que fue creado por los vecinos de la colonia Primavera.
En tanto, en el más famoso de los nacimientos que se construyen tradicionalmente en Honduras, el arquitecto y ex canciller, Fernando Martínez, recorrió los más importantes hechos nacionales, desde la corrupción pública, la falta de transparencia, el retorno del ex presidente Manuel Zelaya, el regreso de Honduras a la OEA, la problemática agraria, el quehacer futbolero local, hasta acontecimientos mundiales como la muerte de Osama Bin Laden, la caída del dictador libio en medio de la estremecedora primavera árabe, hasta el calvario internacional de los migrantes.
Así en medio de un sincretismo religioso, sin olvidar la pobreza que afecta a cerca de un 80 por ciento de la población, más de seis mil homicidios en 2011, y un desempleo que mantiene en el paro a la mitad de la población económicamente activa, los hondureños aún tienen tiempo para ironizar, mirar al futuro, construir sueños y buscar que el 2012 sea benigno con los más de ocho millones de habitantes de este país, enclavado en el centro del istmo centroamericano.