“El sabe que nadie lo va a meter preso, por eso hay que quitarle esa prohibición, hay que anularle los juicios, la Fiscalía puede hacerlo legalmente y entonces el tema se muere” indicó.
Durante una comparecencia televisiva matutina, en la Televisión Educativa Nacional, Canal 10, Lobo Sosa, confió que en conversaciones con los líderes de la resistencia Liberal abordó el caso Zelaya y en ese acercamiento planteó: “ustedes y yo sabemos que ese tema de Zelaya está bueno para la exportación pero ustedes saben que si él llega aquí no va a pasar nada”, les expuso.
Asimismo, reconfirmó que él pidió a la Procuradora General de la República, Etel Deras, que actúe y que pida la nulidad de los dos juicios que penden contra el ex presidente y que tienen que ver con presunta corrupción.
Lo expresado por el mandatario contrasta con lo manifestado por Deras quien ha insistido en decir que sus actuaciones no están ligadas a mandato alguno que se desprenda desde la Casa Presidencial.
Para el mandatario de Honduras, sí los juicios contra Manuel Zelaya se anulan, él llegará al país la primera vez y tendrá una gran manifestación que lo recibirá; en su segunda entrada a Honduras lo recibirá un grupo más pequeño de manifestantes y la tercera vez llegará con la normalidad de cualquier viajero, estimó.
El gobernante dijo que el tema de Zelaya se percibe por la comunidad internacional como una especie de barrera que no permite normalizar en su totalidad la situación en Honduras a la vez que dijo que presidentes de países amigos de su nación como los de Colombia, Chile y México reclaman ese avance.
“A mí me da pena con ellos, es necesario resolver este tema de Zelaya y por eso es importante anular los juicios” insistió.
En relación a las actitudes de los gobernantes de Venezuela y sus satélites, dijo que “allá ellos, yo espero con paciencia que se les baje la cólera o el enojo”.
Expuso que hay claridad de que su mandato “es producto de una decisión del soberano a través de una elección concurrida y transparente, mucho más que la que se dio en 2005, (cuando fue electo Zelaya), porque entonces se perdieron el 20 por ciento de las urnas”.
Además agregó “él mismo (Zelaya) reconoció públicamente que su elección fue producto de un fraude”.
Asimismo, reafirmó que el problema de Manuel Zelaya es que se quería quedar en la presidencia del país más allá de lo establecido en el mandato constitucional.
Indicó que Zelaya aceptó su condición de ex presidente así como la validez de la actual presidencia una vez que fue juramentado como diputado al Parlamento Centroamericano.
