Tal y como han insistido en los últimos días, ambos bloques apuran las horas con el objetivo de movilizar a sus seguidores para que acudan a las dos manifestaciones que han convocado y que cubrirán recorridos diferentes y cercanos a la sede parlamentaria en la capital venezolana.
«Hago un llamado al otro sector que acompañará a los diputados de oposición a que lo hagan en paz y que sea una fiesta para todos, que nos encontremos en la calle sin descalificarnos», declaró a los periodistas el diputado electo oficialista Robert Serra.
En la misma línea, el opositor Ismael García pidió a sus simpatizantes que vayan «a apoyar a la democracia» en lo que recalcó que debe ser «un acto democrático».
La mayoría oficialista repetirá la mayoría absoluta en el Parlamento que quedará instalado en horas de la mañana del miércoles y en el que promete profundizar el socialismo, mientras que la oposición regresa a la Asamblea cinco años después con un grupo minoritario y la pretensión de hacerse sentir.
La Asamblea para el período 2011-2016 nace bajo el signo de la polémica ya que deberá compartir, durante los próximos 18 meses, su función legisladora con el presidente Hugo Chávez, quien fue habilitado para decretar leyes en ese lapso por la amplia mayoría oficialista del Parlamento saliente.
La aprobación de la llamada Ley Habilitante para el mandatario, la cuarta que recibe desde que en 1999 asumió el Gobierno, fue condenada por la oposición, que la calificó como un «golpe de Estado por el Estado» porque con ello se «hipotecó» a la nueva AN.
Además de esos poderes especiales, el Parlamento saliente aprobó, en su último mes de vida, una veintena de normas que desarrollan el andamiaje jurídico del socialismo y que fueron todas rechazadas por la oposición por «inconstitucionales».
La Asamblea que asumirá mañana estará compuesta por 165 diputados, 98 oficialistas y 67 opositores, elegidos el pasado 26 de septiembre para el período 2011-2016.
Con la nueva legislatura regresará al Parlamento la oposición, después de boicotear las elecciones de 2005, algo que muchos de sus portavoces ha asumido como un error con grave y alto costo político.
A lo largo de los últimos cinco años, una docena de diputados que obtuvieron el cargo arropados por Chávez pasaron a la oposición, lo que representó la única resistencia a la maquinaria oficialista.
En la nueva Asamblea, la oposición trabajará «unida» y va «a hacer que el Gobierno rinda cuenta» de sus actos, dijo a Efe la diputada electa opositora María Corina Machado.
Machado reconoció que el panorama no se presenta fácil, no solo porque la inferioridad numérica impedirá a la oposición sancionar leyes, sino por el temor a que se cierren «espacios a la discusión plural» por parte de la dirección del órgano.
Frente a ello, la minoría opositora responderá «con resistencia tanto en la Asamblea como en la calle», ya que «impulsará y encabezará» las manifestaciones callejeras de los venezolanos que busquen sus derechos civiles y humanos, añadió Machado.
El politólogo venezolano John Magdaleno declaró a Efe que la nueva AN será «un escenario donde se dará un simulacro de debate» porque, argumentó, el de Chávez es «un régimen donde lo que cuenta es el poder fáctico», que ejercerá con la Habilitante.
«La mayoría oficialista será utilizada por Chávez para aprobar los proyectos de ley que necesita para terminar de construir el entramado jurídico del socialismo», pronosticó Magdaleno.
Lo que le queda a la oposición, añadió, «es presionar de cara a la opinión pública» y promover proyectos «que se conecten con las aspiraciones del pueblo, como leyes en materia de seguridad social y personal, donde el oficialismo no ha hecho nada».
Por su parte, Serra espera que los opositores presenten «propuestas concretas» en la Asamblea y no se limiten a «un show mediático».
En el medio tiempo y antes de que los diputados hayan tomado posesión de sus escaños, el chavismo ya ha anunciado que el ex guerrillero Fernando Soto será el nuevo presidente de la Asamblea.
Soto ya ha dicho que el Legislativo «debe transformarse» y «dar paso a lo que todavía es un concepto: el pueblo legislador», porque «el Parlamento no puede ser burgués» y continuar en el debate de leyes redactadas por «un grupo de especialistas».
