spot_img

El último adiós a Bajbouj

Por:

Compartir esta noticia:

Túnez.– A pesar de los cerca de cuarenta grados de temperatura y las largas horas de espera, miles de tunecinos acompañaron el cortejo fúnebre del presidente Béji Caid Essebsi a lo largo de los 20 kilómetros que separan el palacio presidencial del cementerio de Jellaz, donde fue enterrado hoy a los 92 años de edad.

La multitud se agolpó entre la céntrica avenida de Habib Bourguiba, que lleva el nombre del padre de la Independencia, y la plaza «14 de enero de 2011», fecha en el que el autócrata Zinedin el Abedin Ben Ali abandonó el poder tras un mes de protestas sociales y huyó a Arabia Saudí.

Entre ambos momentos de la historia, «Bajbouj», apodo cariñoso que recibía el mandatario, ocupó importantes cargos y se convirtió en una figura esencial durante el periodo de transición.

«No conocí la época de Habib Bourguiba pero he conocido a Béji Caid Essebsi y ha sido un honor», confiesa Amina Boussafara, que con sólo 18 años pronto conocerá a su séptimo presidente.

«Defendía el interés del país por encima de sus propios intereses. He aprendido mucho con él, la política era algo innato y no una simple profesión. No sé qué pasará a partir de ahora pero no creo que tengamos a un presidente que una tanto al país», afirma esta estudiante, que confiesa sentirse atraída por la política y aspira a hacer de ello su carrera. Algo inusual en una población mayoritariamente joven y cada vez más decepcionada por sus gobernantes.

Pese a las diferencias ideológicas, los tunecinos han cerrado filas en torno a Essebsi y han aplaudido su papel «unificador» en un momento delicado del proceso democrático que comenzó en 2011 con la llamada «Revolución de los Jazmines» y que dio comienzo a las conocidas como «primaveras árabes».

Este es el caso de Foued Mojar, miembro del Partido Desturiano Libre, que reivindica la herencia del antiguo autócrata, una de las 220 formaciones que existen actualmente y que reflejan la fragmentación política que vive el país.

«Soy de la oposición y, a pesar de habernos dado de lado y no habernos invitado oficialmente, hemos venido para asistir al funeral porque se trata del presidente de todos nosotros, sean cuales sean nuestras convicciones. No es que estuviéramos en conflicto con Essebsi pero tampoco vivíamos una luna de miel, lo que no nos impide cumplir con nuestro deber como ciudadanos», declara Mojar.

«Essebsi tenía una gran experiencia y elocuencia que sirvió al país, sobre todo cuando fue primer Ministro porque Túnez estaba en total ebullición y hacia falta una figura para calmar los ánimos. Después como presidente ha tenido sus aciertos y errores, sobre todo cuando se asoció al partido islamista Ennahda, pero globalmente fue positivo», añade.

También estuvieron presentes numerosas organizaciones de la sociedad civil y activistas como Khairi Abdelhamid, presidente de la asociación «Túnez tierra de humanos», que señala que los tunecinos han demostrado su compromiso con la democracia a pesar de los contratiempos sufridos.

«Muchos creían que tras su muerte el país iba hundirse en una guerra civil y creo que hemos dado una lección de unidad nacional, prácticamente todos los partidos se han sumado y las tensiones se han acallado porque es el momento de enterrar a nuestro presidente, el primer presidente elegido libremente», afirma mientras enarbola la constitución de 2014, la primera Carta Magna democrática.

En esta línea, Hamza Balloumi, presentador de una de las emisiones más populares de la televisión, asegura que la joven democracia tunecina «ha vuelto a dar una lección».

«Jamás se ha visto en un país árabe una transición tan rápida, pacífica y respetuosa con la constitución. Una vez más los tunecinos hemos demostrado que somos un país excepcional», apunta Balloumi rodeado de varios admiradores que se fotografían junto a él ataviados con la bandera roja y blanca. 

spot_img
spot_img

Lo + Nuevo

spot_img
spot_img
spot_img
spot_imgspot_img