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En la familia ocurren más vejámenes sexuales contra menores

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Tegucigalpa – En Honduras más del 90 por ciento de los abusos sexuales contra menores son cometidos por personas del propio seno familiar o del entorno de las víctimas, reveló la directora de la agencia de protección a la niñez de este país, Loli Salas, una declaración refrendada por líderes sociales que protegen los derechos de los niños, así como por la agencia de las Naciones Unidas, Unicef.

La funcionaria, quien dirige la Dirección de la Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf), aseguró que los ilícitos más reiterativos contra la niñez hondureña son abusos sexuales, violaciones agravadas y pornografía infantil, entre otros. 

Es lamentable que quienes deberían estar cuidando de los menores, son los que están cometiendo este tipo de ilícito contra la niñez hondureña, afirmó.

Casos son preocupantes

La Dinaf atiende un poco más de 14 mil niños en condición vulnerable a nivel nacional, gran parte de los casos tienen que ver con abusos sexuales.

La abogada Rosa Estrada

La abogada Rosa Estrada, coordinadora regional de la Dinaf, en conversación con Proceso Digital aseguró que los abusos sexuales es la vulneración más identificada en los menores que en su momento hemos podido atender.

En algunas situaciones se ven involucrados familiares de los niños o en ocasiones el abuso es cometido por una persona de entera confianza de la familia. Los ilícitos generalmente se cometen contra menores de 12 años.

“La víctima de abuso sexual, queda dañada física y mentalmente, y necesita intervención médica y sicológica urgente, porque si no, su situación podría ser mucho más delicada, además no es fácil recuperar esos daños”, agregó la funcionaria.

“Incluso, a veces las madres permiten este abuso de parte de un padrastro o un familiar. Estamos frente a situaciones muy complejas y delicadas, ahí es donde hacemos el llamado a la conciencia de los adultos para que no descuiden en ningún momento a sus hijos”, cerró la funcionaria.

Delito oculto

Jair Meza

De su lado, el vocero de la Policía Nacional, Jair Meza, consideró que los casos de abusos a menores es un delito que permanece oculto dentro del seno familiar o de las amistades.

Calificó que los abusos contra menores en el país congregan casos sexuales, físicos y psicológicos.

“Hay datos oscuros que no se conocen por temor del niño o la educación formal que pueda tener la familia en la zona no hace que denuncien este tipo de abusos”, declaró Meza en conversación con Proceso Digital.

Señaló que existen unidades especiales de la Policía que trabajan en conjunto con el Ministerio Público para detener la comisión de estos los delitos contra menores, sin embargo, reconoció que existe poca cultura de la denuncia en este tipo de situaciones.

En coherencia con la información ofrecida por la Dinaf, el portavoz policial reveló que muchos de los casos de abusos a menores en el seno familiar provienen de vínculos de segundo y tercer grado de consanguinidad o afinidad.

“En este tipo de casos hay muchos abusos que son cometidos por tíos y primos, también se dan con padres, pero más son los vínculos de segundo y tercer grado de consanguinidad y afinidad”, comentó el oficial.

El comisionado de la Policía Nacional estableció que en la zona rural hay mayor facilidad para la comisión de este delito por la idiosincrasia que tienen las personas y la falta de acceso a instituciones privadas y públicas que lo combatan.

Inaceptable

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef en su oficina de Honduras coincidió con la Dinaf sobre el abuso sexual proveniente desde el núcleo familiar.

Héctor Espinal

Así lo refirió a Proceso Digital el jefe de comunicaciones de Unicef Honduras, Héctor Espinal, quien como defensor de los derechos de la niñez concluyó que esta realidad es inaceptable.

“Unicef está clara que el tema de abuso en el hogar es recurrente por un familiar cercano al menor esto no es aceptable y el llamado es para unir fuerzas y que se rompa este círculo vicioso”, enfatizó Espinal.

Desglosó que el abuso sexual impacta en todas las formas de la niñez hondureña y máxime cuando el mismo proviene del ámbito familiar.

Razonó que estos actos obedecen a una cultura que no es nueva y señaló que ahora lo que existe es una mayor visualización, pero dichos actos de violencia siempre han existido.

Consideró que para revertir esta dramática situación que flagela a la niñez hondureña se debe continuar con las investigaciones y recibir las denuncias por parte de las víctimas.

Seguidamente se deben colocar a las órdenes de los operadores de justicia a los victimarios, agregó.

Al mismo tiempo se debe generar una estrategia dentro de la población hondureña para generar un comportamiento de total rechazo a los actos de violencia sexual en contra de menores de edad.

“Finalmente se debe dar un seguimiento sostenido en la propia comunidad de las familias y que los vecinos sean vigilantes que los y las niñas reciban la protección en el seno del hogar. Ahora corresponde a que operadores de justicia sigan investigando y judicializando cada denuncia que se haga”, puntualizó.

Un secreto a voces

Merlin Eguigure

La coordinadora del Movimiento de Mujeres “Visitación Padilla”, Merlin Eguigure refrendó la información respecto a que los abusos contra menores provienen básicamente del círculo familiar.  Proceso Digital entrevistó a la dirigente de las mujeres y ella señaló que, “es un secreto a voces en la sociedad hondureña, de los abusos sexuales contra menores, donde su principal verdugo es el propio familiar o amigos y allegados”.

Señaló que desde hace muchos años se viene generando el abuso a menores y en muchos de los casos llega hasta un abuso sexual principalmente por el propio padre, padrastro, hermanos, tíos, abuelos y amigos.

Agregó que los abusos sexuales también ocurren en los centros educativos o de internamiento donde hay menores a cargo de adultos.

Eguigure arguyó que el abuso a menores no debe ser descuidado ni por las autoridades gubernamentales ni por los familiares.

Abusos en los albergues

Recordó dos casos documentados en los albergues de la zona norte sobre abuso sexual a menores y otros que están en investigación, mismas acciones se dieron con el paso del huracán Eta.

“Los adultos se aprovechan de los niños que están vulnerables y las condiciones de poder quedan en evidencia ya que la práctica ante este abuso no se detiene porque los menores son amenazados y los atemorizan, es por eso que hemos visto a hijas tener hijos de sus mismos padres, por el mismo abuso”, señaló.

Otro caso reciente es el que involucra a un pastor evangélico, acusado de abusar sexualmente a menores, desde su alto posición en el Ministerio “La Casa de mi Deleite”.

¿Qué hacer?  se preguntó, al tiempo que respondió que también reflexionó que los medios de comunicación tienen la responsabilidad de continuar sensibilizando a la población, igualmente recordó la importancia que los niños y niñas reciban de parte de sus maestros una orientación para la prevención y detención de casos de abuso sexual, sin dejar de priorizar en la primacía de los cuidados de parte de la familia y del Estado como tal. 

(PD)

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