Washington – Honduras proyecta alcanzar una reducción de más de 50% en los homicidios al finalizar 2018, dijo el ministro de Seguridad, Julián Pacheco, en la segunda Conferencia de Prosperidad y Seguridad del Triángulo Norte de Centroamérica, en Washington.
«Por lo que podemos afirmar que, según nuestras proyecciones, las cifras reflejarán una reducción de más de un 50 por ciento para finales del presente año en comparación al de los años 2011-2012”, resaltó el funcionario.
En los últimos años, Honduras redució el índice de homicidios en más de 40 puntos por cada 100 mil habitantes.
En la reunión participaron el secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo; la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen; el vicepresidente de El Salvador, Oscar Ortiz; la canciller hondureña, María Dolores Agüero, y el canciller mexicano, Luis Videgaray.
Pacheco señaló que el país proviene de una «época de oscuridad» en materia de seguridad que representaba uno de los mayores desafíos del Estado.
Añadió que las maras, pandillas, y el crimen organizado elevaron los índices de violencia alcanzando una tasa de homicidios de 86 por 100 mil habitantes entre 2011 a 2012.
“Esto representaba la cifra más alta del mundo y etiquetándonos como el país más violento del planeta”, subrayó el funcionario del Ejecutivo hondureño.
Las medidas y los avances
Pacheco mencionó las principales medidas que implementó el Gobierno como la creación del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa encargado de direccionar las políticas públicas en materia de defensa nacional y de seguridad ciudadana.
Agregó que se han realizado esfuerzos efectivos en el combate al delito y la reducción de la violencia.
Asimismo, está la Reforma Policial proyectada para el período 2014-2022, en la que se establece como objetivos estratégicos: mejorar la confianza ciudadana en la institución policial y coadyuvar de manera efectiva a la reducción de la impunidad.
“En el marco de la implementación de los objetivos, tomamos la firme decisión política de depurar y reestructurar la Policía Nacional de Honduras, proyecto que tiene como resultado la cancelación total de 5.405 miembros que no reunían los requisitos de idoneidad”, señaló el ministro de Seguridad.
Pacheco enumeró que los ejes trascendentales en proceso de transformación el desarrollo de capacidades propias para la certificación de nuestro personal a través de nuestra Unidad de Credibilidad y Confianza; el fortalecimiento del Sistema de Educación Policial, acentuado en infraestructura
Asimismo, el diseño curricular y modelo educativo; la redefinición del Servicio de Investigación Criminal, materializado en la sustitución del antiguo ente investigativo por la Dirección Policial de Investigaciones, integrada por recurso humano certificado, idóneo y confiable, que actúa bajo un modelo de investigación técnico-científica del delito, sustentado en una moderna infraestructura de laboratorios criminalísticos de investigación forense.
Vinculado a lo anterior, expuso que se pone a disposición de la región la Escuela de investigación Criminal como centro de formación regional para la capacitación y especialización de investigadores, peritos e investigadores de justicia.
En paralelo, dijo que la prospectiva de la fuerza policial al 2022 “nos ha llevado a formar 8.000 nuevos policías, que han entrado a las academias de formación policial sólo después de haber aprobado las pruebas de confianza; tenemos en formación 2.500 jóvenes y al 2022 esperamos contar con 26.000 policías para alcanzar el estándar de relación policía por habitantes de la Asociación Internacional de Jefes de Policía”.
Pacheco agradeció los esfuerzos realizados por la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley (INL) y USAID, en materia de Policía Comunitaria, Investigación Criminal y Fuerzas Especiales.
“Reducir la impunidad en nuestra región no sólo exige de instituciones fuertes con procedimientos y protocolos de actuación y coordinación interinstitucional, sino que también de una comunidad de prácticas que nos recuerde que, si el crimen organizado es transnacional y si la criminalidad común migra, las soluciones exigen ser compartidas”, señaló.
