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El Gobierno salvadoreño dice que pandilleros buscan diálogo «desesperados»

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San Salvador.- El Gobierno salvadoreño dijo hoy que los pandilleros buscan dialogar y negociar con el Ejecutivo porque están «desesperados» ante las «medidas extraordinarias» que los tienen «arrinconados».

El secretario técnico de la Presidencia, Roberto Lorenzana, aseguró al canal estatal que los pandilleros están «desesperados buscando un diálogo y una negociación con el Gobierno» porque «están siendo arrinconados, desarticulados y serán derrotados».

El funcionario atribuyó esto a las «medidas extraordinarias» con las que se reforzó el régimen de seguridad en las 6 cárceles que albergan pandilleros, se formó un comando elite para dar caza a las columnas armadas en la zona rural y permitieron el despliegue de más militares.

El pasado 19 de enero, el ministro salvadoreño de Seguridad, Mauricio Ramírez Landaverde, desmintió que las pandillas le hayan propuesto al Gobierno entablar un diálogo en el que se discuta su posible desarticulación, como ha informado la prensa local.

«Las estructuras de pandillas no están ni siquiera considerando establecer cualquier tipo de diálogo con el Gobierno y mucho menos desarticularse», aseguró Landaverde a la prensa.

Agregó que esta supuesta iniciativa es una estrategia de grupos afines a las pandillas que buscan «establecer una agenda» a su favor en momentos en los que el Gobierno busca prorrogar las «medidas extraordinarias» de seguridad por un año más.

El periódico digital El Faro ha informado en las últimas semanas, citando fuentes anónimas, que la Mara Salvatrucha (MS13) y la facción Sureños del Barrio 18 pidieron al Gobierno entablar una mesa de diálogo para frenar la ola de violencia, que se cobró la vida de más de 5.000 personas en el 2016, y evitar una guerra abierta.

La iniciativa es promovida por la Iniciativa Pastoral por la Vida y por la Paz (IPAZ), formada por iglesias evangélicas y luteranas, que ha solicitado a la ONU mediar entre el Gobierno y las pandillas para facilitar un «proceso de paz» que detenga la ola de violencia que se ha cobrado más de 11.000 vidas en los últimos 2 años.

La organización, que forma parte del multisectorial Consejo Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana (CNSCC), también propuso al Congreso el viernes pasado que promueva un «diálogo sincero».

«Pedimos que se promueva un diálogo sincero con los jóvenes pertenecientes a ‘maras’ y pandillas, que han manifestado su deseo de abandonar toda actitud de violencia y delincuencia», reza la propuesta llevada al Congreso tras intentar hacer una movilización que incluía a decenas de familiares de pandilleros.

Según el obispo luterano Medardo Gómez, este diálogo debe ser ajeno a la tregua que las pandillas pactaron entre 2012 y 2014 y que contó con la venia del Ejecutivo de Mauricio Funes (2009-2014) porque su «fracaso» se dio porque «no hubo transparencia».

La MS13, las facciones Sureños y Revolucionarios del Barrio 18 y otras minoritarias son acusadas de mantener los altos índices de asesinatos que sitúan al país como uno de los más violentos del mundo, con tasas de 103 y 81,7 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2015 y 2016, respectivamente.

Según el presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, en su Gobierno «no hay espacio para diálogo» o para «treguas» y «no queda otro camino» para combatir a las pandillas que la «guerra».

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