Madrid – Las elecciones generales en España del pasado domingo han servido para que la extrema derecha, hasta ahora marginada, tenga un espectacular ascenso, eclipsando la inútil victoria socialista que no le ayudará a gobernar en solitario.
El partido «VOX, al que no le gusta que lo tilden de ultra derecha, se convirtió en el protagonista de la cuarta elección en cuatro años en España, subiendo a la tercera posición al lograr 52 escaños en el Congreso cuando tras las elecciones de abril solo tenía 24.
En primera posición queda el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), de izquierda, que ha perdido tres escaños, y en segunda, el Partido Popular (PP),de derecha), que ha obtenido un buen resultado, subiendo de 66 diputados a 88.
En definitiva ha sido un descalabro para Pedro Sánchez , líder del PSOE y actual Jefe de Gobierno «en funciones” que le ha salido el tiro por la culata al pretender tener en estas elecciones una mayoría absoluta y no tener que depender del apoyo parlamentario de Unidas Podemos (UP), un partido de extrema izquierda y de inspiración comunista.
Tomado de Twitter: VOX Asamblea de Murcia
Cuando anoche, los seguidores de Santiago Abascal, líder de VOX, celebraban su inesperado triunfo y gritaban «Presidente, Presidente», enarbolando banderas de España, este les contestó: «Todavía no, todavía no».
En este país, en los últimos años, ha cambiado el significado político de los emblemas. Los partidos de derecha usan como imagen la bandera española, ignorando las acusaciones de la izquierda de fascistas» por eso. Y la izquierda la esconde y los separatistas catalanes la queman en la calle.
Y mientras la izquierda radical, como Unidas Podemos, es vista como una cosa normal en el congreso, VOX era demonizada y condenada al ostracismo. Su triunfo del domingo significa que ahora será tomado en serio y, posiblemente, será la verdadera oposición al PSOE, compitiendo con el PP, al que ya le pisa los talones.
El presidente de Vox, Santiago Abascal (c), protagoniza un acto público en Arroyo de la Encomienda, en el alfoz de Valladolid, para respaldar al candidato al Congreso de esa formación por la circunscripción vallisoletana, Pablo Sáez.-EFE
¿Cuáles son las razones del fulgurante ascenso de VOX?
El nuevo partido Abascal se ha aprovechado del «hartazgo» de los españoles ante la ingobernabilidad del país y de las constantes elecciones. Y sobre todo de la falta de mano dura del gobierno socialista ante los separatistas catalanes y de la mano abierta a la inmigración ilegal.
El derechista y populista VOX tiene un voto asegurado del aquel jubilado español que tiene una pensión mensual de apenas 500 euros, a pesar de haber cotizado en la Seguridad Social toda su vida laboral y ve como a un inmigrante africano o árabe, que nunca lo ha hecho, le dan el doble en beneficios sociales.
Juan Antonio Sanz, periodista y analista político, me ha comentado que no se puede atribuir totalmente el ascenso de VOX a una vuelta al tradicionalismo y conservadurismo que representa ideológicamente este partido.
«La subida de un partido con un mensaje xenófobo, homófobo y con una visión neoliberal extrema es más la consecuencia del fracaso de las otras fuerzas políticas que de su propio éxito», según Sanz.
Agradezco de corazón la confianza que nos han dado los 200.000 votantes de Vox en la Región: @LourdesMndezM1
Para él, parte del crecimiento de VOX, «es consecuencia del descontento del electorado de centro derecha con una política española caracterizada por la corrupción, la incapacidad o falta de voluntad para acabar con la brutal desigualdad económica y por la carencia de un horizonte de estabilidad a corto y medio plazo».
«El problema catalán, azuzado con fines electoralistas desde partidos como el PP y el PSOE, con la supuesta amenaza de disgregación territorial, también ha aupado a VOX», me dice Sanz.
Lo que ha pasado en España no es nuevo en Europa. El giro a la extrema derecha está sucediendo en Italia, Francia, Reino Unido y Hungría. Y qué duda cabe que el populismo conservador de Donald Trump en Estados Unidos ha podido ser una semilla de inspiración.
