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Hispanos migran a Texas huyendo de clima anti-inmigrante de otros estados

Dallas (EE.UU).- Con nuevas ilusiones y anhelos, decenas de inmigrantes indocumentados que abandonaron todo debido al endurecimiento de las leyes migratorias en ciertos estados decidieron jugarse su última carta en el norte de Texas.
 

De acuerdo con el Consulado General de México en Dallas, que no proporcionó cifras exactas, ha aumentado el número de solicitudes de trámites consulares de mexicanos que llegan a Texas procedentes de estados como Oklahoma, Georgia y Arizona, entre otros.

Según Enrique Hubbard, titular de la oficina consular en Dallas, se trata de familias que ya estaban establecidas en otras ciudades con patrimonios e hijos y que debido al clima anti-inmigrante decidieron empezar de nuevo en esta zona.

«En el norte de Texas aún existe una importante demanda de puestos laborales en el sector de la construcción, y eso es un imán que atrae a muchos y seguirá haciéndolo si se mantiene ese ritmo», señaló Hubbard.

Anselmo Arellano es uno de los tantos mexicanos que decidió abandonar Tulsa (Oklahoma), la ciudad en donde nacieron sus dos hijas que ahora son adolescentes y en donde enterró a su ex esposa, quien falleció de un repentino ataque al corazón en 1998.

A sus 59 años, y después de haber vivido más de 20 en Estados Unidos, vendió sus pertenencias y se mudó a Denton (al norte de Dallas), atraído por los comentarios de algunos conocidos de Oklahoma que llegaron antes que él.

«No me quedó otra alternativa. Era como tirar una moneda al aire, o me quedo y sigo sufriendo las consecuencias o me voy a buscar trabajo de lo que salga y mantener a mi familia», confesó Arellano, albañil.

El pasado 1 de enero entró en vigor en Oklahoma una ley que, entre otros, elimina los servicios de asistencia médica para los indocumentados y establece multas para los que los contraten.

Además, autoriza a la Policía local a detener a indocumentados y prohíbe también la emisión de licencias de conducir para indocumentados.

«Ante todas esas barreras impuestas por el gobierno, lo único que queda es enfrentar la realidad y reconocer que la batalla está perdida, al menos por ahora», agregó Arellano.

Otros, como Sergio Novoa, que llegó de Georgia hace unos meses, dicen estar «de paso».

Novoa, de 43 años, asegura que las frecuentes redadas efectuadas por las autoridades migratorias en Atlanta fueron el puntapié para que decidiera abandonar su trabajo como mecánico de autos.

«Yo creo que ningún lugar es seguro ahora. Nosotros, los que no tenemos posibilidad de tramitar documentos, nos enfrentamos a un dilema porque en todos lados si no se han aprobado leyes en contra de los ilegales, ya se están ‘cocinando'», agregó.

Así como Novoa, muchos indocumentados llegan a la región en busca de un mejor porvenir, a pesar de que en varias ciudades se están discutiendo medidas que los perjudicarían.

Farmers Branch es una de ellas. El Concejo Municipal de esa ciudad ha presentado una nueva propuesta que prohíbe que los inmigrantes indocumentados alquilen viviendas.

Pero para Pablo Gutiérrez, quien llegó con su familia desde Glendale (Arizona) a Fort Worth, las medidas que puedan afectar a los indocumentados en este estado no se comparan con lo que está pasando en Arizona.

«Allá la gente no sale de sus casas, tienen miedo de ir hasta de compras por las redadas y, además, nadie te quiere dar trabajo porque tienen temor que los castiguen o les hagan cerrar sus negocios», aseguró Gutiérrez, de 28 años.

Arizona aprobó una ley que sanciona a los empleadores que contratan a sabiendas a inmigrantes indocumentados.

Según cálculos extra oficiales, en Texas viven más de un millón de indocumentados.

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