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Honduras buscará fuerte y cercana relación con administración Trump: embajador Tábora

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Tegucigalpa – Tras asumir sus funciones como embajador de Honduras en Washington, Marlon Tábora dio a conocer que las relaciones bilaterales deberán construirse de manera más potente y cercana, con un sello propio.

– Otro propósito hondureño es que en 2017 se mantenga el flujo de recursos producto de la Alianza para la Prosperidad.

– Los migrantes hondureños en Estados Unidos son tema central en la agenda del nuevo jefe de misión de Tegucigalpa en Washington.

En conversación con Proceso Digital también habló de su visión sobre el Plan Alianza para la Prosperidad, los inmigrantes hondureños en la Unión Americana y también sobre las perspectivas económicas hondureñas de cara al año actual en el contexto político.

¿Cómo avizora las relaciones bilaterales entre Honduras y Estados Unidos?

De forma general las relaciones con EEUU no deben ni pueden cambiar. Honduras históricamente ha tenido una relación sólida, muy cercana, de respeto mutuo y de mucha colaboración con Estados Unidos y eso, no solo se mantendrá, sino que se fortalecerá. Es importante entender de una vez por todas, que los problemas de los hondureños solo los resolveremos los hondureños, y que la colaboración de los países e instituciones amigas, incluyendo EEUU, es para acompañar, impulsar y fortalecer los programas y políticas que nosotros como hondureños hemos definido como prioritarios para tener un mejor país.

Lo que, si debe cambiar y va cambiar de manera importante, es la forma como se guiará y administrará la relación con Estados Unidos desde la embajada en Washington por el contexto que vivimos ahora y por la forma como pienso se debe manejar la relación. El trabajo serio y profesional, el monitoreo permanente de la situación y la respuesta pronta e inteligente en el manejo de las diferentes situaciones que se presenten en la relación bilateral, serán las claves en este nuevo contexto. Tanto el presidente, su equipo de Gobierno, así como su servidor, hemos podido desarrollar relaciones importantes en Washington, que sin lugar a dudas permitirán abordar la dinámica de la relación desde una perspectiva más prospectiva, donde la construcción de confianza, respeto y compromiso mutuo serán los pilares fundamentales de la nueva gestión.

¿Cuál será el centro de su función como jefe de misión?

Primero que todo es importante mencionar y ratificar que hay una sola visión, con un solo responsable y con un solo equipo que debe estar comprometido a implementar con todo lo establecido por el Presidente Hernández para la misión de Honduras en Washington. En ese sentido, para 2017, hemos definido tres objetivos primordiales del trabajo de la embajada en Washington:

Primero, construir una nueva, fuerte y más cercana relación con la nueva administración del Presidente Trump, el nuevo poder legislativo y la sociedad civil de Estados Unidos; Esto pasa por un involucramiento directo nuestro en la discusión de los temas prioritarios para la relación bilateral, donde destacan los temas de seguridad hemisférica, lucha contra el terrorismo y crimen organizado, los temas migratorios, el compromiso del Gobierno de Honduras y sus instituciones para continuar en la lucha contra la corrupción e impunidad y la búsqueda de la Prosperidad para nuestro país, todo esto fundamentado en un trabajo técnico y político serio y del más alto nivel profesional.

Asimismo, en este nuevo contexto resulta fundamental mejorar la coordinación interinstitucional a nivel doméstico acá en Honduras, de forma tal que nos permita tener un mensaje claro y una visión de trabajo unificada, para abordar todos y cada uno de los temas de agenda de manera precisa y efectiva. Si los demás interlocutores nacionales para cada tema, no entienden la importancia de esta coordinación interinstitucional entre la embajada, cancillería y ellos, y se dedican a trabajar de manera aislada y no coordinada, el trabajo nuestro será irrelevante, inefectivo en cuyo caso yo no estaría dispuesto a continuar. En ese sentido la permanente comunicación con el Presidente Hernández y su equipo es una prioridad fundamental en este nuevo proceso.

reunion en JOH

El Segundo objetivo es concretizar que los recursos de la Alianza para la Prosperidad comiencen a llegar al país a través de las diferentes iniciativas que han sido estructuradas para tal fin. Si bien, en diciembre recién pasado ya se liberaron los primeros recursos programados para el 2016, a una de las agencias involucradas en el proceso, lo importante durante 2017 es garantizar que el flujo se mantenga y que todas las iniciativas previstas se concreticen de acuerdo a lo que está planificado para este año.

Acá la clave será estar pendientes en todo momento de la ejecución y el cumplimiento de los compromisos mutuos, tal y como ya lo hemos venido haciendo con la cartera de los organismos multilaterales de crédito. Asimismo, no podemos olvidar que la mayor cantidad de los recursos para el desarrollo de los objetivos de la alianza en su concepto integral, vienen del presupuesto nacional de la república, y no solo de la contraparte de EEUU que sin embargo es muy importante en este proceso por la adicionalidad no financiera.

Y tercero, no menos importante, mejorar de manera sustantiva los servicios consulares para atender a nuestra gente. La primera dama ha venido realizando un trabajo muy importante en este sentido, y pensamos darle el seguimiento y el empuje que desde allá se necesita. Comenzaremos de inmediato con las nuevas instalaciones de la sección consular en Washington, que esperamos estén listas en los próximos 45-60 días,  mejorando no solo la infraestructura física, sino el servicio a los compatriotas,  incrementando el número de citas de manera transparente y ordenada, pero acá se requerirá que la Dirección de Migración y la misma cancillería, puedan proveer de manera eficiente y oportuna las libretas de los pasaportes para poder atender más rápidamente a los hondureños. No es posible que sigamos como hasta ahora con la falta de planificación en este sentido. Asimismo, tenemos previsto el acercamiento con la comunidad hondureña para entender sus inquietudes y necesidades, mejorando la comunicación en ambas vías para el correcto manejo de las expectativas.

De forma transversal y muy importante para lograr los tres objetivos anteriores, el otro gran objetivo institucional consistente con mi visión personal, es transformar la embajada en Washington en la mejor oficina del servicio exterior de Honduras, donde prevalezca la eficiencia, el profesionalismo y el compromiso con el país, lo cual requiere de colaboradores con un perfil profesional y académico muy diferente al que históricamente ha tenido el país, y que sin duda, será uno de los retos más importantes de implementar por todo lo que implica. La coordinación con la Misión en la OEA y la sección consular de Washington en primera instancia y con los otros consulados generales será fundamental. Todos debemos entender que somos un nuevo equipo y esa es la visión del Presidente Hernández, y que no puede haber distintas visiones.

reunion en JOH 2

En ese sentido agradezco el apoyo irrestricto que he recibido del Presidente y su equipo, y estamos seguros que con la ayuda De Dios podremos salir adelante rápidamente.

¿Cómo prevé las políticas migratorias estadounidenses y su repercusión en Honduras?

En Honduras nos caracterizamos por especular, hablar sin evidencia empírica que sustente lo que se dice, generando comportamientos distorsionados de los diferentes agentes políticos y económicos, producto de esa especulación irresponsable. Si bien durante la recién pasada campaña política en EEUU, hubo una discusión importante y en cierta manera existen promesas para cambiar de manera significativa las políticas migratorias vigentes y su perspectiva hacia el futuro, generando con ello mucha incertidumbre, me parece que todavía es muy temprano para definir con propiedad, primero cuál será realmente la nueva visión integral y las políticas del Presidente Trump, en este sentido, y segundo cuáles serán las implicaciones de la implementación de esas políticas si se llegaran: primero a materializar y luego al ponerse en práctica.

En ese sentido las diferentes variables en juego, la profundidad de los cambios en las políticas y tiempo de implementación serán críticos y eso nadie lo sabe con precisión en este momento. Por lo tanto, seguir especulando no hará más que generar más incertidumbre e inestabilidad como ya hemos visto por ejemplo en el flujo migratorio hacia EEUU durante los dos últimos meses del año anterior, y en el comportamiento de la demanda de divisas y el flujo de las remesas.

Lo que sí es fundamental para nosotros es que, basados en la información real disponible y en el diálogo que hemos venido desarrollando como país, se vayan construyendo los diferentes escenarios, con sus posibles implicaciones y los planes de acción que se necesitarían implementar para hacer frente a estas situaciones, algo que ya está sucediendo. No hay duda que los impactos pueden manifestarse en diferentes áreas: seguridad, comercio, remesas, migración, cooperación, etc., por mencionar algunos, por lo que el abordaje será integral.

Lo que, si quiero dejar muy claro desde ahora, es que no es sobre-reaccionando en base a la especulación mediática que vamos a salir adelante, ni tampoco será mi forma de actuar. Por otro lado, si estos riesgos llegarán a concretarse, también debemos estar claros que la solución no es responsabilidad única del gobierno y que tampoco el gobierno tendrá la capacidad para compensar todos y cada uno de los efectos potenciales, por lo que estar haciendo conjeturas ahora, es una irresponsabilidad.

Como entendido en temas económicos ¿cuál es el futuro de Honduras en ese campo?

Por principio siempre soy positivo y veo el futuro con optimismo sobre todo si consideramos de dónde venimos al inicio de este gobierno, porque lo que se ha logrado es algo que nadie puede discutir en materia Macroeconómica. Honduras posee hoy por hoy mayor resilencia (resistencia) para enfrentar los retos futuros, pero debemos ser conscientes que, si bien hemos avanzado muchísimo, todavía tenemos retos importantes en varios aspectos. Siendo consistente con mi visión establecida desde el inicio del gobierno, me gustaría abordar su pregunta desde dos perspectivas: primero a nivel doméstico y luego desde la perspectiva externa.

Si bien es bastante temprano en el año y muchas cifras disponibles son preliminares, creo que si como país somos consistentes con lo que se ha venido haciendo, yo esperaría y desearía que el déficit fiscal del 2017 estuviera muy por debajo del que fue aprobado en el Presupuesto General del República, situación que de ser así ayudará a reducir las necesidades de financiamiento y seguiría liberando recursos para financiar el sector real de la economía, promoviendo el crecimiento económico y reduciendo la vulnerabilidad macro del país, especialmente en materia de endeudamiento público.

Acá un elemento clave será la priorización eficaz del gasto público, a fin de seguir reduciendo el gasto corriente que no agrega valor, para generar espacio fiscal y así financiar la inversión pública en infraestructura y sector social que, si apoya el crecimiento, sin poner en riesgo la estabilidad fiscal, de conformidad a lo establecido en la ley de responsabilidad fiscal y evitar que una caída del gasto público en inversión, afecte el crecimiento económico.

Hacerlo así, ayudará sin ninguna duda y de manera importante a evitar que desequilibrios fiscales provoquen presiones inflacionarias adicionales, y como consecuencia de ello distorsiones en las tasas de interés domésticas, originadas cuando se incrementan los requerimientos de endeudamiento interno fuera de planificación, independientemente de que los mismos estén o no aprobados en el presupuesto.

En materia tributaria, esperaría que, con la implementación del nuevo código tributario, la recaudación tributaria global se mantenga en lo previsto por las autoridades, pero que al mismo tiempo los incentivos promuevan toda la inversión que el sector privado prometió que vendría como consecuencia de este proceso, caso contrario la aprobación del nuevo código tributario habrá sido un retroceso en doble sentido: menor recaudación y más flexibilización.

Sin embargo, el reto más importante en esta materia sigue siendo la reducción de las exoneraciones fiscales que no generan valor agregado para el país, a fin de recuperar ingresos que hoy no se recaudan y que perfectamente podrían ser utilizados por un lado para reducir el nivel de endeudamiento público, y/o por el otro para reducir las cargas impositivas que puedan promover por un lado una mayor inversión pública en sectores estratégicos que apoyen el crecimiento, y por otra más inversión del sector privado que genere empleo en sectores estratégicos como puede ser el sector agrícola, infraestructura y el turismo.

Marlon Tabora 2

Finalmente, y no menos importante en el ámbito doméstico, el 2017 es un año político, muy atípico en mi experiencia política de los últimos 20 años, donde la clave será que los temas macroeconómicos se mantengan estables y fuera del escrutinio generalmente poco racional que trae consigo el ciclo político. La economía no es una ciencia independiente de la política, y si las cosas se politizan ya conocemos los resultados, las consecuencias y quien termina pagando la cuenta. Por lo tanto, mi aspiración como hondureño es mantener al menos el crecimiento económico alrededor del 3.5-3.6% lo cual no será fácil, y acá de nuevo el reto es que venga toda la inversión prometida por el sector privado para que esto pueda ayudar a fortalecer y diversificar más el crecimiento económico, generar empleos y que se mantenga la disciplina fiscal. Caso contrario, veo muy complicado moverse en la dirección correcta a nivel doméstico en 2017.

Por el lado del sector externo, el 2017 será un año complejo y con muchos riesgos e incertidumbres, que debemos administrar, pero debemos reconocer que Honduras hoy por hoy está, sin ninguna duda, mejor preparado que tres años atrás. Primero, será un año con mayores presiones inflacionarias originadas por una tendencia a tener mayores precios internacionales del petróleo y ciertas materias primas, mayores tasas de interés a nivel internacional, mayor nivel de volatilidad en los mercados de capitales, situaciones que afectan directamente el riesgo soberano del país como ya se ha observado, así como de cierto nivel de incertidumbre inmediata en cuanto a dos políticas claves de Estados Unidos, el principal socio comercial del país: la política migratoria y la política comercial, aunque acá soy más cauto y positivo como mencioné antes.

Si se llegaran a materializar estos riesgos externos, seguramente el trabajo del Banco Central será muy duro y condicionará la postura de la política monetaria: mantener la inflación dentro del rango meta que se determine será prioritario, aunque complicado,  porque por un lado tendrá que operar con la TPM (tasa de política monetaria), para evitar que la inflación salga fuera del rango y que no se pierdan reservas internacionales.

Por otro lado, todavía tenemos una brecha de producto negativa que algún momento pudiera sugerir para algunos que la dirección de la política monetaria sea expansionista, aunque yo siempre seré partidario de mantener una política más restrictiva si los riesgos se materializan, por sus efectos en el resto de las variables macro.

Por otro lado, si los precios externos se incrementan, y dado el alto nivel de consumo importado que tenemos en el país ( incluyendo bienes de capital para impulsar el crecimiento), la demanda de divisas podría crecer presionando la acumulación de reservas internacionales, que en un contexto de mayor inflación, de un menor flujo de remesas, y de una guerra de divisas, como las que ya comenzamos a ver con el Euro, el Yuan y el peso mexicano, sin ninguna duda presionará de manera significativa el tipo de cambio por los tres factores que lo determinan. Es por ello que debemos dejar de lado la especulación irresponsable y avanzar con la modernización del marco operacional de la política monetaria y la flexibilización cambiaria que son elementos fundamentales e impostergables.

cambio del dolar

El trabajo realizado en estos tres años, ha permitido reducir el déficit de la cuenta corriente y el tipo de cambio real observado a diciembre del 2016, está prácticamente alineado con el tipo de cambio real de equilibrio de largo plazo, que es consistente con la estructura de comercio que tiene una economía como la hondureña, resolviendo con ello la irresponsabilidad de haber mantenido el tipo de cambio fijo por cerca de seis años.

Es acá donde resulta fundamental fortalecer y diversificar la matriz exportadora de mayor valor agregado en sectores como agro negocios, industria y turismo, así como la capacidad de producción local en alimentos para al menos reducir la vulnerabilidad por el lado que está bajo nuestro control.

Finalmente, en mi opinión, el trabajo de las autoridades no es adivinar lo que va pasar porque no lo podrán hacer, sino saber qué es lo que tienen que hacer y en qué momento, si alguno o muchos de estos riesgos se materializan de forma individual o combinada, para evitar la improvisación. Asimismo, es fundamental mejorar el proceso de comunicación interinstitucional y entre agentes económicos para evitar la especulación y desinformación, caso contrario todos terminaremos pagando la cuenta como ya ha ocurrido en el pasado.

De manera más general y amplia, como país seguimos con los retos estructurales de reducir la iniquidad, mejorar la calidad de vida de la gran mayoría proporcionando más y mejores trabajos. Sin embargo, esto no va suceder solo por acción del gobierno, ni de la noche a la mañana, aunque muchos así lo quieran. Es por ello que seguiré insistiendo que si queremos crecer a mayores tasas a las observadas de manera sostenida en el largo plazo, necesitamos reformas estructurales para mejorar la productividad y la innovación,  mismas que están asociadas con la educación formal y para el trabajo, mejorar el clima de negocios (donde hay avances muy importantes en especial el tema de seguridad, y lo que se espera en materia tributaria y otros procesos gubernamentales), y finalmente continuar con los esfuerzos de transparencia y lucha contra la corrupción que no limiten el espíritu emprendedor del sector privado, y generen confianza para seguir invirtiendo en el país. Sin embargo, soy del criterio que la gran apuesta del 2017 es para el sector privado, quienes tendrán que darnos cuenta de su compromiso con Honduras.

Marlon Tabora 3

La macroeconomía nos da cifras alentadoras pero la gente sigue sin empleos…

Creo que el error más grande de muchos es pensar que el objetivo de la política macroeconómica per se es la generación de empleo. La política macroeconómica fue diseñada desde el inicio del gobierno para recuperar la credibilidad y la confianza del país y esto se ha logrado con creces (como efectivamente se ha demostrado con el cumplimiento del acuerdo con el FMI, las mejoras históricas de la calificación de riesgo del país, el incremento en el flujo de recursos concesionales por parte de los bancos multilaterales y más recientemente con las mejores tasas de interés de los instrumentos de deuda pública en el mercado internacional), todo esto para reactivar la inversión del sector privado nacional y extranjero, tanto la gran empresa, pero sobre todo la pequeña y mediana empresa, que es al final de cuentas lo que va generar riqueza y empleo sostenible en el país.

Cambiar de rumbo ahora sería el más grande error de las autoridades. Los que siguen pensando e impulsando que es el gobierno el que va generar directamente los empleos, no solo están equivocados y engañando a la gente, sino que se quedarán esperando a que esto suceda porque la evidencia empírica demuestra que esto no va pasar ni ahora ni en los próximos años. Todo lo contrario, el aparato estatal debe reducirse cada día más, y buscar ser eficiente para evitar que la presión fiscal para hacerle frente a estas obligaciones siga creciendo, y que el beneficio de la reducción de la masa salarial se dedique a promover más inversión pública en infraestructura productiva y en la mejora de los servicios básicos en especial educación, salud y seguridad, o en su defecto la reducción del endeudamiento público.

Como lo ha mencionado el Presidente Hernández en más de una oportunidad, nuestro trabajo es y debe ser, mejorar y facilitar el ambiente de negocios en Honduras, y no pensar en hacer el trabajo que solo le corresponde a la iniciativa privada. Nuestra visión siempre ha sido: » tan poco gobierno como sea posible y tanto gobierno como sea necesario», especialmente para no perder la capacidad de actuación cuando hay abusos.

En este sentido, el gobierno debe garantizar políticas públicas coherentes en materia de educación, la salud, seguridad e infraestructura productiva, con una visión de mediano y largo plazo, para que el sector privado se desarrolle de manera continua y sostenible, para que se promueva la competencia entre los agentes económicos, y que este clima de negocios induzca la mayor productividad e innovación de los agentes económicos, y que finalmente como resultado de ello, venga el beneficio para todos los ciudadanos, a través de más y mejores productos, de menores precios,  y mayor creación de riqueza a nivel nacional.

Mientras esto llega, soy de la opinión que el Gobierno debe seguir destinando recursos para atender a los más vulnerables y cuya mejora en las condiciones de vida no puede ni debe esperar. Sin embargo, esto sólo será posible si tenemos unas finanzas públicas sanas, sólidas y sostenibles en el mediano plazo. Nada de lo que se ha hecho hasta ahora por los más vulnerables hubiera sido posible, si la estabilidad macroeconómica no se hubiera logrado, por lo que me parece mezquino e irresponsable argumentar que no habido beneficio.

La macro es como la salud, nadie la valora hasta que la pierde. Sin estabilidad macro, el país no hubiera crecido de la forma como lo ha hecho. Estoy seguro que si el desequilibrio macro siguiera como el que encontramos en el 2013 producto de lo que se heredó en el 2009, la situación hoy sin ninguna duda sería muchísimo más negativa y comprometedora. 

¿Cómo fortalecer las relaciones con Estados Unidos y sentir ese beneficio en los sectores hondureños excluidos?

Como lo mencioné anteriormente, los problemas de los hondureños los debemos resolver los hondureños. Creo que es un tremendo error pensar que los problemas de exclusión y desigualdad en el país los va resolver Estados Unidos. Como lo ha mencionado el Presidente Hernández desde el inicio de su gobierno, debemos trabajar, trabajar y trabajar para crear más y mejores oportunidades para los hondureños; solo así evitaremos la migración irregular de compatriotas a EEUU. Desde el inicio del gobierno del Presidente Hernández ha existido un punto de convergencia inequívoco en nuestra relación bilateral con EEUU, y es que ambos coincidimos en que ninguno de los dos países desea la migración irregular de hondureños a EEUU.

Por lo tanto, la fortaleza de la relación bilateral con EEUU radica en reconocer que existe una relación asimétrica por el tamaño de ambos países y del tamaño de sus mercados, pero que la relación se fundamenta en el respeto mutuo, y en que ambos países hemos internalizado y estamos conscientes de que la responsabilidad para evitar la inmigración irregular es compartida pero diferenciada. En la medida, que, mediante el plan de la alianza para la prosperidad, el plan 20/20, y otras políticas públicas en materia social y económica sean implementadas sin ninguna duda habrá un mayor derrame de bienestar para todos los hondureños. El error es pensar que esto ocurre de la noche a la mañana. Lastimosamente, el colectivo del país tiene memoria corta y se nos olvida de dónde venimos, es por eso que necesitamos mantener la ruta de cambios que el país ha venido implementado.

Honduras trabaja en una agenda de seguridad regional en la que Estados Unidos es actor primordial. Cambiará esta política o se fortalecerá ¿Por qué?

Como mencioné antes, los temas estratégicos son temas de país aquí y allá, y de naturaleza bipartidaria en el caso de EEUU, y por lo tanto no deben, ni creo vayan a salir de la agenda bilateral. Al contrario, el Presidente Trump ha mencionado que el tema de seguridad nacional es un pilar fundamental de su gobierno, y nosotros vemos ahí una gran oportunidad para fortalecer la relación, porque Honduras juega un rol muy importante en este proceso, y estamos muy comprometidos en seguir fortaleciendo los mecanismos de cooperación que se han venido desarrollando en la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado, tal y como lo ha ratificado públicamente en sus audiencias de confirmación el nuevo secretario de seguridad interna de EEUU, quien conoce bastante bien el trabajo y voluntad que tiene el presidente Hernández  y las  demás agencias y poderes del Estado, en relación a este tema, desde el inicio del gobierno.

Así que acá vemos una extraordinaria oportunidad para seguir fortaleciendo la relación bilateral en un marco de cooperación y construcción de confianza mutua.

Los inmigrantes hondureños han manifestado su complacencia con su designación como embajador. ¿Cuál será el vínculo con ellos?

Primero que todo agradezco la confianza que los grupos organizados de compatriotas en EEUU han exteriorizado con mi nominación. Como se los manifesté directamente a ellos, el tema de atención a los hondureños en EEUU es uno de los tres pilares fundamentales del trabajo que pensamos desarrollar.

Yo tendré, en el momento que corresponda, el acercamiento con todos ellos para ver sus inquietudes, preocupaciones y necesidades, y acordar de manera conjunta que haremos y como lo haremos, para evitar generar falsas expectativas. En ese sentido, la cancillería ha venido realizando un trabajo muy importante conjuntamente con el despacho de la primera dama, y mi trabajo será impulsarlo más, para que mantengamos el momentum que ha logrado desarrollar, y con ello mejorar la atención y la relación con todos los hondureños en EEUU.

Lo que sí es importante aclarar desde ahora, es que el objetivo de nuestro trabajo no es, ni puede ser resolver la situación migratoria de todos los hondureños en EEUU. Nosotros somos respetuosos de la soberanía e independencia en el manejo de las diferentes políticas públicas de nuestros países amigos, por lo que nuestro rol será buscar incidir de manera importante, permanente y directa, en la formulación e implementación de estas políticas, de manera que podamos evitar que posibles cambios en estas políticas, pongan a nuestros compatriotas en una situación desventajosa, no deseada, o más complicada de la que ya tienen.

Marlon Tábora ¿pensó que parte de su carrera lo llevaría a ser embajador en Washington?

Para ser sincero, no lo esperaba y tampoco nunca lo busqué, a pesar de que pude haberlo hecho; por principio, soy una persona que no busca posiciones, sino proyectos que permitan hacer cambios relevantes y trascendentales en la vida institucional del país, como ya lo hemos hecho en el pasado, y este es buen ejemplo de ese tipo de retos. Siempre que he llegado a los diferentes cargos públicos que he tenido el honor de desempeñar, y el privilegio de servir a mi país, las tres veces ha sido porque los tres presidentes han confiado directamente en mí persona, porque han valorado mi trabajo y saben de mi compromiso con el país y con sus proyectos particulares. En este caso, a pesar de que mis planes para 2017 eran otros completamente diferentes, especialmente a nivel familiar, sin embargo, decidimos apoyar al presidente, porque estoy convencido que hoy por hoy, este es probablemente el o uno de los temas más importantes para el país y eso es lo que más me motiva de este nuevo reto.

Así como me dio la confianza en 2013 para hacerle frente al gran reto de poner orden en las finanzas públicas y cuyos resultados vemos claramente ahora, en esta oportunidad el Presidente me ratifica su respaldo y confianza para este nuevo reto, y eso es algo que valoro y agradezco muchísimo, porque no cualquiera tiene ese privilegio.

Como hijo de Dios estoy muy agradecido por esta oportunidad, y confió que con la ayuda de él, con el trabajo serio, responsable y consistente que siempre hemos desarrollado con los diferentes equipos de trabajo, saldremos adelante y los resultados y cambios previstos, estarán a la vista de todos.

¿Cómo se mira Marlon Tábora de cara al próximo quinquenio?

Jajajaja. Complicado. Casi nunca me preocupo por adivinar el futuro. De nuevo, todo lo dejo en las manos de Dios, así que estaré donde sea su voluntad. Hace 5 años no me hubiera imaginado que para esta fecha habría sido el Director Ejecutivo para Centroamérica en el BID, Presidente del Banco Central de Honduras, Coordinador del Gabinete económico y Embajador en Washington, todo esto en un periodo tan corto de tiempo, y que pocas personas hemos tenido ese privilegio.

Es una gran bendición de Dios, pero creo también que es reflejo y resultado de mi trabajo y compromiso con el país, y de mi interés de hacer siempre las cosas con seriedad, disciplina, respeto y honestidad profesional y excelencia.

Mi preocupación por ahora es sacar adelante este gran reto, Dios dirá que tiene preparado para mí en el futuro. Lo que, si tengo claro por ahora, es que en la medida de lo posible quiero disfrutar más a mis hijos y a mi familia, porque ellos han crecido muy rápido y pronto se irán, y porque no he dedicado ni el tiempo ni la atención que mi familia se merece.

Probablemente, mi futuro está más en el sector privado y en la academia, porque he dedicado mayoritariamente mis últimos quince años al servicio público, pero como lo he hecho hasta ahora, siempre estaré dispuesto a servir a mi país desde las posiciones donde los futuros líderes y/o el pueblo hondureño crean que más aportó valor.

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