San Francisco (EE.UU.)- El huracán Iselle, que esta noche impactó las costas de Hawai con vientos de hasta 120 kilómetros por hora y se ha debilitado hasta convertirse en tormenta tropical, causó daños materiales de carácter leve y no dejó ningún herido a su paso por el archipiélago.
Árboles caídos, daños en los tejados de las casas y cortes en el suministro eléctrico en hasta 21.000 hogares son el balance provisional del primer ciclón de este calibre que afecta a estas islas del Pacífico en veintidós años, según indicó el portavoz de Defensa Civil del Condado de Hawai, John Drummond.
Los primeros efectos de Iselle empezaron a notarse en las costas hawaianas a última hora del jueves hora local, cuando este todavía mantenía la categoría 1 en la escala Saffir-Simpson, con vientos que alcanzaron hasta 120 kilómetros por hora, informó el Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos.
Sin embargo, después de que los primeros vientos llegaran a la Isla Mayor de Hawai, la más meridional y la más afectada por el temporal, Iselle empezó a perder intensidad hasta los 112 kilómetros por hora, ligeramente por debajo del nivel que en el que se considera que una tormenta tropical se convierte en huracán.
En estos momentos, la tormenta tropical sigue afectando a las islas más norteñas y occidentales del archipiélago, aunque ya ha perdido mucha intensidad y lleva consigo vientos máximos contenidos de 80 kilómetros por hora, de acuerdo con el Servicio Nacional de Meteorología de EE.UU.
Apenas sin tiempo de recuperarse del paso de Iselle, los hawaianos se preparan para hacer frente este fin de semana a la llegada de «Julio», un huracán que la pasada noche fue elevado a categoría 3 y que ahora se encuentra a unos 1.600 kilómetros al sur del archipiélago.
Está previsto que «Julio» impacte contra las costas de Hawai en algún momento de este fin de semana o, como tarde, a principios de la próxima semana.
El gobernador de Hawai, Neil Abercrombie, proclamó el estado de emergencia ante la llegada de ambas tormentas, mientras que los hawaianos acudieron en masa a las tiendas el jueves para abastecerse de agua embotellada y otros suministros.
Las escuelas y los edificios del Gobierno, además, han permanecido cerrados desde entonces.
La última vez que un huracán impactó contra las costas hawaianas fue en 1992, cuando la tormenta «Inki» costó la vida a seis personas y destrozó más de 1.400 casas en la isla de Kauai.
Los primeros efectos de Iselle empezaron a notarse en las costas hawaianas a última hora del jueves hora local, cuando este todavía mantenía la categoría 1 en la escala Saffir-Simpson, con vientos que alcanzaron hasta 120 kilómetros por hora, informó el Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos.
Sin embargo, después de que los primeros vientos llegaran a la Isla Mayor de Hawai, la más meridional y la más afectada por el temporal, Iselle empezó a perder intensidad hasta los 112 kilómetros por hora, ligeramente por debajo del nivel que en el que se considera que una tormenta tropical se convierte en huracán.
En estos momentos, la tormenta tropical sigue afectando a las islas más norteñas y occidentales del archipiélago, aunque ya ha perdido mucha intensidad y lleva consigo vientos máximos contenidos de 80 kilómetros por hora, de acuerdo con el Servicio Nacional de Meteorología de EE.UU.
Apenas sin tiempo de recuperarse del paso de Iselle, los hawaianos se preparan para hacer frente este fin de semana a la llegada de «Julio», un huracán que la pasada noche fue elevado a categoría 3 y que ahora se encuentra a unos 1.600 kilómetros al sur del archipiélago.
Está previsto que «Julio» impacte contra las costas de Hawai en algún momento de este fin de semana o, como tarde, a principios de la próxima semana.
El gobernador de Hawai, Neil Abercrombie, proclamó el estado de emergencia ante la llegada de ambas tormentas, mientras que los hawaianos acudieron en masa a las tiendas el jueves para abastecerse de agua embotellada y otros suministros.
Las escuelas y los edificios del Gobierno, además, han permanecido cerrados desde entonces.
La última vez que un huracán impactó contra las costas hawaianas fue en 1992, cuando la tormenta «Inki» costó la vida a seis personas y destrozó más de 1.400 casas en la isla de Kauai.
