«Bajo la administración de Barack Obama, EE.UU. ha trabajado intensamente para renovar asociaciones positivas y constructivas con todas las naciones del mundo. Creemos que el diálogo y la democracia ofrecen el mejor camino para resolver pacíficamente los desafíos comunes», señaló Martínez en un mensaje publicado en el portal de la sede diplomática.
«El incidente WikiLeaks constituye un golpe a estos esfuerzos y reconocemos que tomará tiempo recuperarse de sus efectos. Los gobiernos e instituciones pueden superar adversidades como éstas, pero nuestra mayor preocupación se centra en los impactos negativos que esto pudiera tener al nivel personal», aseguró.
Martínez lamentó «profundamente» que información destinada a ser privada haya sido difundida públicamente.
«Lamentamos especialmente la violación que esto implica a la vida privada de muchas personas. Entiendo que mucha gente se sienta apenada por lo que está escrito en los informes. Nosotros también nos sentimos apenados por lo ocurrido», dijo.
Consideró que para Estados Unidos «éste es un momento de reflexión».
«Como muchos otros en el mundo, hemos sido testigos de los beneficios y oportunidades de la revolución en la información, si bien esto nos recuerda que también existen nuevos riesgos para los gobiernos, las empresas y las personas», matizó.
Martínez señaló que Estados Unidos «aprenderá» la lección y precisó que su país «implementará cambios en el contenido y la forma de las comunicaciones, en especial en lo que respecta a la mención» de sus «contactos».
La diplomática expresó, asimismo, su compromiso de «seguir trabajando para construir la mejor relación posible entre Argentina y Estados Unidos».
«Creemos que ambos países se benefician de la asociación e interacción y esperamos seguir trabajando en pos de este objetivo en los meses y años que vendrán», añadió.
Respecto a Argentina, los primeros documentos filtrados revelaron que el Departamento de Estado de EE.UU. pidió información a su embajada en Buenos Aires sobre la salud mental de la presidenta Cristina Fernández.
También salieron a la luz comentarios de los ex jefes de Gabinete Alberto Fernández y Sergio Massa, y los documentos revelaron, entre otras cosas, que la presidenta argentina aceptó «cooperar con el Gobierno de Estados Unidos en Bolivia» para mejorar la relación entre ambos países.
Según esos cables, además, el actual jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, es sospechoso de dirigir equipos de inteligencia para controlar clandestinamente correos electrónicos de políticos de la oposición y de periodistas.
También se vincula a Aníbal Fernández con rumores de corrupción y señala presuntas relaciones del funcionario con el narcotráfico, aunque aclara que los datos surgen de medios de prensa e informes de inteligencia.
Pocos han sido los funcionarios argentinos que aludieron al tema. El jefe del Gabinete minimizó la importancia de los cables, mientras que el ministro de Economía de Argentina, Amado Boudou, consideró su filtración «una vergüenza» para Estados Unidos.
