Tegucigalpa – La vida cotidiana en Honduras hace cada diciembre una especie de pausa. Es la época de celebrar las fiestas cristianas que recuerdan el nacimiento de Jesús y, aunque el país afronta las dificultades propias de las naciones latinoamericanas enfrascadas en crisis de corrupción, inseguridad y falta de empleo, no hay duda que la esperanza parece renacer entonces. Es quizás, como señalan los religiosos, el espíritu de la Navidad que embarga a la población.
– El consumismo desbordado ha marcado este diciembre. Los accidentes de tránsito también convulsionaron el país en las últimas horas.
Tegucigalpa, envuelta en frescas temperaturas y rachas de viento, muestra una población que ha desempolvado los abrigos para hacer frente a la temporada más fría del año. Igualmente, en esta época, se deja ver la solidaridad de una que otra organización o persona que procuran cobijo para los más necesitados.
La capital hondureña cuenta con más de 900 barrios y colonias, donde se mezclan pobladores que en su mayoría provienen del interior del país. La ciudad concentra la más diversa migración interna, lo que permite que en ella se reproduzcan diversas tradiciones navideñas en una mixtura que recoge costumbres olanchanas, caribeñas, norteñas, sureñas, occidentales, en un inigualable sincretismo entre lo religioso y lo pagano.
El ejemplo de los Rivera
Una muestra del optimismo de los hondureños, son los hermanos Rivera, dos hondureños trabajadores que viven de la basura y quienes conversaron con Proceso Digital, para compartir la alegría y el optimismo con que viven la natividad.
Los Rivera son pepenadores, trabajan de los deshechos desde hace 14 años, se sienten honrados de su quehacer y saben claramente lo que representa tener una familia y compartir con ella en las fiestas de fin de año.
Pero al par de ese sentimiento, hay quienes hacen de la Navidad una temporada para el consumismo puro.
El consumo desbordado
Solo en los empleados públicos el Estado erogó dos mil 658 millones de lempiras en pago de aguinaldos.
Estimaciones del Centro de Investigaciones Económicas y Sociales del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) indican que en las fiestas se moverán más de ocho mil millones de lempiras en el sector comercial. La proyección deviene de los movimientos y transacciones bancarias efectuadas desde que inició este diciembre.
En este mes, se estima que el movimiento económico representa el 2 por ciento del Producto Interno Bruto del país.
Y lo anterior es fácilmente comprobable al acudir a los centros comerciales, mercados y puestos de venta en general. Cada lugar está abarrotado y en ellos se concentra, incluso, una clientela poco usual.
Muchos negocios hacen “su agosto” y crean ofertas engañosas y promociones falsas. Algunas tiendas promueven sus artículos con descuentos hasta de 50 por ciento, pero los precios originales de los productos han sido doblados para luego descontarlos y dejarlos en su valor real de mercado.
Es tanta la actividad económica que los estudiantes aprovechan sus vacaciones para emplearse como dependientes. Estimaciones del Colegio de Economistas indican que al menos cinco mil jóvenes se emplean en la temporada en la capital.
Ni la ropa ni el alcohol deben marcar la navidad
Y aunque muchos quieren estrenar prendas de vestir, adquirir artículos novedosos o comprar múltiples regalos, para el sacerdote católico, Juan Ángel López, la navidad es un momento para pasarla en familia y celebrar el nacimiento de Jesucristo. Este período del año no tiene nada que ver con estrenar ropa o beber alcohol, dijo.
“Cómo es posible que el tiempo que se consume alcohol y se derrocha es el tiempo que estamos celebrando el nacimiento de un niño que nació en un pesebre y pobre, se nos olvida que es la celebración de Jesús”, remarcó López.
El líder católico señaló que “Honduras necesita que todos seamos personas de buena voluntad, cuando tengamos un país con eso, habrá paz”.
López señaló que en esta Navidad se tiene que compartir en familia, en paz para encontrar el verdadero significado de estas fechas especiales. “Les deseo una feliz Navidad, eso no se marca por cuanto se coma en esta fecha o como nos vestimos, todo es compartir y hacer el bien”, concluyó.
La navidad y la agenda nacional
El mensaje pastoral hace recordar que en Honduras los índices de inseguridad siguen siendo potentes y aunque las muertes violentas bajaron de 86 hace tres años, a 56 al cierre de este 2016, según el Observatorio de la Violencia de la UNAH, los datos demandan un mayor acento en el tema.
Diciembre no ha sido la excepción y las masacres o las muertes cruentas siguen bordando una agenda que indica presencia de bandas criminales organizadas y de narcotraficantes.
Tampoco quedan al margen de la agenda nacional los casos de corrupción que, a su especial ritmo, se mueven en los tribunales de justicia, ahora bajo la lupa de un Ministerio Público con bríos y de una misión internacional (MACCIH), que, llegó al país para acompañar e impulsar los procesos que pongan un alto a la impunidad.
El reino de los criminales en las llamadas “universidades del crimen” como se conocen las cárceles hondureñas, también ha marcado este diciembre de fiestas pascuales, ya que los traslados de peligrosos criminales desde otras prisiones a la llamada cárcel de “El Pozo”, han avanzado, en un esfuerzo por adecentar un vetusto sistema penitenciario. Igualmente, los operativos en cárceles como la de la norteña San Pedro Sula, han mostrado como en esos lugares los privados de libertad cuentan con potentes arsenales.
Una condena, la primera, contra el exdirector del Seguro Social o el formal procesamiento, la prisión preventiva y la suspensión del cargo al alcalde de Yoro, quien afronta acusaciones por 192 delitos, son parte de esas pinceladas particulares que también han matizado la navidad.
Igualmente, un atentado que dejó preocupación y asombro entre sectores hondureños fue el atentado contra un pastor evangélico Jorge Machado, quien forma parte de una comisión encargada por el Ejecutivo de depurar la Policía, una institución con una fuerte ala contagiada por los carteles del crimen en todas sus formas. En el hecho fue asesinado un policía militar que resguardaba al ministro de la iglesia. La familia del pastor Machado ha salido en las últimas horas del país y no podrá disfrutar de su ambiente hogareño en esta época especial de la Navidad.
En tanto, en la víspera de un año electoral, la agitada y confortativa agenda previa, aunque ha tenido actividades de acuerdo al calendario oficial, no ha logrado impactar con mayor fuerza entre una ciudadanía acostumbrada a los políticos, sus promesas y demás.
Los parques temáticos
Pero ese disfrute de las fiestas que es primordial disfrutar en los hogares, también se prolonga a las llamadas Villas Navideñas, espacios especiales y temáticos que recrean una ideal fiesta de Navidad, donde las familias capitalinas acuden desde inicios del mes para disfrutar de especiales y sanas diversiones, así como de una variedad de gastronomía de la época. Estos parques temporales son parte de la llamada “Navidad Catracha”, un programa creado por el gobierno para llevar alegría a los pobladores.
Otros miles de ciudadanos abandonan la capital hondureña para viajar a sus pobladores y disfrutar en sus lugares de origen de unas fiestas mayormente entrañables.
También el aeropuerto capitalino se muestra especialmente abarrotado. Muchos son los viajeros, algunos son migrantes catrachos que retornan para la época, no son pocos los que lo hacen después de muchos años de ausencia. Honduras tiene solo en los Estados Unidos alrededor de 1.5 millones de connacionales que tratan de ganarse, en las tierras del tío Sam, su pan diario.
En el resto del país, las celebraciones son réplicas de lo que ocurre en Tegucigalpa, al final el país afronta una realidad común, matizada en más o en menos por la geografía, las tradiciones, las ruralidades, pero con los mismos problemas y desafíos.
Así, las fiestas llegaron este 24 de diciembre, a uno de los días más vibrantes, por ello Proceso Digital, un medio al que miles de internautas dispensan el favor de sus visitas, desea saludarles a todos y desearles la más hermosa Nochebuena en la que reine la paz y el amor.
