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El nuevo ataque contra el hombre incómodo para los Gobiernos en Guatemala

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Ciudad de Guatemala – En la década de 1990 lo atacaron con granadas para callarlo. Años más tarde, fuerzas vinculadas al Estado ingresaron a su hogar para intimidarlo y en otra ocasión lo secuestraron unas horas. Ahora se encuentra preso, detenido desde hace cinco días por un fiscal señalado de corrupción por Estados Unidos. Se trata de José Rubén Zamora Marroquín, el periodista incómodo para los Gobiernos en Guatemala.

El ataque con granadas tuvo lugar en mayo de 1996, mientras Zamora Marroquín, director en ese momento del diario Siglo Veintiuno, cenaba en un restaurante de la Ciudad de Guatemala. Al menos una de las bombas no explotó. El atentado, dijo Zamora, fue para intentar callar sus investigaciones.

Años después, en 2003, su labor periodística al frente del matutino El Periódico se volvió insoportable para el Gobierno del entonces presidente Alfonso Portillo (2000-2004) y la contrainteligencia militar estatal decidió allanar su residencia sin motivo legal, con el objetivo de intimidarlo junto a su familia.

La opresión en su contra volvió en 2008, cuando estuvo secuestrado por más de 15 horas, también por fuerzas ligadas al Estado, durante el Gobierno del entonces presidente Álvaro Colom (2008-2012).

Ahora José Rubén Zamora Marroquín, el periodista más conocido de Guatemala, encara una nueva amenaza, esta vez después de ser detenido de manera polémica el viernes pasado, solamente 5 días después de lanzar fuertes críticas en su matutino en contra del presidente, Alejandro Giammattei, y sus exfuncionarios más cercanos.

De paso, también está en riesgo el medio que preside, El Periódico, al que le fueron embargadas todas sus cuentas este lunes por decisión del Ministerio Público guatemalteco, específicamente por el fiscal a cargo del caso, Rafael Curruchiche.

Dicho fiscal fue sancionado en julio pasado por Estados Unidos con la prohibición de ingreso a su territorio, tras acusarlo de «crear casos aparentemente espurios» contra aquellos que expusieron la corrupción en Guatemala.

Sin embargo, de acuerdo a Curruchiche, las acusaciones sobre el periodista son por los delitos de chantaje, tráfico de influencia, lavado de dinero e intento de lavado de dinero, aunque no se saben más detalles porque el caso se encuentra «bajo reserva» y al abogado de la defensa tampoco le han dejado acceder al expediente.

«Está capturado como empresario, no como periodista», dijo Curruchiche sobre Zamora Marroquín, que recibió en junio de 2021, de manos del rey de España, Felipe VI, el Premio al Medio de Comunicación Destacado de Iberoamérica, como parte de los Premios Internacionales de Periodismo Rey de España.

LA POLÉMICA DETENCIÓN

El presidente de El Periódico advirtió en 2021 públicamente que Giammattei y la fiscal general y jefa del Ministerio Público, Consuelo Porras, intentarían crear un caso en su contra por su labor periodística, esa que prácticamente fue clave para el derrumbe del Gobierno de Otto Pérez Molina en 2015 por la publicación en sus páginas de casos de corrupción.

Hace 5 días, el ingeniero de 66 años se encontraba en su residencia, al oeste de la Ciudad de Guatemala, en un viernes familiar: recién habían llegado al país su hija política María José y sus nietos, que viven en Estados Unidos. Almorzaron juntos frijoles, queso y longanizas y después Zamora Marroquín continuó con algunas tareas laborales.

«En ese momento, no tenía ni siquiera idea de que afuera se organizaba un allanamiento, con base en un caso en reserva ‘fabricado’ por el Ministerio Público, para perseguirme y apresarme por razones políticas», contó Zamora Marroquín.

Las fuerzas de seguridad no encontraron el timbre en la residencia del periodista, por lo que no llamaron a la puerta, y decidieron ingresar por el techo y «cuando nos percatamos ya estaban dentro de la cocina», subrayó.

La memoria de lo sucedido en 2003 volvió inmediatamente al fundador de El Periódico, quien «por un momento» pensó que era «otra visita clandestina de los demonios terroristas del Estado» como la acontecida en dicho año y que atribuye a Portillo pero también al exdictador golpista Efraín Ríos Montt, cuyo partido estaba al frente del Congreso.

«Mis nietos, de 13 y 9 años, y mi hija María Jose fueron presas de un ataque de pánico. Ellos vienen de un lugar decente y civilizado, donde prevalecen las leyes», relató Zamora sobre el allanamiento del pasado viernes.

Indignada, la hija política del periodista empezó a filmar y la «reacción de la fiscal» a cargo del allanamiento «fue visceral y descontrolada, perdió los estribos y amenazó a mi hija con capturarla y le confiscó el celular, su pasaporte y el de los niños».

Zamora Marroquín explicó que después de casi cinco horas de estar detenidos en la residencia, la fiscal a cargo del caso le indicó que había una orden de aprehensión en su contra y finalmente no consignó a su hija política.

«Lo sucedido es un montaje y una fabricación del Ministerio Público», reiteró el director de El Periódico, que envió las «más sinceras disculpas» a su familia por lo que tuvieron que experimentar, al igual que a los trabajadores del medio que fueron «secuestrados» durante un allanamiento ese mismo día a sus instalaciones que se extendió por casi 18 horas.

Hoy, el director de El Periódico está a la espera de su primera declaración, mientras guarda prisión en el cuartel militar Mariscal Zavala junto a docenas de exfuncionarios que cayeron en la cárcel en muchos casos por sus investigaciones, incluido el expresidente Otto Pérez Molina.

Pese a que todo está absolutamente en su contra, Zamora Marroquín y su medio no han sido nunca de rendirse, ni siquiera con los atentados del pasado o cuando el sector privado les dio la espalda financieramente por investigar a Pérez Molina y su vicepresidenta, Roxana Baldetti. «No nos callarán», indicaron públicamente. JS

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