Miami, (EEUU) – La ex Secretaria de Estado Hillary Clinton tiene ahora el camino despejado para ser la candidata por el Partido Demócrata a la Presidencia de Estados Unidos tras la renuncia del vicepresidente, Joe Biden, a presentarse como aspirante a la Casa Blanca.
Tras varios meses de especulaciones, Biden anunció que no se iba presentar como aspirante a la candidatura demócrata, alegando que todavía está de duelo por la muerte de su hijo Beau, fallecido en mayo pasado, y porque ya es muy tarde para montar una campaña electoral en forma.
La lucha por la nominación demócrata ya solo queda ahora entre Hillary Clinton y el senador Bernie Sanders, quien a pesar de entusiasmar a buena parte del ala liberal del partido, no tiene la infraestructura política que ha montado la esposa del expresidente Bill Clinton.
Se esperaba que la presencia de Biden en la contienda, aparentemente con el visto bueno del presidente Barak Obama, quien podría pensar que iba a proteger mejor su legado que Hillary Clinton, iba dar nueva vida a una campaña dominada por la ex Secretaria de Estado.
Con Biden en la campaña, la ventaja de Hillary Clinton se vería reducida, según la encuesta de YouGob Survey. Antes del anuncio de Biden de su retiro, Hillary Clinton tenía una ventaja de un 54 por ciento, Sanders un 23 por ciento y Biden un 16 por ciento.
Sin Biden en la contienda, Hillary Clinton logra un 64 por ciento y Sanders un 25 por ciento.
Biden tiene ahora 72 años y por dos veces ha intentado, sin éxito, ser nominado candidato presidencial por su partido. Antes que Obama lo nombrara para ser su segundo, había sido senador por el estado de Delaware por 36 años. Es el primer vicepresidente católico de Estados Unidos.
La tragedia personal ha minado su vida. Además de haber perdido a su hijo Beau en mayo, a la edad este de 46 años por un cáncer del cerebro, sufrió la muerte en un accidente de tráfico de su primera esposa Neilla y su hija Naomi, de un año en un accidente de tráfico en 1972.
Después de esa tragedia, Biden tomaba todas las noches, al terminar las sesiones del Senado en Washington, un tren hacia Wilmington (Delaware) durante una hora y media para cuidar a sus otros dos niños pequeños.
En 1977, se casó con la profesora Jill Jacobs, con la que tiene una hija.
La retirada de Biden es un gran respiro para Hillary Clinton, que ahora ve libre el camino para la nominación de su partido y, posiblemente, el triunfo en las elecciones de noviembre del 2016.
Hillary Clinton, además, ha visto subir de una manera espectacular sus posibilidades electorales tras su brillante actuación en el reciente debate de los precandidatos demócratas.
Es posible que su éxito en ese debate, haya precipitado la decisión de Biden de no presentarse como candidato.
Pero en las encuestas, sigue apareciendo ella como una candidata muy distante, no transparente y sin inspirar mucha confianza.
Los congresistas y senadores republicanos le están buscando los trapos sucios de cuando fue Secretaria de Estado, especialmente por el atentado terrorista contra la sede diplomática de Estados Unidos en Benghazi (Libia), en 2012, donde murió el embajador americano, Christopher Stevens, y otros tres estadounidenses, pero incluso durante su presentación ante un comité logró salir indemne.
Por el lado republicano, el millonario empresario hotelero Donald Trump sigue encabezando ampliamente las encuestas de opinión, a pesar de la oposición creciente en las filas tradicionales de su partido que no lo quieren como candidato presidencial y por no tener ninguna posibilidad ante Hillary Clinton