Es posible que ese giro le logre más votos y simpatía con el ala conservadora republicana, representada por el movimiento ultra derechista del «Tea Party», pero no en el electorado moderado, ni mucho menos en el hispano.
Rubio, de 42 años, es cubano-americano. Pero se equivoca si piensa que por ser hispano va a conseguir necesariamente los votos del electorado hispano, que representan el 15 por ciento de la población de este país.
Las organizaciones hispanas han estado siguiendo muy de cerca el ambiguo cambio de posiciones de Rubio y se pregunta como es posible que, en menos de un año, haya cambiado tan radicalmente en una cuestión tan importante como es la reforma inmigratoria.
Rubio fue uno de los propulsores en el Senado, entre un grupo de senadores republicanos y demócratas, que presentaron un proyecto de ley de reforma inmigratoria, que eventualmente, daría la nacionalidad americana a más de once millones de inmigrantes indocumentados.Leer nota.
